Alimentarse bien es uno de los mejores y más seguros caminos para proteger nuestra salud y ser felices.
Como demuestran multitud de estudios, muchas de las enfermedades crónicas que pueden prevenirse (cardiovasculares, obesidad, diabetes mellitus, algunos tipos de cáncer, osteoporosis, etc.) están relacionadas con nuestro comportamiento alimentario.
La buena noticia es que el consumidor puede influir directamente en su salud a medio y a largo plazo, simplemente cuidando su dieta (aparte de otros factores de su forma de vida, como aumentar la actividad física y dejar de fumar).
La dieta, mucho más que “nutrirse”
Etimológicamente, la palabra «dieta» proviene del griego «dayta», que significa ‘régimen de vida’ y es importante tener claro que mejorar la dieta es posible, pero implica llevar a cabo una alimentación y estilo de vida saludables.
Por ello, los nutricionistas y expertos en dietética consideran que la dieta es mucho más que un acto de ingesta de nutrientes y que una dieta saludable es aquella que, junto con la práctica moderada de ejercicio implica, además de cumplir con criterios de seguridad, presentar un valor energético y nutricional adecuado y suficiente para cubrir las necesidades específicas de cada persona y evitar deficiencias.
Dentro de los principales grupos de alimentos, las proteínas son nutrientes indispensables en nuestra dieta diaria. Saber elegirlas y combinarlas es clave para tener y mantener un correcto estado nutricional y una de las fuentes proteicas más saludables a las que tenemos fácil acceso es el pescado.
El pescado, fuente de proteína de alta calidad
Los pescados, en general, presentan un contenido calórico medio-bajo, (pescado magro: 60-80 Kcal/100 g; pescado graso 150-200 Kcal/100g) y una menor cantidad de grasa que la carne. Además son buenas fuentes de proteínas de alto valor biológico, aportan vitaminas tanto hidrosolubles como liposolubles y algunos minerales. Además, muchas especies son ricas en ácidos grasos poliinsaturados Omega-3, cuyo beneficio para la salud cada vez es más patente.
En palabras de Beatriz Beltrán, Doctora en Farmacia de la UCM de Madrid y directora del Máster en Nutrición y Dietética Culinaria en Gastronomía de la UCM, “los pescados poseen propiedades nutricionales que los convierten en alimentos muy importantes dentro del patrón de la dieta mediterránea, modelo de lo que se considera una alimentación equilibrada y cardiosaludable, no solo por su aporte de ácidos grasos sino también de otros micronutrientes, sin olvidar la elevada palatabilidad de estos alimentos si se cocinan adecuadamente que proporciona al pescado un innegable valor gastronómico”.
Un valor nutricional que depende de la temporada y la estacionalidad
Como en el resto de animales, el valor nutritivo del pescado criado en libertad no es siempre el mismo en todas las especies y temporadas del año. Éste va a depender de diferentes variables como la especie, la edad, el medio en el que vive, la alimentación o incluso la época de captura.
Según un estudio publicado en 2005 en la revista Aquaculture, llevado a cabo por el Grupo de Investigación en Acuicultura del Instituto Ecoaqua en Las Palmas de Gran Canaria dirigido por la Doctora Marisol Izquierdo, “120-250 gramos de dorada de crianza cubren los requerimientos de Omega-3 diarios frente al pescado silvestre, del que serían necesarios 600g para tener la misma cantidad de Omega-3 y cubrir los requerimientos del consumidor”.
En palabras de Marisol Izquierdo, “el nivel de Omega-3 depende de la cantidad y calidad de la alimentación del pescado. Los pescados salvajes no comen todos los días y, en muchos casos, debido a la competencia por el alimento y a los depredadores, su supervivencia está por debajo del 1%. Sin embargo, en una granja acuícola, los peces tienen garantizado el aporte diario de alimento así como su calidad y seguridad. Por ello, el nivel de supervivencia medio durante el engorde en las granjas acuícolas está por encima del 80% y, además, los peces de granja tienen como mínimo hasta un 80% más de Omega-3 que sus homólogos salvajes»
El sello Crianza de Nuestros Mares distingue el pescado de crianza de nuestras costas
El pescado de crianza permite al consumidor saber que las variables nutricionales que le aportan tienen una regularidad y se dan de forma uniforme en cada ejemplar en cualquier época del año, lo que garantiza un aporte eficaz de nutrientes esenciales básicos y de proteínas, vitaminas y minerales, independientemente del mes en que se consuma.
“En este sentido, el pescado con el sello Crianza de Nuestros Mares, garantiza, además de la frescura, un sistema de producción de calidad que está certificado por Bureau Veritas para ofrecer el pescado de mayor garantía al consumidor, no solo por su calidad nutricional, sino por su frescura y seguridad”, afirma Javier Ojeda, gerente de la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR).