Conocida como la reina del “cupcake” y autora del exitoso blog de repostería creativa “Objetivo: Cupcake Perfecto”, Alma Obregón (Bilbao, 1984) tiene, no obstante, formación en Comunicación Audiovisual y Pedagogía del Violín. Autora de varios libros de recetas, es popular por sus programas televisivos (“Dulces con Alma” en Canal Cocina y “Cupcakes Maniacs” en Divinity) y como la fresa es acaso su producto fetiche, ejerce como embajadora para el mercado nacional de la campaña “Fresas de Europa”. Por eso, hemos compartido con ella un reciente viaje a Huelva, donde hemos descubierto también otra sorprendente faceta de esta mujer tan versátil: lleva corridos ocho maratones y hasta algún ultramaratón. Pura energía.
Texto: Luis Ramírez. Fotos: Alma Obregón y Origen
¿Cuál es su personaje histórico favorito?
Podrían ser muchos, pero, según están las cosas, me quedo con Martín Luther King,
¿Y de ficción?
Alguien un poco friki, Han Solo
Recomiéndeme un libro…
“Expiación”, de Ian McEwan
¿Cuál es su viaje favorito?
Mi viaje de novios con Lucas, un mes de recorrido por Estados Unidos, sobre todo por los Parques Nacionales
¿Cuál es su viaje pendiente?
Volver a Japón sin obligaciones de trabajo ni tantas prisas, como Dios manda.
¿Cuál es su comida favorita?
Me gusta todo, porque soy muy tragona. Pero, por citar una receta, el hummus.
¿Qué representa lo dulce en su vida?
Era mi pasión desde siempre y, a pesar de ser mi profesión, cada vez me gusta más.
¿Qué pasión ha descubierto recientemente?
La maternidad. No pensaba que me fuera a gustar tanto. Me ha cambiado la vida.
¿Cómo vive la emoción de la Naturaleza?
Me encanta en todos sus sentidos: senderismo, correr por la montaña, la escalada, los animales, hacer deporte al aire libre.
¿Qué le pide a un vino?
Solo que me guste y que acompañe la comida. No tengo mucho conocimiento.
¿Qué ve en televisión?
Series, sobre todo con Netflix
¿Dónde le gustaría vivir?
Donde vivo, en las afueras de Madrid, que se vive realmente bien. O quizá en algún pueblo norteamericano perdido, rodeada de montañas.
¿Cuál es su ocupación favorita?
Correr
¿Su posesión más preciada?
Aunque no son posesiones, mi marido y mi hijo.
¿Cuál considera su mayor logro?
Haber podido dedicarme al mundo dulce. Era mi sueño y se ha hecho realidad.
¿Qué talento le hubiera gustado tener?
Pintar, porque hago muchas cosas con las manos, pero la pintura se me da fatal. También me gustaría saber coser.
¿Cuál será la meta de su próxima carrera?
Literalmente, Boston, donde correré la maratón. Y metafóricamente, poder montar, además de la escuela de reposteria que ya tengo, una de panadería.
¿Qué rasgo de su carácter la define?
Soy muy positiva y alegre.
¿Cuándo derramó su última lágrima?
Fue de felicidad con el nacimiento de Bruno
¿Cuál es la cualidad que más valora en las personas?
La sinceridad y la honestidad
¿Y su principal cualidad?
Quizá ese positivismo, porque, además, intento transmitirlo.
¿Qué es lo que más detesta?
Las mentiras y la gente que siempre intenta restar y no sumar.
¿Y qué le inspira indulgencia?
Lo perdono todo. No guardo rencor ni siento ira.
¿Qué le parte el corazón?
Todas esas enfermedades que nos quitan a personas cercanas y no tan cercanas.
¿Qué le alegra la vida?
Aparte de mi hijo y mi marido, el buen tiempo para disfrutar de la Naturaleza. Y también cuando dispongo de algún día de descanso.
Si pudiera cambiar una sola cosa del mundo, ¿qué elegiría?
Erradicar la pobreza, aunque suene a mito
¿Qué es la fresa para usted?
Siempre ha sido mi fruta favorita. Tengo fotos con dos años zampando fresas como loca. Es una gran aliada en la repostería y muy versátil, tanto para lo salado como para lo dulce.
¿Cuál es su lema?
Hay que perseguir los sueños pase lo que pase.