Desde el marco histórico de este centenario edificio, Torcuato pretende romper esquemas y, también como Madrid, demostrar que la tradición no está reñida con la modernidad y las tendencias mundiales. Al fin y al cabo, esta ciudad es una amalgama de todo ello y es por eso que la carta no se aferra a nada en concreto y hace las veces de pasaporte para viajar tomando matices y esencias de aquí y allá, sin corsés.
Propuestas de Sergio Fernández
La firma el televisivo chef Sergio Fernández (Canal Cocina). Del “raw bar”, primer apartado, surgen makis como el de anguila, foie y mango o niguiris como el de atún rojo con gochujang o el de salmón flambeado con mayo de yuzu. Entrantes fríos y calientes continúan conformando un extenso menú. El salmorejo de cherrys con helado de Idiazábal y yuca crujiente, el arenque marinado con carpaccio de aguacate, el tiradito de lubina con ajoblanco trufado, las verduras salteadas con curry de coco thai o los noodles con kimchi gratinado y atún rojo prometen convertirse en estrellas.
Pescados y carnes siguen esta línea y se presentan en recetas como el lomo de corvina asado y macerado en achiote con crema de frijoles o el vitello tonnato al revés: tataki de atún rojo, glacé de carne y salsa de alcaparras. La hamburguesa de cordero especiada con pan brioche y tzatziki nos lleva hacia oriente igual que el tahini de cordero con cous cous y guiso de pasas. La picaña madurada con chimichurri da un salto al otro lado del Atlántico.
Entre los postres son imprescindibles la tarta de queso fluida con parmesano rallado, el bizcocho de limón y lima kefir con sopa de jengibre o la tarta Torcuato, una sorpresa con nombre propio que hay que descubrir compartiéndola entre 4 o 6 personas.
Copas en Bianca
Las sobremesas se alargan en Torcuato porque es el sitio idóneo para tomar unas copas. La terraza, de 700 metros cuadrados, acoge también a Bianca en el mismo espacio, para brindar y bailar a ritmo de DJ hasta el cierre con una sugerente carta de combinados y parte de la gastronomía de Torcuato en un ambiente más “chill out”.
Interiorismo de Pepe Leal
Por supuesto, Torcuato no será solo para el verano y la terraza es un anticipo de lo que vendrá en otoño. Sus espacios interiores diseñados, como todo, por Pepe Leal se inspiran en los gabinetes de curiosidades de la época, en los palacetes de la burguesía repletos de recuerdos de sus periplos. Elegancia europea, reminiscencias asiáticas, colores tropicales… “Tan ecléctico como los años de los que que data el edificio. A finales del siglo XIX estaba muy de moda mezclar estilos distintos”, comenta el interiorista haciendo referencia a un “neo siglo XVII y hasta un granadino pasando por el clasicismo francés”. Al fresco todo se torna más contemporáneo y es aquí, en la zona al aire libre, la que de momento está abierta, donde se percibe el estallido de lo exótico con multitud de plantas, trepadoras que cubren unas preciosas arcadas perfiladas con neones, murales entre lo aborigen y lo pop y siempre ese ladrillo rojo tan característico de Madrid.
Torcuato lo tiene todo para ser el “place to be” de la temporada, un restaurante de lujo asequible con una cuidada cocina, estética, ambiente y entorno.
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