Se trata de una producción limitada elaborada por la firma extremeña líder en ibérico puro, pensada para los amantes de la trufa que buscan sabores intensos. Este salchichón trufado, realizado artesanalmente y disponible en medias piezas, resulta perfecto para sorprender a los invitados en los aperitivos de las próximas celebraciones y fiestas navideñas.
Señorío de Montanera, la firma líder en ibérico puro de la D.O.P. Dehesa de Extremadura, estrena producto para estas Navidades: su nuevo salchichón de bellota 100% ibérico trufado. Un producto de edición limitada pensado para los amantes de la trufa que buscan sabores intensos, y que resulta perfecto como aperitivo de las próximas celebraciones y fiestas navideñas.
Esta novedad complementa la gama del salchichón, que está disponible también en versión ecológica -recientemente premiada con tres estrellas en los prestigiosos premios Great Taste gracias a su excelente aspecto, curación homogénea y color rojizo brillante-, y combina la exquisitez del sabor ibérico con el aroma elegante e inconfundible de la trufa.
El resultado es un producto gourmet de calidad excepcional y disponibilidad limitada, con el equilibrio perfecto entre el aromático toque de la trufa y la intensidad del sabor a bellota del salchichón. Piezas únicas, tanto por los magros de primera utilizados como por su elaboración, como por su receta tradicional que ofrece un aroma y sabor inconfundibles, con ligeros toques dulzones, suaves y muy persistentes.
Mimo y cariño en la elaboración artesanal del salchichón trufado
La fabricación del salchichón trufado de bellota 100% ibérico de Señorío de Montanera sigue la receta de las mejores chacinas artesanas que se hacían en las matanzas tradicionales del sur de Extremadura, y que hoy están guardadas como uno de sus principales activos.
Se inicia en el obrador con la selección de magros de primera de cerdos ibéricos de bellota, que incorporan recortes del perfilado de jamones y paletas, dando como resultado un producto de extraordinaria calidad. Después se proceden a su pesaje y picado en frío, añadiendo la carne del embutido troceada a cuchillo e incorporando los condimentos que forman el adobo, con la novedad del toque trufado que le aporta un marcado carácter gourmet a la premiada receta de la marca.
Una vez obtenida la masa de carne adobada, se introduce en cámara a temperatura muy fría durante varios días, el tiempo necesario para la asimilación de los condimentos y especias. Tras acabar este proceso, se embute en tripa natural e inmediatamente se atan y se deja una lazada para su cuelgue. Después, se colocan en perchas, iniciándose el proceso de asentamiento y secado, para acabar con la maduración y el curado, un proceso que puede alargarse hasta los 180 días.
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