La familia Vivanco lleva diez años recuperando esta variedad de Rioja y poniéndola en valor. Estos vinos son el resultado de una década de apuesta por esta uva «maldita» arrancada masivamente hace 60 años por su escasa rentabilidad.
La historia de La Maldita es la historia de la Garnacha en Rioja. En los años sesenta era la variedad de uva más plantada en esta área, pero su dificultad de cultivo y la irregularidad en sus rendimientos, bajos y poco rentables, llevó a su arranque masivo y a su sustitución por la Tempranillo, uva mucho más rentable. De ahí su nombre de Maldita, un apelativo invocado localmente por los agricultores de la época por su tremenda falta de regularidad productiva.
Desde hace 10 años, la familia Vivanco trabaja con la vocación de recuperar esta variedad y ponerla en valor dentro de la DOCa Rioja y es por ello que recuperó esa denominación popular, desarrolló esta gama de vinos elaborados exclusivamente con Garnacha e inició la plantación de diferentes viñedos en busca de afianzar su protagonismo. La Maldita se ha presentado en Madrid para dar visibilidad a esta trayectoria con una fiesta que reunió perfiles del sector, sumilleres, medios de comunicación y amigos de la marca.
Los vinos de La Maldita pretenden recuperar este patrimonio de Rioja, demostrando que es tierra de excelente Garnacha. Para ello, se han seleccionado viñedos de zonas altas, plantados en suelos donde esta variedad se expresa en su máxima plenitud.
Antes y ahora
Hace medio siglo, la Garnacha era la variedad más cultivada en Rioja. Sus rendimientos oscilantes (malditos) y la estandarización de la Tempranillo la llevó a sucumbir frente a otras variedades, por su poco atractivo para el viticultor y escasa valoración como variedad de calidad.
En las últimas tres décadas, los viñedos Garnacha se han reducido dos terceras partes, pasando de 14.000 hectáreas a las casi 5.000 que encontramos hoy. Buena parte de este viñedo se concentra en las zonas central y oriental, quedando pequeñas zonas de cultivo en Rioja Alta, mantenidos, fundamentalmente, por la cultura de elaborar claretes a partir de uvas de esta variedad.
Lo que quedó y queda es pura resiliencia varietal: viñas viejas, apartadas, escondidas en terrenos pedregosos de difícil acceso, elevada altitud y complicados de trabajar. Pero es una herencia viva que, desde sus inicios, Viñedos de La Maldita intenta rescatar buscando zonas donde todavía hoy su espíritu vive y lucha por recuperar su plenitud.
Los viñedos y los vinos
En los vinos de La Maldita se incorporan viñedos de las zonas donde mejor se adapta esta variedad, dependiendo del vino a elaborar. Trabajan con uvas de Garnacha tinta y blanca procedentes de los municipios de Tudelilla (Rioja Oriental, en altitud), Villamediana, Alberite (Rioja Central), Badarán, San Asensio y San Vicente (Rioja Alta).
Las elaboraciones principales de La Maldita son blanco, rosado y tinto, vinos jóvenes y desnudos donde la variedad toma todo el protagonismo. Tres formas de ver e interpretar el carácter de la Garnacha en Rioja que han querido desarrollar con La Maldita y que sus elaboradores definen como “vinos sexys, atractivos, elaborados para mantener y difundir el legado de esta variedad en Rioja. Hechos para disfrutar y divertirse”.
La Maldita Garnacha tinta es un tinto de tendencia, fresco y de fácil paladar. Un vino ágil, procedente de viñedos viejos de las zonas de Tudelilla y central. Criado una parte de él en barrica durante tres meses (30%), mientras que el resto madura en depósito en contacto con sus lías.
La Maldita Garnacha blanca es toda una curiosidad. Sólo quedan en Rioja 200 hectáreas de esta variedad tan singular. Todas ellas mezcladas en viñedos viejos, en muchos casos, junto a la variedad tinta. Es un vino fresco, que seduce al paladar. Después de su vendimia a mano, el vino se ha criado con sus propias lías una parte en barrica, otra en tino de roble francés y otra parte en depósito de acero inoxidable.
Por su parte, La Maldita Garnacha rosado es único por la procedencia de sus viñedos, situados en la Rioja Alta, en los entornos de Briones y Badarán, donde la garnacha madura más lentamente, manteniendo una mayor frescura y con menos concentración de color. Así, mediante el método de sangrado, se obtiene este rosado de capa sutil y aromas a frutas rojas, que ha permanecido en contacto con sus lías en depósito de acero inoxidable durante tres meses.
Estos tres vinos, tinto, blanco y rosado, fueron las primeras creaciones de La Maldita, en el mercado desde 2013. La marca ha ido creciendo y desarrollando nuevas versiones en los últimos años, La Maldita Revolution, en 2020, y el primer espumoso de calidad de Rioja rosado 100% Garnacha, La Maldita Brut Rosé, que se presentó en 2022.
La Maldita Revolution es un vino de municipio, Tudelilla, de una parcela única, Panizares. Cultivado en ecológico a más de 700 metros de altitud y de producción limitada, que ha permanecido 12 meses en barricas usadas de 500 litros de roble francés. Vino de textura fina, floral y muy fresco. Detrás de él hay una historia: en 2019, y después de décadas de continuos arranques y pérdidas de hectáreas, la garnacha se estabilizó, comenzando una ligera recuperación del terreno perdido gracias al esfuerzo realizado por los amantes de esta variedad tan delicada y magnética. La Maldita Revolution es un homenaje a esta revolución.
Con La Maldita Brut Rosé, primer espumoso rosado de Rioja elaborado 100% con esta variedad, se da un paso más. Se elabora con uvas de Garnacha tinta cultivadas en Rioja Alta, altitud y terrenos frescos que favorecen una maduración lenta de la uva. El proceso posterior es largo y sinuoso: prensado suave de la uva, extracción del mosto y primera fermentación del mismo con sus lías en depósito de acero inoxidable a baja temperatura. Una vez finalizado, trasiego a otro depósito hasta el mes de enero, fecha en la que se realiza el tiraje y con él la segunda fermentación en botella durante 18 meses. Transcurrido este tiempo, se realiza el degüelle con el propio espumoso y con un dosaje Brut. Permanecerá con el corcho en botellero otros tres meses antes de salir al mercado.
Vivanco es familia
Detrás del impulso a la Garnacha en Rioja y de la creación de estos vinos rompedores La Maldita, se encuentra la familia Vivanco. Una historia de cuatro generaciones de impulso y pasión alrededor de la cultura del vino y que encuentra su mayor referente en su proyecto de vida desarrollado en Briones, Rioja Alta, Vivanco Bodega, Fundación, Experiencias. Un lugar único, que cuenta con el mejor Museo del Vino del Mundo según la Organización Mundial del Turismo, una bodega diseñada para elaborar las más de 300 hectáreas de viñedo propio de la familia con una gama de vinos pionera en su apuesta por la recuperación de las variedades autóctonas de Rioja, y un destino enoturístico que ha recibido a más de 1.500.000 visitantes desde su inauguración en 2004.
Además, la familia Vivanco es propietaria de Bodegas Carlos Serres, en Haro, La Rioja. Una marca histórica fundada en 1896 y que la familia ha puesto en valor desde su adquisición en 2001.
La actual generación, la cuarta, con Santiago y Rafael al frente, siguen inmersos en el afianzamiento y desarrollo de estos proyectos, que sitúan a la Familia Vivanco como una de las grandes dinamizadoras del vino de Rioja en el último cuarto de siglo.
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