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Madrid: Bocaíto celebra su 50 Aniversario

El próximo 12 de septiembre se cumplirán 50 años desde que la primera generación de Bocaíto abriera las puertas de un modesto local de tapas que en la actualidad se ha convertido en una de las barras castizas más consolidadas de la capital. La tercera generación, al frente de Bocaíto, celebra su 50 aniversario con el ‘Bocaíto 50 Aniversario’, una oferta gastronómica que consistirá en caña + bocaíto por 4 €, y estará disponible del 12 al 30 de septiembre.

Bocaíto (Libertad, 6. Madrid) abría sus puertas un 12 de septiembre de 1966 siendo el primer local de tapas y bocaítos de Madrid, y medio siglo después, celebra su aniversario con el ‘Bocaíto 50 Aniversario’, una oferta gastronómica que consiste en caña + bocaíto por 4€, (a elegir entre: Dúo Bocaíto: croqueta + mejimecha; Anchoa natural (con base de aguacate); Crujiente de queso; Bocaíto de morcilla de León; Bocaíto Mediterráneo: ensaladilla al estilo murciano; o Tortilla de patata. Si deseas acompañar tu ‘Bocaíto 50 Aniversario’ con una copa de vino o un refresco, sólo te costará 1€ más. Esta oferta estará disponible desde el 12 hasta el 30 de septiembre.

A día de hoy, la tercera generación al frente, Chris y Paco Bravo, mantienen vigente la filosofía que un día le imprimiera a Bocaíto su tío abuelo Luis Benavente. Una filosofía basada en buscar los mejores productos de todo el territorio nacional, la mejor calidad de las materias primas, en la destreza de las mejores técnicas de corte de cuchillo, en la elaboración de los productos al momento y, por último, en no abandonar la esencia de la cocina tradicional castellana y andaluza.

Bocaíto, una oferta gastronómica de calidad

La carta presenta una amplia variedad de cocina tradicional castellana y andaluza donde muchas de las materias primas cuentan con nombre propio, como la merluza Fernando  VI, los ahumados Domínguez, la carne Jiménez Barbero, la anchoa natural del Cantábrico Serie Oro, los pescados de las lonjas andaluzas… Y es que, como aseguran los propietarios: “Si la base es buena, el resultado será mejor”. Para almuerzos rápidos, tapeos largos y encuentros informales, se debe apostar por los ‘bocaítos’ y tostas (frías y calientes), entre los que destacan la de gambas, la de foie de bacalao con caviar, la de berberechos, la de revuelto de ajetes tiernos con jamón ibérico y huevo escalfado y otros con nombre propio, como El Luisito, El Josefino y El Currito. La propuesta para barra, además, incluye cazuelitas y medias raciones de muchos de los platos de la carta.

Para comidas y cenas en mesa, Bocaíto ofrece ensaladas, donde despuntan la de berros y rábanos, la de escarola con tomate y la Ensalada Bocaíto con 12 vegetales; platos de cuchara, como el Cocido madrileño, los Callos, el Potaje castellano en Semana Santa y las Fabes con perdiz en temporada de caza; carnes, donde  destaca el Entrecot de buey de la Sierra de Guadarrama, las Chuletillas de cordero lechal, el Rabo de toro y el San Jacobo (ternera blanca relleno de jamón ibérico y queso); pescados, entre los que sobresale la Merluza de pincho en diferentes versiones (rebozada, en salsa verde y a la plancha), los Chipirones rellenos en su tinta, los Huevos rotos con chanquetesy todo tipo de Pescaíto frito (chopitos, boquerones, cazón, acedías…); y Casquería de cordero lechal, donde se puede elegir entre Mollejas, Riñones y Sesos. Además, todos los días se visita el mercado y se ofrecen platos fuera de carta, así como recetas especiales con productos de temporada. Si aún queda apetito, no se deben pasar por alto algunos de sus postres, como el Melón Bocaíto (con helado de vainilla y triple seco) y la Tarta de manzana(al estilo bávaro). Ya sea en la barra o en uno de los cuatro salones, visitar Bocaíto es una oportunidad de conocer de primera mano dónde se idearon y se empezaron a despacharlas las tapas (‘bocaítos’) más codiciadas de Madrid.

Cincuenta años de Bocaíto

 

A comienzos de los 60, Luis Benavente trabajaba en un local gastronómico de lujo en la capital, donde se servían los productos de mayor calidad existentes y donde, por el coste, sólo podían acudir las personas con las rentas más altas. Una vez dominada la profesión de camarero y el conocimiento de las materias primas, su manipulación y su elaboración, decidió emprender carrera en solitario. Pero, ¿cómo ofrecer la mejor calidad a un precio asequible para todas las rentas? Con un establecimiento más modesto y disminuyendo el tamaño de la ración. Con esta idea inauguró un pequeño local en la calle Libertad al que llamó Bocaíto en honor a la dimensión de las porciones que ofrecía. Además de esta visión vanguardista, otros dos factores contribuyeron a su éxito: la incansable búsqueda en persona por todo el territorio nacional de productos que no se podían conseguir en Madrid (jamón ibérico de bellota, acedías, angulas, aguacates…) y la elaboración de los ‘bocaítos’ al momento y a la vista de los clientes. Esta pionera cocina vista era consecuencia de la falta de cocina en el local inicial, donde sólo se contaba con una barra para hacer el trabajo y despachar. Ya con el paso de los años se fueron uniendo los establecimientos aledaños y así fue como una peluquería, una fontanería y una carbonería se convirtieron en el Comedor Goyesco, el Comedor del Espejo, el comedor Goya y El Jardín. Nuevos espacios donde Bocaíto comenzó a dispensar platos de cuchara y de cuchillo y tenedor.

 

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