El próximo viernes 5 de junio, el complejo hotelero Mar de Fulles (situado en el Parque Natural de la Serra d´Espadá, en Castellón) reabre sus puertas con todas las medidas de seguridad necesarias para proteger al equipo y a las personas que se alojen. “El cierre temporal, a causa del Covid 19, ha sido una pausa en el camino que nos ha servido para aumentar la cosecha de las frutas y verduras cultivadas en nuestro huerto y preparar el espacio para que nuestros clientes puedan respirar aire puro tras meses confinados”, señala Juanma Urbán, gerente de Mar de Fulles.
Ubicado en el corazón del Parque Natural de la Serra d’Espadá, concretamente en el municipio castellonense de Alfondeguilla, Mar de Fulles es el sueño de Juanma Urbán y Maria José Serra. Los dos empezaron de cero con un objetivo común, demostrar que apostar por lo sostenible es posible y se puede aplicar y transformar en un proyecto de turismo social y ecológico. La muestra es que hoy en Mar de Fulles funciona exclusivamente con energía solar, iluminación de bajo consumo y ciclo cerrado del agua, que consta de un pozo propio, de una depuradora de filtro verde y la reconducción del agua de lluvia al acuífero. Un sueño de lugar para las personas que disfrutan de las sensaciones que ofrece un entorno 100 % natural y una cocina cuidada. Aquí cada día se recogen frutas y verduras de temporada del huerto ecológico, situado a pocos metros del restaurante para ofrecer una experiencia inolvidable en el corazón de la Serra d’Espadá.
En 2016, Mar de Fulles se convirtió en el primer hotel autosuficiente y socialmente responsable de Europa, gracias al premio Citizenergy del Parlamento Europeo. Galardón que reconoce la mejor iniciativa europea en el campo de las energías renovables y la economía colaborativa. El complejo está construido con cal, madera y termoarcilla y, en sus inicios, se plantaron 40.000 alcornoques para compensar las emisiones de CO2 de la construcción. “Somos neutros en CO2 y nuestro compromiso es mantener la negatividad en CO2”, asegura Juanma Urbán. Además, la red de caminos que recorre el entorno se realizó a pico y azada durante año y medio sin utilizar medios mecánicos.