Fundada en 1891 por los monjes trapenses y responsable de la elaboración de los primeros bombones que se fabricaron en España en 1969, Trapa inició hace siete años un nuevo rumbo empresarial, marcado por una nueva propiedad y por una filosofía corporativa basada en tres pilares: innovación, diseño y conciencia social y medioambiental. Fruto de este compromiso y bajo el lema ‘Plantando futuro contigo’, la chocolatera acaba de firmar un acuerdo de colaboración con la organización sin ánimo de lucro (R) Forest Project para contribuir a reforestar España. El convenio tiene vigencia hasta el 31 de diciembre de 2022 y comprende varias fases; la primera de ellas, que se llevará a cabo a lo largo de 2021, consistirá en la plantación de 10.000 árboles en cinco regiones del territorio nacional: Madrid, Castilla y León, Valencia, Sevilla y Canarias.
Un balón de oxígeno para el planeta
Según la FAO, cada año desaparecen del planeta 8,8 millones de hectáreas de masa forestal –una superficie superior a toda Andalucía– debido a diversos factores como el cambio climático, la construcción de infraestructuras, el crecimiento de zonas urbanas, el aprovechamiento de la madera con fines industriales, el aumento de los límites agrícolas y ganaderos o los incendios, ya sean provocados o por causas naturales. En este contexto, la reforestación del territorio es vital para mejorar nuestra calidad de vida: los bosques sirven de hábitat para las diversas especies, mitigan los efectos del calentamiento global y la desertificación –al mantener estables la humedad y los nutrientes del suelo– y son los pulmones de la Tierra, ya que liberan oxígeno y toman del aire el dióxido de carbono. De hecho, un árbol de unos 5 m3 puede absorber cinco toneladas de CO2 al año, las que se producen aproximadamente durante cinco vuelos de ida y vuelta entre Madrid y Nueva York.
«En Trapa –aseguran desde la compañía– queremos aportar nuestro granito de arena al medio ambiente y sembrar un futuro mejor para todos». Para ello, en asociación con (R) Forest Project, fundada por Fernando Ojeda, empezarán por plantar un total de 10.000 ejemplares autóctonos de cada región y de aproximadamente un metro de altura que, cuando alcancen la edad adulta, serán capaces de absorber una media de 50.000 toneladas de CO2 al año. El proyecto tendrá una segunda fase en 2022 para la reforestación de otras localizaciones españolas y es la continuación de una labor de recuperación de los bosques primarios que Trapa inició hace dos años al eliminar de todo su porfolio el aceite de palma.
Una fotografía irrepetible
Aunque la compañía, de capital 100 % español, ha querido centrar ahora sus recursos de responsabilidad social en el ámbito nacional, hace dos años fue la impulsora de una rompedora campaña para salvar un trocito de la selva de Borneo.
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