La provincia de Cuenca cuenta con 137 establecimientos hoteleros y más de 400 casas rurales que permitieron recibir en el año 2019 a 319.000 viajeros de los que más del 87% eran turistas nacionales. Partiendo de este dato que habla de la gran disponibilidad de kilómetros en la provincia, 911 km cuadrados en concreto, la Diputación Provincial de Cuenca quiere poner de manifiesto las posibilidades de un destino ubicado en el centro del territorio nacional, que ofrece disfrutar tanto de la ciudad como del campo. Cultura, naturaleza, slow life y gastronomía para un modo de vida que es ahora tendencia y que dispone de todos esos elementos. La Diputación conquense ha presentado esta campaña en Madrid, durante un evento celebrado en el Mercado de San Miguel que ha contado con la presencia del presidente de la Diputación, Alvaro Martínez. En la imagen, el spot publicitario que se ha lanzado.
Recientemente ha tenido lugar la presentación del spot publicitario de “Cuenca, Kilómetros de Calma”, de la Diputación Provincial de Cuenca en Madrid. Se celebró en el emblemático Mercado de San Miguel, en donde se reunieron diversos cargos de la Diputación de Cuenca, entre ellos, el presidente, Alvaro Martínez Chana. El motivo, dar a conocer las características y cualidades turísticas de las que Cuenca disfruta como destino turístico, quien aprovechó la ocasión para mostrar las bondades de la provincia como un lugar “donde naturaleza, gastronomía, cultura e historia se dan la mano para ofrecer al visitante una experiencia única”.
Cuenca es cultura
Declarada Patrimonio de la Humanidad, la ciudad de Cuenca respira cultura en cada rincón de sus calles y alrededores. Su primitivo nombre se baraja entre Anitorgis, Sucro y Concava, aunque no hay ningún rastro fiable que lo pruebe. La historia de Cuenca la trasmiten sus cuestas, sus casas, rincones y alrededores. Atractivos culturales como las Casas Colgadas o el Museo de Arte Abstracto son paradas obligatorias para todo aquel que quiera empaparse de la historia de una ciudad cuyos orígenes se remontan al Imperio Romano.
Otros atractivos culturales son la Catedral de Santa María y San Julián, Monumento Nacional desde 1902, el Cerro del Socorro, uno de los miradores con mejores vistas en el que se sitúa el monumento del Sagrado Corazón de Jesús o el Castillo de Cuenca, cuya muralla sigue en pie desde la última edificación en la época de Felipe II.
Por último, pero no menos importante, podemos hablar de otros lugares de interés de la provincia, como por ejemplo Beteta, situado en el extremo norte de la provincia, cuyo casco urbano y el castillo de Rochafria son de especial interés, pudiendo visitar su Plaza Mayor con una balconada típica serrana, la Iglesia de la Asunción con su portada plateresca y el retablo neogótico en su interior.
También Alarcón es una parada de relevante interés. Recibe al viajero con un aspecto arrogante de villa medieval sobre una peña abrazada por el río Júcar que está protegida por su fortaleza, una de las más formidables de la geografía de la provincia. Su castillo, está acondicionado como Parador de Turismo, en el que Don Juan Manuel escribió gran parte de su obra. Alarcón ha sido declarada Conjunto Histórico por su completo recinto amurallado y la belleza de sus edificios monumentales y medievales.
Belmonte es otra parada de relevante interés cultural. Fue donado en1398 a Don Juan Pacheco, primer marqués de Villena. Su castillo sirvió de fortaleza y de palacio a esta importante familia nobiliaria, parece que fue prisión de Juana la Beltraneja y, finalmente, hogar de la emperatriz Eugenia de Montijo cuando perdió el trono francés. Un castillo que ha servido de escenario cinematográfico en múltiples ocasiones.
Las ciudades romanas de Ercávica, Segóbriga y Valeria, son hoy parques arqueológicos de gran interés cultural, junto con otras paradas obligadas para el turista que busca enriquecerse de la gran historia de la provincia como Villar del Humo, Tragacete, Moya o San Clemente entre otras. Sólo se puede comprender la amplitud de su riqueza cultural visitándolas.
Cuenca es naturaleza
Cuenca se caracteriza por un típico clima Mediterráneo templado, en el que se puede hablar de la Serranía Baja y la Serranía Alta, cada una caracterizada por paisajes verdes en los que habitan una amplia tipología de fauna y flora.
