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La DOP Queso Camerano recupera las pequeñas ganaderías

En el origen geográfico de este producto, que data del siglo XI, se ha instalado un nuevo punto lácteo para recoger cantidades menores de leche recién ordeñada, pero importantes, y conservarla en condiciones óptimas.

En el siglo XI, las ovejas merinas y las cabras eran el modo de vida de quienes vivían en la Sierra de Cameros (La Rioja). Con su leche, en primavera, producían queso fresco y lo comercializaban o cambiaban por otros artículos en los valles y en la capital, Logroño. Y cuando los pastores regresaban a las montañas, dejaban maduran lo que había sobrado. De este modo, tenían semicurado y curado. De entonces y de dicho lugar data un queso reconocido bajo la Denominación de Origen Protegida Queso Camerano.

La receta tradicional, la calidad de la leche y buen sabor empezaron a popularizarse, e incluso, el poeta Gonzalo de Berceo los menciona. En los monasterios, monjes y órdenes religiosas se preocuparon de conservar la receta. Hoy como ayer, uno de los objetivos de la DOP Queso Camerano, integrada por diez ganaderías y dos queserías, es garantizar la máxima protección de este producto. Por ello, ha apostado por la instalación de un punto lácteo para facilitar el trabajo de las ganaderías en la Sierra de Cameros y así contribuir a la subsistencia de sus habitantes y fijar población en el medio rural, sobre todo en esta zona de La Rioja tan despoblada. Para que no desaparezcan, para que la producción de sus cabras, de raza murciano-granadina y malagueña, y que pastan cada día en el área delimitada y autorizada, esté garantizada, que no se pierda.

Tres pequeñas ganaderías y más de 400 litros cada tres días

La quesería Lácteos Martínez-Queso Los Cameros y la ganadera Pilar Blanco Calleja, ambas adscritas a la DOP, lo han instalado en la localidad de Jalón de Cameros (Camero Viejo). Cuarenta años después, continúan el legado del fundador de la quesería de Haro, Jesús Martínez, quien en los años 80 apostó por el medio rural y propició que los ganaderos de la zona prosperaran como fuente de riqueza para el entorno.

Ahora, salvan el aislamiento y la inaccesibilidad de la sierra para un camión cisterna gracias a las facilidades de recogida, tres veces por semana, en el punto y la conservación en condiciones óptimas.

Tres pequeñas ganaderías de Sierra de Cameros, donde empezó la historia del queso que protege la DOP Queso Camerano, llevan a diario su leche recién ordeñada, tan solo 15 minutos separan el ordeño y la llegada al punto, donde se conservan óptimas sus propiedades y frescura.

Así, han incrementado sus ingresos y algunas de ellas valoran invertir más en ganado y en su actividad dada la seguridad actual y futura. Actualmente, se recogen más de 400 litros cada tres días. El punto lácteo supone volver al origen, a la Sierra de Cameros, apoyar a los ganaderos más pequeños, y velar por la trazabilidad del producto. Así, se superan barreras como la accesibilidad de los camiones cisterna a determinados lugares o el que pequeñas ganaderías no tengan una cantidad diaria elevada, pero no por ello importante, o no dispongan de los recursos para mantener la leche a la temperatura óptima. Es el primer paso para continuar con un proceso artesanal y tener como resultado un queso de calidad excepcional.

Hace cinco años se jubiló el único ganadero adscrito a la DOP de la Sierra de Cameros, en Torrecilla en Cameros, y con él desaparecieron las ganaderías en la sierra, donde originariamente se elaboraba este queso. A través de medidas como el punto lácteo, la DOP Queso Camerano trabaja para incrementar el número de asociados. En los dos últimos años, se han unido seis ganaderos. Se trata de dotar a los ganaderos de la sierra de una oportunidad de negocio a través de su actividad esencial, de proteger el sector primario, tan importante y tan abandonado.

 

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