Los hermanos Van Dulken, artífices de La Vanduca, prosiguen con su apuesta por un ambiente cómodo y acogedor con una carta desenfadada en la que el picoteo y las medias raciones son los grandes protagonistas de una oferta asequible y de calidad, con un ticket medio de 35 euros. En su carta aparecen platos estrellas de La Vanduca, como las bravas, las croquetas de jamón o las minihamburguesas, junto a creaciones exclusivas de Santancha (Santa Engracia, 41), como el tiradito de salmón ahumado con salsa de cítricos y cebolla frita o la tosta de matrimonio de anchoa y boquerón con salmorejo.
La plaza de Chamberí cuenta con un “vecino” recién llegado y dispuesto a seguir dándole vida a una de las zonas de Madrid más apetecibles en lo gastronómico. Los hermanos Van Dulken, creadores del espacio La Vanduca (Columela, 2) acaban de inaugurar su nuevo restaurante en la zona de Chamberí, Santancha (Santa Engracia, 41). Este enclave, cuya cocina está dirigida por Blanca Van Dulken, cuenta con una carta informal y desenfadada, con platos y medias raciones especialmente pensados para compartir y en la que no faltan las propuestas más exitosas de su primer local, junto a un apartado especial de fines de semana, de inspiración estacional. La carta líquida cuenta con una amplia selección de vinos que recorre las denominaciones de origen nacionales más representativas, champanes y cavas y un nutrido grupo de espirituosos. También hay un menú diario, de lunes a jueves, por 17,50 euros.
Toda una vida en Chamberí
Los Van Dulken, procedentes de Málaga, llevan casi toda su vida en Madrid y, en concreto, en el barrio de Chamberí. Tras el éxito de la apertura de La Vanduca, en 2015, deseaban abrir un espacio cerca de su casa y de las calles de su infancia. Ya antes del confinamiento de marzo de 2020 se fijaron en el local, y cuando la situación sanitaria se normalizó retomaron las gestiones para lanzar su segundo restaurante, ya en pleno funcionamiento. El propio nombre del local, Santancha, es un juego de palabras entre “Santa Engracia” y “Chamberí” con el que los propietarios han querido reflejar el profundo cariño que sienten por el entorno donde está su nuevo negocio.
Aunque la carta comparte platos y filosofía con su “hermano mayor”, los Van Dulken tienen claro que Santancha tiene su propia personalidad. Lo definen como un lugar acogedor, en el que el cliente se puede sentir como en el salón de su casa y disfrutar de una comida agradable, elaborada con buena materia prima y sabrosa a un precio más que razonable, con un ticket medio en torno de 35 euros. Blanca Van Dulken, creadora de la carta, tiene formación específica en cocina y lleva trabajando como chef desde 2010.
Comida para disfrutar y compartir
La carta de Santancha busca seducir a todos los públicos con una comida sabrosa, a base de ingredientes de calidad (todas las carnes son de Discarlux) y consagrada al picoteo. Por ello abundan las medias raciones. Blanca ha creado nuevos platos para Santancha, entre los que destacan el tiradito de salmón ahumado con salsa de cítricos y cebolla frita, el falso risotto de carrillera al vino tinto con parmesano, la tosta de matrimonio de anchoa y boquerón con salmorejo, las croquetas de carrillera o los boquerones en vinagre. Los amantes de la carne deberán probar su nuevo pepito de solomillo de vaca en pan brioche o la hamburguesa Santancha, de ternera con huevo frito, lascas de parmesano y una salsa de vino “secreta”, elaborada por la chef con un vino malagueño que le entusiasma.
Orgullosos de su primer negocio, los Van Dulken han incorporado a la carta los platos “estrella” de La Vanduca. Así, es posible dar buena cuenta de las croquetas caseras de jamón, las bravas (con un toque de chipotle y kimuchi), los langostinos en tempura con un ligero toque picante, sus dos minihamburguesas (con mayonesa de trufa o de chipotle), los dados de solomillo con ajitos o los huevos con patatas, panceta y trufa. En temporada, es imprescindible probar sus ensaladas de tomáte Ibériko (aliñado o con ventresca, aguacate y cebolleta) y las alcachofas confitadas con yema de huevo y jamón crujiente.
Los fines de semana (desde el viernes y hasta el domingo), Santancha ofrece a sus clientes un apartado de platos más especiales, con guiños a la temporada. Entre las propuestas, destacan los huevos rotos con gambón al ajillo y trigueros, los chipirones a la plancha con ajillo y cebolla caramelizada, los berberechos salteados al vapor y su cazuelita de alubias con chorizo, morcilla y piparras.
Para poner un broche dulce a la comida, nos encontramos dos pesos pesados traídos de La Vanduca: su torrija caramelizada con toffee y helado de vainilla y la tarta de limón con merengue. Otras opciones golosas son la tarta de chocolate o la fina de manzana al horno, la cheesecake o su tarrito de toffee con galleta de Oreo. También se ofrece un menú del día, de lunes a jueves, a elegir entre cinco primeros, cinco segundos y dos postres por 17,50 euros. Incluye un primero, un segundo, una bebida (vino blanco o tinto, refresco o agua) y postre o café.
Vinos españoles y copas para la sobremesa
En el apartado de bebidas, los Van Dulken han querido hacer una selección de sus vinos preferidos, que es, realmente, un repaso por las principales Denominaciones de Origen de España, fundamentalmente. Así, encontramos vinos tintos de La Rioja, Ribera del Duero, Madrid o Extremadura, junto a vinos blancos en los que la D.O. Rías Baixas y Rueda tienen marcado protagonismo. También ofrecen vinos de Jerez, champán y cavas del Penedés. Para la sobremesa, disponen de una selección de copas y combinados, con opción de marcas prémium por dos euros más, y también de cócteles. En cualquier caso, los hermanos Van Dulken han apostado por una carta de bebidas con precios contenidos, que haga de la experiencia Santancha algo para todos los bolsillos. Sofía Calleja es la responsable del interiorismo del local, que cuenta con dos plantas.