Con la llegada del verano, nuestra rutina da paso a los días de descanso, relajación y diversión. En esta época aumentan los momentos de ocio, los viajes y las largas temporadas fuera de casa, lo que puede hacernos descuidar los buenos hábitos para el cuidado y preservación de nuestro entorno. Disfrutar al máximo del verano es totalmente compatible con el cuidado del medio ambiente y la práctica de hábitos de vida saludables, por ello, FIAB presenta un decálogo que incluye consejos prácticos para conseguirlo.
Así, desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas se recuerda el compromiso de este sector con la protección del medio ambiente, puesto que las materias primas necesarias para la elaboración de los alimentos proceden directamente del medio natural y su correcta conservación implica asegurar una producción sostenible a largo plazo.
La industria trabaja con toda la cadena para conseguir este objetivo, siendo el trabajo de sensibilización con el consumidor uno de los pilares más importantes. “Los retos medioambientales exigen la actuación de todos. Queremos recordar a los ciudadanos que la suma de los pequeños gestos cotidianos pueden contribuir muy positivamente al bienestar ambiental y social”, ha asegurado Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB.
Durante el verano, el control de la temperatura es vital para garantizar que los alimentos sean seguros, lo que nos lleva a extremar las medidas a la hora de conservarlos. Las altas temperaturas del periodo estival favorecen la reproducción de microorganismos en los alimentos, acelerando la degradación del producto y propiciando el riesgo de intoxicación. Mantén los alimentos refrigerados a una temperatura óptima y evita que acaben en la basura.
En la nevera, es importante ubicar los alimentos según las distintas temperaturas interiores del frigorífico. A la hora de la compra, los alimentos refrigerados y congelados deben adquirirse al final, y ser transportados en bolsas térmicas para mantener la cadena de frío. Una vez en casa, no te olvides de guardar primero los productos que requieran refrigeración y así evitar que se echen a perder.
Verano es sinónimo de ocio y planes imprevistos, siendo habitual hacer más comidas fuera de casa. Antes que los productos se estropeen, puedes cocinarlos y congelarlos.
Tanto dentro como fuera de casa, los buenos hábitos deben acompañarnos siempre, además ¡el medio ambiente no se va de vacaciones! Si no encuentras un contenedor cercano, guárdalo para después depositar cada residuo en su contenedor correspondiente. De esta manera contribuyes a la preservación del medio natural.
Los Bancos de Alimentos y comedores sociales viven también su temporada alta en verano. Sin embargo, el número de donaciones suele descender en esta época del año, concentrándose en el periodo navideño. Si las vacaciones te pillan con el frigorífico lleno, apúntate a la donación solidaria, evitas el desperdicio y ayudas a los que más lo necesitan.
Con el sol y el calor, es necesario vigilar la hidratación y la ingesta diaria de líquidos para ayudar al organismo a regular la temperatura corporal. Mantén tu organismo hidratado y no esperes a tener sed, ya que es el primer síntoma de deshidratación.
Disfrutar al máximo del verano es totalmente compatible con el cuidado de nuestra salud. En tus viajes, disfruta de la riqueza de nuestra gastronomía, siempre de manera variada y equilibrada. También puedes aprovechar las horas de luz para practicar ejercicio al aire libre y deportes reservados al verano.
Los largos días que ofrece el horario de verano nos dan más opciones para economizar nuestra factura de la luz. Puedes ahorrar más energía pues no son necesarias las luces artificiales y podemos evitar el funcionamiento de electrodomésticos de gran consumo, como el uso de la secadora, o regulando la temperatura del calentador.
En las horas de calor intenso, cierra las ventanas para que no aumente la temperatura interior y recuerda ventilar en las horas más frescas. Si tienes aire acondicionado, intenta encenderlo lo más tarde posible y mantén los filtros limpios para no aumentar el gasto de energía.
Además, para combatir el calor, los alimentos y bebidas de verano son una excelente opción para refrescarse.
La primavera y el verano son las estaciones del año donde aumenta la demanda de riego, por lo que, gestionar el uso correcto del agua se hace más necesario estos meses. El riego por goteo es uno de los sistemas más eficientes por ser un riego localizado y porque permite ser programado incluso cuando nos hemos ido de vacaciones. Recuerda siempre hacerlo en las horas de menor calor para mejorar la eficacia del riego.
Lo mejor de esta época es poder compartirla con la familia y amigos. Practica el turismo sostenible y disfruta los buenos momentos siempre de manera respetuosa con el medio ambiente. ¡Nuestro entorno te lo agradecerá!
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