La Trashumancia, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es una actividad ganadera casi en desuso que resulta fundamental por sus múltiples beneficios medioambientales, socioculturales, territoriales y económicos y que este 2023 cobra más importancia que nunca debido a la sequía extrema que atraviesa nuestro país. En este contexto de falta de agua y altas temperaturas, en el campo faltan los pastos y los ganaderos se ven obligados a alimentar al ganado en extensivo con piensos, algo que ha animado a pastores ganaderos como José Manuel Sánchez Miguel, a retomar la práctica de la trashumancia a pie, emprenderá el viaje con sus 1.700 ovejas merinas durante 40 días desde los Llanos de Cáceres a Picos de Europa, donde pasará todo el verano.
La trashumancia es una práctica milenaria, una forma de pastoreo en continuo movimiento, quizá la práctica ganadera más ligada a la naturaleza que exista por todos sus beneficios medioambientales, socioculturales, territoriales y económicos, como el transporte de semillas o la fertilización de la tierra de forma natural, la prevención de incendios ya que el ganado consume materia seca que es un gran combustible forestal y, además, favorece la economía rural, es un claro ejemplo de sistema de producción de agricultura familiar, resiliente y modelo de un sistema alimentario sostenible. De gran relevancia en la historia, la antropología, la etnografía y la sociología, actualmente, España es de los pocos países del mundo donde se sigue trashumando, principalmente la especie merina, la más extendida en el mundo y cuyo origen se sitúa en territorio nacional, pero cada vez son menos los pastores que están dispuestos a trasladar en primavera y verano a sus rebaños desde las calurosas dehesas extremeñas hasta el norte de España para regresar en otoño.
En el contexto de sequía actual, con las altas temperaturas y la escasez de pastos, muchos ganaderos están tomando la decisión de partir con sus rebaños en busca de comida y temperaturas más bajas, para paliar los altos costes que supone alimentar a sus ganados con piensos.
“La trashumancia es vital para nuestro territorio, el medio ambiente y nuestras ovejas y cabras. En el mes de mayo las temperaturas en Extremadura son muy elevadas, sumado a la sequía hace que haya escasez de alimento, por lo que el desplazamiento de los rebaños al norte es vital para el bienestar animal ya que la hierba se conserva en mejores condiciones” declara Raúl Muñiz, presidente de la Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y el Caprino (INTEROVIC).
Por eso, Interovic, a través de su Programa Europeo 2021-2023 “Sabrosa y Sostenible. Elige el Origen Europeo”, quiere resaltar la importancia de esta práctica y de la ganadería extensiva que es cultura, tradición y vida rural, contribuye a la conservación de ecosistemas, de paisajes, es productora de oxígeno, de agua, amortiguadora del cambio climático y es la común en el sector del ovino y caprino. Una ganadería que está en peligro por la sequía e inflación actuales por eso quieren poner en valor y dar voz a historias con nombre y apellido como la de José Manuel Sánchez Miguel, un pastor ganadero de Huertas de Ánimas (Trujillo) que con 43 años emprende por primera vez la trashumancia a pie por la Cañada Leonesa Occidental Puerto el Pico. Será una travesía de 40 días, más dura de lo habitual por la falta de pastos debido a la sequía, que le llevará a su meta en busca de comida para su rebaño: los Picos de Europa (León).
Trashumancia a pie
No hace el viaje solo. Le acompañan su padre y sus dos tíos, «los tres rondan los 70 años de edad, por eso me hace especial ilusión», también cuenta con la ayuda del pastor que trabaja mano a mano con él en ‘casa’ y de dos conocidos que se han querido sumar a la travesía. En cada etapa, «vendrán amigos a acompañarnos y echar una mano». La trashumancia a pie es una actividad que él recuerda, realizaban sus abuelos y sus padres. Desde pequeño siempre ha sido su sueño hacerla, le hacía mucha ilusión ir tras los pasos de sus antecesores, pero resalta que este año se ha animado un poco por obligación «el tiempo está tan mal que no se puede mantener el rebaño en Extremadura, por la sequía y las altas temperaturas no hay nada de comida y los piensos son muy caros, el campo está pelado. Es pura subsistencia».
El domingo 14 de mayo es la fecha en la que inició el viaje con su propio rebaño de 1.700 ovejas merinas, «todas de raza autóctona», puntualiza orgulloso. Y merecerá la pena porque «aunque el camino va a ser costoso, al menos el ganado va a venir bien alimentado». Salió de la finca las Hinojosas, en Cáceres, y ha ido en dirección Trujillo, bordeándolo hasta llegar a Puerto Minarete, buscando cordeles, por donde van las cañadas a las Sierra del Ponde. Pasará por Almaraz, Navalmoral de la Mata (Cáceres), Oropesa (Toledo), Arenas de San Pedro, hará la calzada romana hasta llegar a Puerto el Pico, en Valladolid atravesará Medina del Campo, Tordesillas, Medina de Rioseco y Mayorga, entre otros, llegará a León por el Burgo Ranero y terminará en Acebedo, en Riaño. Allí se quedará todo el verano con su pastor y sus ovejas, en el lugar donde podrán pastar y pasar el verano. Volverán en otoño a finales de septiembre, a pie.
Unos 40 días de travesía
En total serán, calcula, unos 40 días de travesía en los que prevé hacer etapas de entre 15 y 20 kilómetros diarios, pero se enfrenta a una climatología un tanto dura para el rebaño y esto marcará las distancias y el ritmo. Madruga para caminar desde las 7 hasta las 11 horas, las primeras horas con menos calor, pararán para descansar, comer y coger fuerza y volver a arrancar a las 17 horas hasta la puesta de sol. «Dormiremos en refugios o en mitad del campo, al raso, dónde se pueda». Y resalta «en algunas etapas nos encontraremos con lugares donde no haya comida, en este sentido habrá que parar para comprar pienso y volver a emprender el paso».