El Vinagre de Jerez es un condimento que cuenta con sello de calidad y 3000 años de historia. Elegir la mejorar variedad de Vinagre de Jerez para cada plato es la clave para conseguir la mejor versión de cada receta. Realzar el sabor de las verduras, mejorar los rebozados o potenciar el sabor de postres con frutas son algunos de los trucos en platos veraniegos con Vinagre de Jerez.
El Vinagre de Jerez es uno de los fermentados más antiguos de la historia, con más de 3.000 años de tradición. Está elaborado exclusivamente con Vinos de Jerez, es único y cuenta con la protección de la Denominación de Origen. Se elabora a partir de uvas Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel, que cuentan con largas crianzas en barricas de roble, logrando así una gran concentración aromática.
Unas simples gotas de vinagre de Jerez potencian los sabores, lo que hace que sea un condimento que tiene un lugar privilegiado en la alta cocina. En nuestra despensa tradicional es un ingrediente con tal arraigo que algunas de sus emblemáticas recetas son impensables sin él, como el gazpacho o el pescado en adobo, las ensaladas, los aliños o los escabeches. Por su parte, los grandes chefs lo usan en infinidad de platos de alta cocina, gracias a su elegante acidez y a su aportación a diferentes elaboraciones.
Para su disfrute, es clave tener en cuenta la medida justa: con pequeñas dosis es capaz de aportar aromas, sabores y matices únicos a las recetas.
Las diferentes variedades se deben a los tiempos de crianza y a las distintas uvas con las que se elaboró el vino base. Cada Vinagre de Jerez es único y tiene unos usos recomendados:
Vinagre de Jerez: envejece entre seis meses y dos años en madera. Es de color ámbar intenso y tiene reflejos caoba. Su perfume puede recordar a los frutos secos y es un aderezo perfecto para reducciones, salsas, aliños y escabeches.
Vinagre de Jerez Reserva: envejece entre dos y diez años. Tiene un color caoba intenso. Su aroma recuerda a vainilla, frutos secos y al paso por madera. Es ideal en sopas frías como el gazpacho o la vichyssoise.
Vinagre de Jerez Gran Reserva: debe superar los diez años de envejecimiento. Tiene color caoba y una textura sedosa. Su acidez y aromas son más concentrados y es idóneo para recetas como el salmorejo, las verduras al horno o las ensaladas.
Vinagre de Jerez al Pedro Ximénez: envejece un mínimo de seis meses y toma su nombre y características organolépticas de los vinos elaborados con esta uva. Es de color oscuro y denso. Es un vinagre semi-dulce y su aroma recuerda a frutas pasificadas, regaliz y a torrefactos. Es un condimento perfecto para carnes y un gran aliado de postres y quesos.
Vinagre de Jerez al Moscatel: envejece un mínimo de seis meses y adquiere las cualidades florales y vivaces de los vinos de Moscatel. Es idóneo con ensaladas y aliños que contienen frutas y cítricos.
El libro “Vinagre de Jerez: El mejor aderezo del mundo” es una guía completa para conocer todas las propiedades, los diferentes tipos y los usos culinarios de este ingrediente: desde su uso en recetas más clásicas hasta en otras de alta cocina firmadas por chefs como Martín Berasategui o Ángel León, que se pueden consultar en el libro.
A través de las diferentes recetas, se desvelan algunos trucos para perfeccionar algunas recetas tradicionales:
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