España es “un país de quesos”, y que cuenta con una de las mayores y mejores tradiciones queseras del panorama internacional. Seguramente la orografía y climas tan variados explican este patrimonio sin igual, de hasta 150 variedades entre quesos de vaca, cabra, oveja o sus mezclas.
Todo un mundo de sabores, aromas y texturas que responderán a los gustos de cada consumidor. Desde INLAC recuerdan cinco razones para apostar por quesos de origen nacional todo el año y, especialmente, en estas fiestas navideñas.
1.- Una dieta equilibrada, mejor con queso
Los quesos son ideales para incluir en todas las dietas y son perfectos en el marco de una alimentación variada y equilibrada. Su combinación o “maridaje” perfecto pueden ser con frutas como la uva, frutos secos, frutas deshidratadas y, de forma moderada con vino.
2.- Proteínas de alto valor biológico y calcio
El queso contiene proteínas de alto valor biológico y la cantidad de proteínas que aporta es superior incluso a las de su materia prima, la leche. El calcio es uno de los minerales más importantes para el cuerpo humano y precisamente el queso es uno de los alimentos con mayor concentración. Este mineral ayuda a formar y mantener los dientes y los huesos sanos, pero también es esencial para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular, recuerdan los expertos del comité científico de INLAC.
Además, el calcio ayuda a que la sangre circule a través de los vasos sanguíneos y a liberar hormonas y enzimas que influyen en casi todas las funciones del organismo. Una porción de unos 100 gramos de queso equivale al requerimiento diario de una persona adulta. El queso debe estar presente en la dieta de los niños y adultos también, junto a otros lácteos como la leche o el yogur por sus aportes nutricionales.
3.- Fuente de vitaminas de primera magnitud
El queso es un alimento rico en vitaminas A y D, que ayudan al cuerpo a absorber el calcio y a mantener los huesos y los dientes sanos. El queso también es rico en vitaminas del grupo B, entre las que destaca la B12, la B9 (ácido fólico), la B1 (tiamina) o la B2 (riboflavina).
4.- Productos innovadores: existe un queso para cada consumidor
Existe una amplia variedad en el mercado destinada a cada grupo de consumidores, sin olvidar los productos bajos en grasa y sal o sin lactosa, entre otros. Y es que ya no hay excusas para no disfrutar de uno de nuestros productos estrella de la Dieta Mediterránea.
5.- Toma 60 gramos de queso fresco al día o 30 si es semicurado o curado
De acuerdo con el consenso de la mayoría de las guías nutricionales de ámbito nacional o internacional, una dieta equilibrada debe incluir 2-3 raciones de lácteos al día en niños y adultos y 3-4 en colectivos con necesidades adicionales, como la adolescencia, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ancianos o deportistas. Una ración de leche equivaldría a 200-250 mililitros (una taza o vaso), mientras que la ración de yogur serían 250 gramos (2 yogures). Respecto a los quesos, la porción de semicurado o curado recomendada ronda los 30 gramos y, la de queso fresco, sobre 60 gramos.
MARIDAJES CON QUESOS DE ESPAÑA
¿Pero sabemos cómo maridarlos? ¿Qué bebidas combinan mejor con estos lácteos elaborados en España, un país de quesos? ¿Qué tal si preparamos una tabla variada para sorprender esta Navidad?
- Con vinos y cavas, cervezas, vermú… o aguas
El sabor suave a trigo de la cerveza marida con los quesos blandos de cabra. El cava y los vinos espumosos ayudan a limpiar tu boca y disfrutar de varios tipos de queso durante la misma velada, incluso el manchego, que tradicionalmente se ha vinculado mucho más con los tintos. El queso y el vino combinan estupendamente debido a los taninos del vino. A mayor curación, los quesos “piden” vinos más rotundos y gastronómicos, crianzas y reservas, tanto blancos como tintos, aunque también te puedes atrever con los versátiles rosados y con los siempre apropiados “vinos de postre”, como amontillados, de Jerez u otros “vinos dulces”. Hasta el vermut es perfecto para los quesos con personalidad, de sabor fuerte, a la hora del tradicional aperitivo. Tenlo en cuenta a la hora de preparar tu tabla de Quesos.
- Queso con membrillo, todo un clásico
El queso y el dulce membrillo siempre apuntan a tándem ganador. No hay mejor combinación entre alimentos, que casan en esta ocasión “como un guante”, y que es muy apreciada por la mayoría de los paladares, hasta los más exigentes y refinados. El queso contiene minerales y vitaminas un aliciente para no prescindir de los nutritivos y saludables lácteos. Combínalos para que tu tabla de Quesos sea “de diez”.
- Queso con salmón ahumado
Este sabroso pescado sabe mucho mejor acompañado de quesos cremosos de sabor suave. En aperitivo o como plato principal, salmón y queso son dos productos simbióticos que no faltan esta Navidad. En casa, es una de las alternativas más sencillas y saciantes junto a una ensalada. También durante las inminentes festividades.
- Quesos y frutos secos
Los pistachos, nueces o almendras van muy bien con quesos curados y las castañas con quesos tiernos o el rulo de cabra.
- En ensaladas, pastas… ¡y POSTRES!
Para añadir a nuestras ensaladas van muy bien los quesos frescos de textura blanda, como el queso de Burgos. También podemos alegrar las ensaladas con quesos semicurados combinados con fruta. Si nos gustan los quesos algo más intensos, el de cabra en una ensalada con higos es éxito asegurado. De igual modo, un queso de cabra curado o un manchego curado son ideales para la pasta. Los quesos azules se derriten bien y, en consecuencia, si los añadimos a la pizza, le daremos un toque diferente. Si mezclamos tu queso preferido, con mantequilla o nata, obtendremos una salsa insuperable para carne, pasta o verduras.
La “tarta de queso” es uno de los postres más consumidores en todo el mundo junto para concluir una velada de alta gastronomía.
- ¿Y para los niños? Durante la infancia tiene lugar el crecimiento y desarrollo del individuo y los lácteos ayudan a proporcionar nutrientes necesarios en este período. Pasados los primeros años, se recomiendan 2-3 raciones diarias de lácteos que aumentarán a 3-4 raciones durante la adolescencia. A los más pequeños les encantan los quesos suaves, frescos o de untar y según va aumentando la edad, ya podrán ir probando quesos con más intensidad y «cuerpo». En bocadillo, en ensalada o con fruta, hay mil combinaciones para que los pequeños aprendan a “amar” el queso.