Ya han pasado más de 100 años desde que el grupo Viena La Baguette iniciase su andadura en la elaboración del pan artesanal en Madrid. Años en los que a través de reinventarse, pero sin dejar de mantener la esencia de sus inicios, han supuesto un reconocimiento por parte del Ayuntamiento de Madrid con la placa que otorga a los comercios centenarios en agradecimiento a los servicios prestados a la ciudad.
Viena La Baguette se distingue como un obrador artesano de panes auténticos y exclusivos en los que la materia prima es la gran obsesión de la familia y es la razón fundamental que les ha permitido emprender este largo camino. El legado de esta vocación artesana, la transmisión de conocimiento y emoción y la exquisitez del producto han sido los pilares fundamentales del negocio que han dotado de personalidad propia a cada una de sus elaboraciones Paco Fernández, quien ahora regenta el negocio, agradece a cada uno de sus antecesores el esfuerzo y la ayuda que le han otorgado para llegar hasta el día de hoy y por supuesto, asegura que la continuidad está asegurada con la quinta generación de la familia.
Su local ubicado en la Calle Santa Brígida luce a partir de ahora con orgullo esta placa conmemorativa que tan solo es el reflejo del esfuerzo que esta familia panadera ha conseguido a través de cariño, tiempo y paciencia. Una tahona completamente artesanal que ha conseguido alcanzar un nuevo concepto del pan además de acoger en los últimos años una nueva versión pastelera y repostera de la más alta calidad. Viena La Crem muestra las elaboraciones más dulces de la empresa y adentrados en casi el mes de abril, sus torrijas se convierten en un auténtico reclamo para los amantes de los dulces artesanos.
Una empresa centenaria que transmite su pasión bajo la definición de “obrador, tahona, laboratorio, todo en definitiva es el taller del creador”, así es Viena La Baguette.