La cadena de restauración madrileña estima una producción de unas 1.000 torrijas diarias hasta hoy, Miércoles Santo y después se aumenta hasta las 5.000 torrijas al día. Una versión clásica, otra de vanguardia hecha de chocolate y opción gluten free para que todos puedan disfrutar de este dulce típico.
La Semana Santa está llena de tradiciones, entre ellas las culinarias, y uno de los productos icónicos de esta época es la torrija. Al llegar estas fechas, la cadena de restauración Viena Capellanes elabora diariamente 1.000 torrijas, y esta cifra se incrementa hasta las 5.000 torrijas diarias a partir del Miércoles Santo; alcanzando una producción total de aproximadamente 40.000 torrijas, que se elaboran de manera totalmente artesanal en su obrador central de Alcorcón (Madrid).
Más jugosas y deliciosas
Son muchas las versiones de este producto tan tradicional, pero pocas las que combinan tradición, innovación y calidad artesana. En este obrador, con más de 150 años de historia, “se ha mejorado ligeramente la fórmula con la que se infusionan las torrijas, para que sean más jugosas y deliciosas”, comenta Antonio Lence, director general de Viena Capellanes; aunque se mantiene la esencia de la receta tradicional.
El pan brioche de doble fermentación, que elaboran en el mismo obrador, se baña en una crema de leche enriquecida con nata y yema de huevo, e infusionada con canela y ralladura de limón y naranja. Tras dejar que el pan absorba este líquido, se pasan por huevo y se fríen hasta que estén doradas. Posteriormente, en el obrador madrileño terminan la elaboración con un almíbar. Viena Capellanes elabora también una versión sin gluten de la torrija clásica.
Mejor torrija de innovación
Además de la torrija clásica, desde el año pasado, incorporan a su oferta una torrija de chocolate gold con crunch de frambuesa, coronada en 2023 como la “Mejor torrija de innovación de Madrid”, reconocimiento otorgado por la Asociación de Pasteleros de Madrid. Esta torrija se elabora con un pan brioche de doble fermentación, al que se le ha añadido un elevado porcentaje de chocolate Gold, tanto en la masa como en el baño de crema inglesa en el que se infusiona. Otra de las particularidades de esta torrija es que se hornea -en vez de freirse- para que sea mucho más ligera. Esta torrija se acompaña de una salsa de chocolate líquido y un crujiente de frambuesa liofilizada.
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