El chef y arquitecto catalán Sergi Martínez (en la imagen) traslada a Madrid su propuesta de éxito de “El Jardí de Can Figueres” de Granollers (Barcelona). Sapoal lleva el nombre de la recolata playa de Cadaqués en la que Sergi jugaba de niño.
Cocina mediterránea y francesa concebida para un público “foodie” y exigente, para comensales que valoran la creatividad y la calidad de la materia prima, para personas que buscan experiencias gastronómicas que les permitan disfrutar y sorprenderse. Con esta propuesta, el chef Sergi Martínez presenta Sapoal en Madrid (Luchana, 13) , un restaurante de nueva apertura con el que desembarca en la capital después de una experiencia de éxito en El Jardí de Can Figueres.
Además, llega con la singularidad de que la cocina y su creatividad están inspiradas en el universo de Salvador Dalí. No en vano el chef ejecutivo del restaurante nació en Cadaqués, donde se halla la Casa-Museo de uno de los artistas que mejor representó el Surrealismo en España, aunque se crió en Figueres, otro de los grandes escenarios dalinianos.
Ubicado en el corazón de Madrid, Sapoal es el sueño materializado de un cocinero singular, Sergi Martínez, que antes fue arquitecto y, antes que eso, fue un niño que se cruzaba en su Cadaqués natal con un personaje, “friki donde los haya”, que respondía al nombre de Salvador Dalí. Un artista que iba a coger erizos a Sapoal, la recoleta playa en la que Sergi jugaba mientras crecía. De ahí el nombre del restaurante.
En el corazón de Madrid
Con capacidad para 35 personas, la misma que tiene El Jardí de Can Figueres, Sapoal pretende hacerse un hueco en el universo “gastro” de Madrid. Energías no le faltan a Sergi Martínez, un hombre de carácter que llega con muchas ganas y con la ilusión de mostrar todas sus fortalezas gastronómicas: “No me da miedo, porque soy de esa tierra en la que sopla la tramontana. Y ese viento perturbador nos aporta un punto de locura que nos permite afrontar aventuras interesantes”. Y es que la biografía de Sergi Martínez es todo un cúmulo de aventuras, una sucesión de experiencias muy particulares que, finalmente y por azar, desembocaron en los fogones.
De la arquitectura a la cocina
Lo más curioso de Sergi Martínez es que desempeñó su oficio de arquitecto sobre todo en África, un continente al que llegó para realizar un trabajo de seis meses en el Congo (“un sitio muy chungo, donde los hoteles costaban un euro y te disparaban por nada”) y en el que acabó quedándose 13 años, en un periplo que tuvo paradas en Senegal, Gambia, Cabo Verde, Mali, Mauritania…
Lo que no esperaba Sergi Martínez es que, en uno de sus viajes a España, la cocina se cruzara en su vida gracias a un amigo que le pidió ayuda en su restaurante. Un proyecto en el que se involucró cinco años y que acabó con gran éxito. Y de ahí llegaron los concursos, los premios, los espacios televisivos de cocina y el reconocimiento público.
Mano a mano con los grandes
Pero Sergi Martínez quiso volar más alto, por lo que puso velocidad de crucero y trabajó con los grandes: Santi Santamaría, Nandu Jubany, Mugaritz, Jordi Roca… Aprendió la técnica y utilizó sus conocimientos de arquitectura y estética para desarrollar una creatividad muy particular con su experiencia de esbozos, planos y plantillas. “Cuando hacía edificios los tocaba, los medía, los domesticaba y hasta olía el hormigón, pero no podía comerlos ni saborearlos”, dice con humor Sergi Martínez. “Ahora hago volúmenes y estructuras y me encanta disfrutarlos y saborearlos”.
Así que la fusión de su creatividad como arquitecto y su pasión por la cocina han sido reconocidos en numerosas competiciones culinarias: Premio Innovación Concurso La Selva (2013), ganador del programa “Cuines” de TV3, primer premio del Concurso Internacional de Gascogne de la Federación Francesa de Cocina (2013), finalista del concurso Cocinero del Año (2014), Cuiner del Bages (2014), semifinalista del concurso Cocinero del Año (2015), quinto puesto en el Campeonato de España de Tapas Gourmet, primer puesto en Innovación en Gourmetapa, quinto puesto en el Concurso Cocinero del Año (2016) y finalista del Concurso de Pinchos y Tapas Ciudad de Valladolid durante cuatro años consecutivos desde 2016.
Sergi Martínez llega a Madrid con Sapoal dispuesto a trasladar su propuesta culinaria de Cataluña aportando sabores y toques madrileños. En su amplia carta, se han colado algunos de los platos emblemáticos de El Jardí de Can Figueres, como el arroz negro ampurdanés, meloso y con sepia; el rape con salsa de almendras y bogavante o el canelón de pollo de campo con trufa en su propio caldo. Pero hay muchos más.
Inspiración en el universo de Dalí
Los conocimientos de arquitectura de Sergi Martínez le han servido, incluso, para diseñar, junto a la artista Maïa Radresa, la vajilla del restaurante, inspirada en Salvador Dalí. Y es que su propuesta gastronómica está llena de sorpresas creativas. Por ejemplo, nos encontramos con una versión del pan con vino y azúcar que tanto gustaba al pintor de Cadaqués y un plato muy especial, denominado “Juntos”, que es todo un homenaje al amor que se profesaban Dalí y Gala: “No se respetó en su día que ambos reposaran juntos después de muertos, porque Dalí acabó enterrado en el Museo de Figueras, muy lejos de Gala, quien yace en el Castillo de Púbol. Eran seres muy solitarios. A Dalí se le veía más, sobre todo en el Café Astoria, pero Gala apenas salía. Dalí, sí, y no pasaba desapercibido, porque solía ir a comprar y a pasear con su gorro de leopardo o con su barretina. Era inconfundible”.