La Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC), consciente de la importancia de incorporar verduras en la alimentación diaria de los niños, propone recetas originales y divertidas para captar el interés de los más pequeños.
La infancia es una etapa clave en lo relativo a la educación alimentaria. Además de los nutrientes, vitaminas y minerales, necesarios para un sano y correcto crecimiento, durante estos primeros años, el menor adquiere los hábitos alimenticios que pondrá en práctica durante el resto de su vida.
Una buena solución, en este sentido, son las verduras congeladas. Por su alto contenido de agua, las verduras facilitan la eliminación de toxinas del organismo, y ayudan a mantenerse hidratado. Son fuente de vitaminas, antioxidantes, ricas en fibra y ayudan a eliminar el exceso de líquidos. Y, además, el proceso de ultracongelación mantiene todas sus propiedades intactas desde el campo a la mesa, aumentando su vida útil y facilitando la nuestra.
Para llevar una alimentación saludable se recomiendan platos compuestos por un 50% de verduras y hortalizas, un 25% por hidratos de carbono y el 25% restante, por proteínas. Un equilibrio nutricional que podría tener beneficios en el menor más allá de su correcta alimentación y crecimiento, potenciando sus capacidades y elevando sus aspiraciones.
Los niños, además, destacan por su imaginación. Ven la vida a través de unas gafas colores, y si nos las ponemos de vez en cuando, podemos llegar a conquistarles. Las formas divertidas, los colores, inventar juegos, o cualquier otra idea que cultive su ingenio son aspectos que ayudan a la hora de que aprecie la comida y disfrute de ella.
Para ASEVEC, la imaginación en los platos infantiles tiene un papel fundamental, motivo por el cual recomienda incluir verduras congeladas en todos sus formatos: cortadas, en puré, cremas y sopas, en forma de pastel, e incluso postres. Y, por supuesto, fomentando que los más pequeños participen en su elaboración. La comida es un placer, y como tal, debe ser divertido.
Por todos estos motivos, y muchos más, ASEVEC propone tres recetas saludables y originales a base de verduras congeladas.
Espaguetis de judías verdes
Ingredientes
Elaboración
Licuar las judías congeladas con una licuadora y reservar el líquido.
En una encimera, hacer un volcán con la harina dejando un hueco en el centro.
Poner las yemas de huevo en el hueco. Añadir una pizca de sal.
Incorporar poco a poco el licuado de judías verdes e ir mezclando para que se integre y no haya exceso de líquido. Cuando quede una masa compacta y que no se pegue, reservar media hora en la nevera.
Enharinar un poco la encimera, sacar la bola de masa y cortarla en 4.
Ir amasando con el rodillo cada bola hasta que quede fina para poder meterla por la maquila de pasta para cortarla en forma de espaguetis.
Cuando esté cortada, poner una olla con agua, una pizca de sal y un chorro de aceite al fuego.
Cuando hierva, meter la pasta y dejar cocinar 3 o 4 minutos.
Transcurrido el tiempo, sacar de la olla y meterla en un bol con agua fría y hielos para cortar la cocción.
Mientras, en una sartén pequeña, saltear ligeramente los taquitos de jamón. Cuando estén, añadir el tomate frito y poner a fuego suave para que se caliente.
Para terminar, escurrir bien la pasta y mezclarla con la salsa de tomate y jamón. Espolvorear ya en el plato al gusto un poco de queso parmesano rallado.
Quesadillas de espinacas
Ingredientes
Elaboración
Poner una olla con agua a hervir. Cuando esté burbujeando, añadir las espinacas congeladas y dejarlas cocinar durante 2-3 minutos. Cuando estén listas, escurrir y reservar en un plato.
Precalentar el horno a 180ºC. Saltear en una sartén, con un poquito de aceite, los taquitos de jamón serrano hasta que estén un poco dorados.
Estirar las tortillas en una bandeja y poner en el centro de cada una ¼ de las espinacas. Echar por encima de cada una ¼ del queso rallado. Por último, añadir unos taquitos de jamón.
Doblar a la mitad y meter al horno con un papel debajo hasta que se funda el queso.
Sacar del horno y servir.
Serpiente de espárragos
Ingredientes
Elaboración
Saltear los espárragos congelados en una sartén, con un poco de aceite para cocinarlos. Cuando estén blanditos, cortar en trozos pequeños. Añadir los guisantes congelados y dejar cocinando todo. Echar un poco de sal al gusto y 1 cucharadita de canela.
En otra sartén, tostar ligeramente los cacahuetes con cuidado de que no se quemen y reservarlos. Añadir el maíz congelado a la sartén de las verduras y dejarlo cocinar unos minutos. Cuando esté hecho, incorporar los cacahuetes previamente tostados y mezclar todo. Reservar en la sartén para que se enfríe un poco.
Precalentar el horno a 180ºC. Mientras se calienta el horno, estirar las 4 hojas de pasta filo sobre un papel de horno. Poner en el centro de cada hoja una fila del relleno de verduras; de forma que, al enrollarlo, quede como un rollito. Cuando estén los 4 hechos, juntarlos y enrollarlos en forma de espiral o serpiente con cuidado, siempre encima de una bandeja de horno con papel para que no se pegue.
Derretir dos cucharadas de mantequilla unos segundos al microondas y con ayuda de una brocha pintar la serpiente por arriba. Hornear durante 15 minutos aproximadamente hasta que esté dorado.
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