La jornada “El papel socio-económico, cultural y medioambiental de las DDOO en las zonas rurales”, que se celebró el pasado 25 de abril en Olite (Navarra), organizada conjuntamente por la Red Rural Nacional, la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV) y Origen España dio respuesta a esta pregunta, divulgando la labor que llevan a cabo las Denominaciones de Origen como fuente de sostenibilidad socio-económica para la población del medio rural, como herramienta de preservación de los ecosistemas naturales y como instrumento que contribuye a revitalizar y dinamizar los recursos culturales de dichas zonas. En la imagen, un momento del evento.
El pasado 25 de abril, el municipio de Olite, en el corazón de la DO Navarra, recibió a numerosos representantes de Denominaciones de Origen, administraciones públicas y agentes de diferentes zonas rurales de nuestro país, que asistieron a la jornada “El papel socio-económico, cultural y medio ambiental de las DDOO en las zonas rurales”. Organizada por la Red Rural Nacional, las organizaciones representativas de las denominaciones de origen de vino (CECRV) y de las DDOO del resto de productos agroalimentarios (Origen España), la jornada estuvo estructurada en tres bloques, destinados a desgranar la labor de las DDOO como herramienta de fijación de población al medio rural, como fuente de biodiversidad y conformación de paisaje y como herramienta de impulso del patrimonio cultural de la zona. Expertos de reconocido prestigio del ámbito académico, medio ambiental, de la comunicación y, por supuesto, de las propias denominaciones de origen, fueron los encargados de compartir y transferir su conocimiento en cada uno de ellos.
El primero de los bloques desgranó la contribución de las denominaciones de origen a la vertebración de las zonas rurales y a la fijación de población al territorio. Permitió afrontar además el problema de la despoblación desde una óptica menos economicista y desde los valores, dejando constancia de que el desarrollo radica donde habita el deseo cualitativo, subjetivo, intangible y que las DDOO contribuyen a generar ese deseo por vivir y por desarrollar proyectos en las zonas rurales. Asimismo, se dejó clara la importancia de la gestión del territorio y de cómo las denominaciones de origen pueden contribuir a ella de manera coordinada con las administraciones, como conceptos transversales que unen al sector primario (producción), secundario (elaboración) y terciario (turismo).
El segundo bloque afrontó el papel de las DDOO como generadoras de ecosistemas beneficiosos para el medio ambiente, que preservan y fomentan la biodiversidad y que por tanto pueden desempeñar una labor muy importante en la lucha contra el cambio climático. Se dejó constancia de la necesidad de incorporar a las denominaciones de origen todos los elementos del territorio (naturaleza, biodiversidad) como elementos de valor añadido, así como que dentro de los ecosistemas naturales están las personas, los productores. Se recordó la labor activa que están haciendo numerosas denominaciones de origen para impulsar y facilitar el relevo generacional, instruyendo a la población de sus territorios, desde los propios colegios y escuelas de formación profesional para dar a conocer la importancia de sus productos autóctonos y las DDOO que los protegen y los garantizan.
Y en tercer lugar, se afrontó el valor de las Denominaciones de Origen como marcas y su aportación en términos de arraigo cultural y de creación y reparto de valor, no solo económico, sino también como elemento de promoción del patrimonio histórico-artístico de una zona a través del turismo ligado a las DDOO. En este tercer bloque, se significó la importancia de plantearse estrategias de comunicación a medio y largo plazo, en las que quede perfectamente claro lo que son las DDOO y lo que aportan, para poder generar sentimientos de pertenencia entre sus consumidores, así como compromiso con el territorio.
Por último, la jornada concluyó con una mesa redonda en la que se ejemplificó el antes y el después de un territorio tras la aparición y el desarrollo de una Denominación de Origen. En dicha mesa, se dejó constancia de la importancia del convencimiento de la población de la zona para impulsarla mediante proyectos integradores, que generan sinergias entre diferentes ámbitos y actividades de la zona que se retroalimentan entre sí. Una D.O. es un proyecto de este tipo, que ofrece reputación, sostenibilidad y unidad.
En definitiva, el evento sirvió para dejar constancia de que las DDOO son fuente de sostenibilidad porque sus productos se pueden producir de manera perdurable sin agotar los recursos o dañar el medio ambiente. Y porque contribuyen a ofrecer a nuestros jóvenes y a las generaciones futuras un porvenir basado en el desarrollo social y económico de una zona, respetuoso con el medio ambiente y que contribuye además, a través del enoturismo y de las sinergias con el patrimonio histórico-artístico y gastronómico, a revitalizar los aspectos culturales del territorio. Para poder fijar y atraer población en el medio rural, esa población tiene que poder vivir del campo, sentirse orgullosa de su trabajo y pensar en el futuro de sus hijos. Y los productores y elaboradores de los productos con D.O. cumplen esas condiciones.