El chef austriaco Simon Petutschnig, desde el corazón de Palma de Mallorca, propone en Fera (Concepció, 4. 07012 Palma) dos menús festivos que fusionan la excelencia del producto local con guiños asiáticos, diseñados para sorprender en estas Navidades.
El menú de Navidad cuenta con 10 pases entre los que se encuentran la centolla con aguacate y jengibre, el carabinero con mango y maracuyá o la lubina al champán con puerro y caviar, cerrando con un postre de leche con limón y cardamomo y strudel de manzana con canela.
Estará disponible a mediodía desde el día 24 de diciembre hasta el 6 de enero, salvo el día 24 y 25 que también se ofrecerá en servicio de cena. Por un precio de 165 euros, existirá también una versión más corta por 115 euros, además de dos opciones de menú vegetariano, tanto para la propuesta más larga como la más corta.
El menú de Fin de Año, previsto para la cena del día 31, se inicia con una copa de champán y entre sus pases destacan las ostras, la vieira con trufa, chirivía y avellanas y el ravioli de bogavante con zanahoria, almendra y naranja, cerrando con un broche dulce de caramelo salado y caqui. Estará disponible por un precio de 289 euros. Incluye guiños al territorio mallorquín a través de sus limones o su pan elaborado con aceite de producción propia en régimen biodinámico en la finca en Son Naava en Porreres de la familia Levy, propietarios de Fera.
Las reservas para ldisfrutar de ambos menús se realizarán vía mail a través de la siguiente dirección: [email protected].
La herencia culinaria de Mallorca
En Fera, tras 8 años desde la apertura, el chef refleja su conocimiento gastronómico sobre el interior y las costas de la isla, con una propuesta de corte mediterráneo que resalta la herencia culinaria de Mallorca. Un recorrido por sus pueblos y un compromiso con el entorno natural y agrícola, que se acentúa con la producción propia de vino, aceite de oliva, miel y almendras.
Ubicado en un antiguo palacete en pleno casco histórico de Palma, Fera cuenta con un espacio dividido en dos alturas y un jardín interior, inicia una nueva etapa donde el arraigo al territorio se convierte en el epicentro de la propuesta gastronómica y se extiende hacia su interiorismo a través de la conexión con el arte local.