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Campomayor: El huevo de aldea, en el epicentro de la innovación

Ubicada en el corazón de Galicia, en Palas de Rei (Lugo), Campomayor es una empresa familiar  nacida en 1942, especializada en la producción y comercialización de huevos y ovoproductos. Dirigido por María Caridad García (en la imagen), tercera generación, este proyecto empresarial apasionado e inconformista tiene como objetivo explorar las amplísimas posibilidades del huevo y aportar valor en el rural gallego, con el que está firmemente comprometido. Su área de I+D+i, en colaboración con el CSIC, es una de las más creativas y potentes del sector: líder en innovación en la industria avícola nacional, la marca es pionera en lanzar el huevo pasteurizado en Galicia y el huevo a baja temperatura, y cuenta con la revolucionaria patente del huevo hidrolizado.

Hay empresas en España que han ido haciendo las cosas despacio y sin mucho ruido, apoyadas en el conocimiento adquirido durante generaciones. Dando pasos pequeños pero firmes que, con el tiempo, las han llevado a alcanzar logros a la altura de grandes compañías. Es el caso de Campomayor, una empresa familiar con origen en la Galicia rural de los años 50 que hoy se posiciona como líder en innovación alrededor del huevo. Desde Palas de Rei (Lugo), su misión es dignificar y poner en valor el huevo de siempre, el huevo de aldea, mejorarlo y extraerle todo su potencial, con ideas que pueden parecer revolucionarias pero que ya son una realidad.

Cuatro generaciones de maestros

Su andadura comienza hace casi 80 años. Manuel García Arias (abuelo de María Caridad, actual CEO de Campomayor) creó en 1942 una granja avícola con unas 300 gallinas. En 1950, su hijo Horacio García empieza a trabajar en el negocio familiar, con solo 14 años; trabajador nato y con una gran vena emprendedora, se encargaba de dar de comer a las gallinas, recoger los huevos que vendía en ferias locales, a lomos de un caballo; como anécdota, el propio salón de la casa servía entonces de pequeña tienda-almacén. Tras el fallecimiento de su padre, Horacio toma las riendas, y en 1982 se constituye Campomayor.

Este legado se fue afianzando, creciendo con prudencia, y enriqueciendo con nuevas ideas, siempre con el objetivo de conseguir el mejor huevo posible. La empresa empezó a vender huevos para grandes cadenas de distribución a nivel nacional y se automatizaron los procesos. En Campomayor, el cuidado de las gallinas y su alimentación –que se fue ajustando hasta encontrar la proporción ideal entre distintos cereales, donde el maíz juega un papel muy importante– son claves para que produzcan un huevo de yema color anaranjado y muy cremosa, muy apreciado hoy tanto por consumidores finales como por hosteleros. Hoy día comercializan diferentes variedades: huevo campero –su emblema; dotado del sello Galicia Calidade–, campero de maíz, convencional y ecológico, además de huevos cocidos y pelados y huevos de codorniz.

Líderes en innovación: del corral al CSIC

Campomayor fue pionera en poner la fecha de consumo preferente en el huevo –práctica hoy habitual que, en España, inició Matines, un grupo al que pertenecía Campomayor– y de los primeros en certificar los centros de clasificación con la normativa IFS y en desarrollar los primeros huevos enriquecidos con Omega 3. Hoy en día, la empresa tiene una de las instalaciones más modernas de Europa.

En 2015, creó la primera y única planta de pasteurización de huevo de Galicia, en la que produce huevo entero, clara y yema líquida pasteurizados. Fue pionera en lanzar en España la referencia de huevo líquido pasteurizado con huevo ecológico y campero. Son productos con etiqueta limpia, ya que no utiliza ni conservantes ni colorantes. Y en 2017, lanza al mercado el huevo a baja temperatura estandarizado: se trata de un huevo de yema melosa y clara cuajada, que el consumidor solo tiene que regenerar térmicamente y ya está listo para consumir, con un sabor y una textura inimitables; este producto ya existía en la alta cocina, pero Campomayor ha logrado adaptarlo para que pueda disfrutarse también en el hogar, en pocos minutos, de forma limpia y sencilla. Atesora ya prestigiosos reconocimientos, como cinco premios Innoval en Alimentaria 2018, algo insólito en la historia del evento y los premios al mejor producto innovador de Salón Gourmets y la feria HIP, ese mismo año.

La clave de Campomayor es que no se detuvieron en la producción de huevos, sino que, aprovechando el impulso de la tercera y la cuarta generación familiar, decidieron reinventar el sector, apostar por la investigación y explorar las mil posibilidades que ofrece el huevo, uno de los alimentos más completos a nivel nutricional, para convertirlo en el protagonista de nuevas soluciones en alimentación saludables y sostenibles. Pieza clave en este objetivo es la joven ingeniera gallega Sofía Pérez Fórneas, que se encuentra al frente de la actividad de I+D+i, y responsable de que en los últimos nueve meses se haya “pisado el acelerador” para materializar muchos proyectos que tienen su base en el proceso de hidrólisis del huevo.

En palabras de María Caridad García (CEO de Campomayor), «Creemos que el huevo es una fuente –desaprovechada– de infinidad de soluciones saludables y de gran valor nutricional para la alimentación moderna. Unimos el saber del pasado, la tradición, con el presente de la innovación para ofrecer lo mejor del huevo, aspirando siempre a la máxima naturalidad y el mejor sabor desde el mayor cuidado».

Un alimento con un potencial casi ilimitado

Y en línea con la innovación que caracteriza la empresa, Campomayor se hace a principios de 2018 con la patente del huevo hidrolizado, a partir de la cual junto con el arduo trabajo de su equipo de I+D+i, se podrán desarrollar una gran variedad de productos y lanzarlos al mercado. La patente surge de la fusión entre ciencia y gastronomía en la que investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) trabajaron durante meses hasta obtener del huevo texturas que hasta ahora eran completamente desconocidas en la gastronomía. También participó en la investigación el chef Mario Sandoval (Coque, dos estrellas Michelin).

En palabras de Sofía Pérez (directora del Negocio de Productos Innovadores de Campomayor), «Se trata de un proyecto interesante y motivador, fruto del inconformismo y la valentía de esta familia. Es una apuesta real por la innovación, aportando valor en el rural gallego. Además, tiene el mérito añadido de estar liderado por mujeres, en un sector históricamente copado por los hombres”.

Este innovador producto, el huevo hidrolizado, se obtiene tras tratar la clara de huevo con una enzima que se encarga de romper las proteínas de la clara en fragmentos de menor tamaño, un proceso totalmente natural. Todos los productos que se desarrollarán a partir de la patente, al ser derivados de la clara de huevo, tienen una composición mayoritariamente proteica y no contienen ni grasas ni azúcares.

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