En la Serranía Baja, al oeste se puede disfrutar de una vegetación principalmente de pinos, con unos paisajes surcados por las impresionantes hoces que forman los distintos ríos. Muy conocidas de esta zona son también las formaciones geológicas llamadas Mogotes (que forman la Ciudad Encantada) y las Torcas.
En la Serranía Alta se puede disfrutar de una importante reserva vegetal se da cita en los extensos bosques de la zona, sobre todo, pinos de diversas especies, así como el álamo, el olmo o la sabina y el quejigo. En las hoces se observarán tilos, sauces y avellanos. En estos paisajes verdes, al norte de los Montes Universales habitan corzos, muflones y jabalíes. Cabe destacar en esta zona, el Parque Cinegético de El Hosquillo. En él, se puede observar una amplia fauna como osos, cabras monteses y lobos, ciervos, gamos y corzos.
Otra comarca importante desde el punto de vista natural es La Mancha que forma una impresionante llanura que sirvió como escenario de las aventuras de Don Quijote. El tipo de clima de esta comarca natural hace posible que se cultiven cereales, vid, girasol, olivos y ajos. Debido a esta extensa llanura, tan sólo en las proximidades de los ríos se pueden apreciar algunos chopos, olmos, álamos y sauces que rompen la monotonía del paisaje. Sin olvidar las congregaciones de encina y de pino piñonero.
Cuenca es slow life
Cuenca, más que un destino, propone un estilo de vida, basado en la autenticidad y en los placeres más sencillos, pero más gratificantes de la vida, el slow life. Para ello, la región ofrece un turismo de acción que proporciona al visitante el poder estar en contacto con la naturaleza, no solo de sus paisajes, fauna y flora, sino del acercamiento y conocimiento de su historia, tradiciones y riqueza cultural.
Recorrer los campos de mimbre, La zona próxima al río Escabas y su afluente, el Trabeque, serpentean por las tierras del mimbre otorgando color y vida. Muy cerca, se puede disfrutar de la Alcarria y el Parque Natural del Alto Tajo, en la que se produce una de las mejores mieles del mundo, un lugar donde sumergirse en este arte milenario que fabrican desde tiempos inmemoriales las abejas, gracias al buena hacer de los apicultores.
Cabe destacar las diferentes rutas por la provincia que Cuenca ofrece, divididas en La Alcarria, La Mancha, La Manchuela y La Serranía.
Cuenca es Gastronomía
Hablar de Cuenca también es hablar de gastronomía. De cocina de raíz y de serranía. Morteruelo, ajo arriero, lomo de orza, zarajos, cordero, perdices, quesos, alajú, junto con excelentes vinos de la tierra y digestivos licores: Resoli y Aguardiente de la Sierra, son los elementos fundamentales de la gastronomía tradicional de Cuenca.
Las carnes que principalmente se consumen son las de cordero y cerdo. El cordero se cocina principalmente asado aunque es frecuente comerlo en caldereta. Las tripas de este animal, bien lavadas y sazonadas, se entrelazan alrededor de un sarmiento y se asan en las ascuas, dando lugar a los “zarajos”, plato típico de Cuenca.
La caza es elemento fundamental en la gastronomía conquense. Liebre y conejo son las especies más abundantes junto con la perdiz, que se come escabechada o con el tradicional guiso de judías. La caza menor es el ingrediente fundamental del plato más tradicional de Cuenca, el morteruelo.
Los variados pastos de la provincia proporcionan un completo alimento para las ovejas, que aportan un excelente queso en todas sus modalidades, aunque sin ninguna duda el más famoso y reconocido es el queso manchego, que compite con los mejores quesos nacionales e internacionales. El queso se suele hacer otoño e invierno ya que es cuando se considera que la leche es mejor calidad. Se puede tomar fresco, curado, en aceite y frito sirve como aperitivo o como delicioso postre acompañado con uva, miel o membrillo.
Junto con los vinos manchegos, el licor por excelencia de Cuenca es el «resoli «, bebida digestiva muy típica y que se acompaña con postres conquenses como el alajú, mantecados o los suspiros de monja para completar la experiencia. El Resoli está compuesto por aguardiente de la sierra, café, esencia de naranja, azúcar y canela en rama.
Además de disfrutar de estos productos regionales y platos típicos en sus múltiples tabernas, destacan restaurantes presentes en guías con diversos reconocimientos gastronómicos como Raff o el estrella Michelin Trivio, del chef Jesús Segura.