La actual oferta gastronómica de Madrid es imparable, pero escasean opciones a la hora de encontrar un buen sitio donde simplemente tomar algo. Un buen bar de barrio. casual y sencillo sí, pero también moderno y alternativo. Razón por la que nace Bar Trafalgar (Alburquerque, 14, entrada por calle Palafox. Madrid), el nuevo local de Chamberí que pone de manifiesto el alma y el corazón de los clásicos bares de la capital.
Bar Trafalgar se caracteriza por ser un local en el que una imponente barra da la bienvenida, preludio de una invitación al hedonismo y al privilegio de la desconexión. Beber bien, comer bien y estar bien es la máxima pretensión de Bar Trafalgar que, ubicado junto a la Sala Clamores, busca convertirse en un “bar de siempre”. Aquellos que vienen caracterizando a Madrid como su insignia cultural y social, esos lugares en los que hemos pasado las horas, compartiendo, riendo, brindando, comiendo. y por qué no… ligando. Convertirse en un clásico es muy difícil. Se debe absorber lo contemporáneo del momento con tal finura, que se sobreviva a todas las épocas venideras. Solo aquello que perdura, da continuidad cultural. Y eso es lo que aspira a lograr Bar Trafalgar.
“Queremos ser un sitio al que puedas ir a tomarte un vino, jugarte un billar o beberte una buena copa. Nuestra generación siempre ha admirado sitios como el Café Gijón o el Cock, clásicos que representaron una época y que aún perduran. Pero nos hacía falta encontrar un bar de hoy con una atmósfera diferente. Un bar que defina el momento que vive actualmente la ciudad y nuestra generación. Así que decidimos abrir el nuestro”, explican David Yllera, Nacho Aparicio y Juan Tena, amigos y creadores de Bar Trafalgar.
Picoteo de calidad
La oferta gastronómica de picoteo de Bar Trafalgar es sencilla pero de mucha calidad. Como una deliciosa ensaladilla rusa, unas bravas amilhojadas, una pluma ibérica, el bikini de lacón y queso Comté, su adictiva hamburguesita o el pepito de solomillo de vaca vieja. Además, esta temporada se refuerza la carta de mediodía con un guiso “de la semana” y platos de temporada, como las setas con yema o las alcachofas y jamón ibérico de bellota.
Pero Bar Trafalgar se especializa, sobre todo, en el buen beber: con una buena y extensa selección de cervezas, vermuts, vinos, espumosos y vinos dulces, destilados, mezcales, tequilas y por supuesto… una perfectamente ejecutada coctelería de autor que convive con la clásica. Con todo esto, la barra de Bar Trafalgar se convierte en un camaleón que funciona tanto a la hora del aperitivo un fin de semana, como a medio día entre semana o, por supuesto, en lo más glorioso de una noche peligrosa. Es un bar de barrio que se permite la licencia de estar abierto a todas horas del día durante siete días a la semana.
Recuerdo a Hopper
Con una fachada que recuerda al mítico cuadro Nighthawks de Edward Hopper (1942), el interior de Bar Trafalgar se divide en dos alturas con sofás y mesas bajas. Convirtiéndose así en un espacio que ha sabido recuperar algunas de las paredes originales del local para darles nueva vida y un toque de modernidad, junto con piezas únicas como una monumental tinaja de barro antigua, cuadros y fotos de amigos artistas, sillas de terciopelo azul, taburetes de inspiración industrial, una mesa de billar y equipos de música de los años 80.