Se trata de uno de los ejemplos más arraigados en nuestro patrimonio cultural a la hora de buscar el aprovechamiento de recursos naturales. Sin la trashumancia, los pastos que crecen en montes y llanuras no son aprovechados por las cabañas, lo que provoca un abandono que está directamente relacionado con la proliferación de incendios forestales y la pérdida de la biodiversidad que fomenta el trasiego de los rebaños.
El abandono de los oficios tradicionales del ámbito rural supone un riesgo directo para encontrar pastores que sigan manteniendo viva la trashumancia, con todos los beneficios que ésta reporta a las economías de la España Vaciada y al medio ambiente. Por este motivo, diversas entidades están trabajando de manera activa en la búsqueda de soluciones.
Aliadas tecnológicas
Las nuevas innovaciones tecnológicas han puesto el alcance de la trashumancia una caja de herramientas que hace posible su lucha por la supervivencia. La implementación de alterativas al recorrido a pie, el desarrollo de dispositivos con tecnología GPS para el permanente posicionamiento de las ovejas o la utilización de drones de seguimiento son algunas de las innovaciones que el avance de las nuevas tecnologías ha puesto al alcance de los pastores del siglo XXI.
El Grupo Operativo Ovinnova, liderado por instituciones medioambientales y sectoriales, con el apoyo de las administraciones estatal y comunitaria, ha establecido líneas de trabajo para sentar las bases para la mejora de la competitividad del pastoreo trashumante. Para ello, plantea la creación de un nuevo modelo de negocio de prestación de servicios ganaderos viable, productivo, competitivo y que contribuya a preservar la biodiversidad. La trashumancia, como método de ganadería extensivo, ocupa un lugar destacado por su capacidad de asegurar un fenómeno ecológico, económico y sociocultural.
Desde esta plataforma se han planificado para los años 2020 y 2021 actividades de asistencia administrativa y logística a las ganaderías trashumantes, así como acciones de formación, investigación, conservación de hábitats y uso de nuevas tecnologías, tanto en las zonas receptoras como en las emisoras de ganado (fundamentalmente la cordillera Cantábrica y las dehesas del sur de España).
Las cañadas que recorren nuestra geografía para permitir el recorrido de los rebaños son una de las joyas del patrimonio natural de la Península Ibérica. Su utilización por los pastores es la mejor forma de asegurar su futuro. Incrementar el consumo de carnes de lechal, cordero y ovino de origen europeo es una de las formas de fomentar la actividad ganadera. Un consumo consciente que permite disfrutar de la excelencia de un producto nutritivo y equilibrado mientras se contribuye activamente a la conservación natural.
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