Reconocido por su excelencia dentro y fuera de Galicia, el queso DOP San Simón da Costa destaca por dos características fundamentales, la leche con la que se realiza y la fase de ahumado con madera de abedul a la que se somete, otorgándole un sabor y aroma único e inconfundible. Por primera vez ve la luz un número limitado de piezas, fruto de un cuidadoso y laborioso proceso de elaboración que ha durado más de un año, justamente el correspondiente con su período de curación, 52 semanas. Estos quesos excepcionales en calidad y en sabor únicamente se podrían adquirir bajo petición y encargo previo.
El respeto a la tradición y el mimo artesanal con el que se fabrica hace del queso DOP San Simón da Costa un producto natural, exquisito y saludable. El escrupuloso respeto a las normativas higiénico-sanitarias, combinado con su elaboración tradicional y sus inmejorables materias primas, permiten al queso San Simón da Costa ser reconocido como un producto de excelente calidad, tanto dentro de Galicia como fuera de nuestras fronteras.
Con el objetivo de seguir avanzando a la hora de intensificar el inconfundible sabor y el aroma de sus quesos, la DOP San Simón da Costa presenta un número limitado de piezas exclusivas, sólo adquiribles bajo petición previa, sometidas a más de un año de maduración. Precisamente, un queso muy especial, fruto de un cuidadoso y trabajoso proceso.
Un delicado proceso de elaboración
Existen dos características especiales que destacan en el proceso de elaboración de un San Simón da Costa, justamente las que le otorgan un sabor y un aroma particular e inconfundible. En primer lugar, la leche con la que se realiza: pura leche de vaca de las razas Rubia Gallega, Pardo-Alpina y Frisona producida siempre en la zona —Vilalba, Muras, Xermade, Abadín, Guitiriz, Begonte, Castro de Rei, Cospeito y A Pastoriza. Todas en la provincia de Lugo—. En segundo, para imprimirle su peculiar aroma y sabor, se somete a una fase de ahumado en la que se emplea la madera de un árbol muy singular y mítico de esta área geográfica: el abedul.
El queso DOP San Simón da Costa tradicional posee una maduración mínima de entre 30 días para el formato pequeño o “bufón”, y de 45 días para las piezas grandes. Sin embargo, éste ha sido sometido a más de un año de curación, lo que potencia su sabor de forma exponencial.
Reconocido por su excelencia dentro y fuera de Galicia, el queso DOP San Simón da Costa destaca por dos características fundamentales, la leche con la que se realiza y la fase de ahumado con madera de abedul a la que se somete, otorgándole un sabor y aroma único e inconfundible.
Por primera vez ve la luz un número limitado de piezas, fruto de un cuidadoso y laborioso proceso de elaboración que ha durado más de un año, justamente el correspondiente con su período de curación. Estos quesos únicamente se podrán adquirir bajo petición y encargo previo.
El queso más intenso
Se trata del queso más intenso de la DOP, una delicatesen nacida del respeto a la tradición y el mimo artesanal aunado al uso de las mejores materias primas, potenciando al máximo su sabor tras un largo proceso de maduración.
¿Y cómo llegamos a este punto? El proceso es totalmente natural. Tradicionalmente, cuando el queso ha sido elaborado se deja secar a lo largo de 3 o 4 días para, posteriormente, aplicar un ligerísimo tratamiento que evite que ningún recubrimiento filamentoso pueda aparecer en las piezas. En los primeros 30 días de vida se les dará la vuelta a los quesos y se acostarán entre 2 y 3 veces a la semana. Pasado un mes, se irán moviendo una vez por semana aproximadamente hasta que lleguen al cuadragésimo quinto día para poder ser ahumados. A lo largo de todo este proceso, se limpian las piezas cuidadosamente una a una varias veces con un paño húmedo.
En el caso de esta exclusiva pieza de DOP San Simón da Costa, se invirtieron más de 52 semanas de maduración. En todo este tiempo, se procede de forma manual y con suma delicadeza al proceso de volteo, aunque pasado el mes y medio se realizará una vez cada 10 días aproximadamente. Como no, se prosigue con las labores de limpieza de los quesos y su correcta colocación para que mantenga intacta su forma y características organolépticas.
El resultado es un queso de aroma penetrante y sabor muy intenso obtenido gracias a la receta artesanal empleada, al saber hacer y el esfuerzo realizado en un trabajoso proceso de elaboración, que lo convierte en una pieza exclusiva de calidad indiscutible.