Balfegó, sostenibilidad, trazabilidad y gastronomía

L´Ametlla de Mar está vinculada al sector pesquero desde su origen. Esta localidad tarraconense cuenta con una larga tradición en la pesca del atún rojo, una actividad a la que la familia Balfegó ha estado vinculada desde los inicios de la pesca llamada de “tonnaire” (red de enmalle a la deriva), ya en tiempos de la navegación a vela. Fueron los primeros en comercializar su pesca desde el origen hasta el final.

Texto: Armando Desantes/Fotos: Grup Balfegó y ORIGEN.

A partir de los años setenta inician la pesca con artes de cerco con Jareta, compaginándola con otras modalidades, y que en los años ochenta se acabó convirtiendo en la única actividad de pesca para Balfegó. En la actualidad, L´Ametlla de Mar es el puerto base de los seis únicos cerqueros de atún rojo con bandera española.

El Grupo Balfegó  (que da empleo directo a 200 trabajadores e indirecto a otros 200 y factura 50 millones de euros anuales) se ha ido adaptando con el tiempo tanto a las reformas legales como a las innovaciones tecnológicas y preferencias del mercado. Por eso, a día de hoy, la quinta generación de la familia continúa dedicada al negocio de la pesca y comercialización de atún rojo.

Los tres ejes sobre los que se ha sustentado la filosofía de la empresa, durante generaciones, han sido la sostenibilidad, la trazabilidad y la gastronomía, es decir, el atún rojo en el centro del respeto biológico; el atún rojo como exigencia de trazabilidad y control exhaustivo; y el atún rojo como grandeza gastronómica, con todas las garantías. La trazabilidad queda garantizada por diversos estamentos independientes a pie de cubierta y muelles.

Hay un seguimiento pormenorizado del atún rojo en el mar,  de su pesca,su tratamiento a bordo, su análisis en el muello de descarga y su transporte, todo en tiempo real y con matriculación física e informatizada constante. Una garantía para, al cabo de pocas horas, poder disfrutar de forma responsable de uno de los tesoros gastronómicos más deseados del planeta.

Y en cuanto a la trazabilidad, hace tres años implementaron desde el propio Grupo Balfegó un noveodos sistema que ya entonces iba más allá del reglamento europeo de protección del atún rojo. Por vía telemática y automatizada, el procedimiento asegura el respeto de las cuotas de pesca asignadas por la ICCAT (la comisión internacional para la conservación del atún del Atlántico), ya que impide a los pescadores declarar capturas por encima de la cifra permitida.

Una jornada en L´Ametlla de Mar

El día a día de Balfegó se inicia a las siete de la mañana cuando un catamarán carga en el puerto las caballas, arenques o sardinas que alimentarán a los atunes de la granja de Balfegó, ubicada a 2,5 millas del puerto, ocho jaulas de 50 metros de diámetro y otras dos del tamaño de un campo de fútbol. Una hora más tarde se alimenta a los atunes y se preparan para la extracción de pescado para ese día, siempre bajo pedido. Los buzos sacrifican uno a uno a los atunes necesarios, para que no sufran ningún estrés. Una vez  sacrificados, son desangrados e izados al barco con una grúa.

A gran velocidad, la tripulación limpia y prepara cada uno de los atunes para su traslado a la planta de procesado.  Un observador de ICCAT mide cada pieza para asegurarse de que cumple con las medias establecidas. Se extrae una muestra de la cola que servirá para realizar el control de calidad.

A la una y media de la tarde llega el catamarán a puerto y se descargan los atunes uno a uno en un camión refrigerado, que los llevará a la nave de procesado. En este proceso, un inspector del Magrama verifica la cantidad de pescado que se descarga.

Ya en las instalaciones, se pesan, etiquetan y empaquetan los ejemplares para distribuirlos en todo el mundo. a partir de ahí, los atunes pasan por tres procesos fundamentales: control de calidad, control biológico y continuidad de la trazabilidad.
A las cuatro de la tarde, el atún está listo para salir de las instalaciones de Balfegó rumbo al cliente.

Antes del salir, el observador de ICCAT, que ha estado presente en el catamarán durante la extracción, firma un certificado que prueba que este atún está dentro de la cuota legal de pesca, que cumple todos los requisitos legales y que es apto para su comercialización.

Enormes valores nutricionales

El atún rojo salvaje se captura y se alimenta con una dieta estricta de pescado azul, el mismo que hubiera consumido en estado salvaje, para mantener el porcentaje de grasa que lo hace característico y muy apreciado en el mundo de la alta gastronomía. U n producto a la altura de los mejores restaurantes.

El atún es, además, una fuente excelente de proteínas, minerales y ácidos grasos Omega 3, que hacen de él un alimento nutritivo, cardiosaludable, antiinflamatorio y equilibrado para una dieta recomendable a todas las edades.

El Grupo Balfegó tiene la voluntad decidida de contribuir no solo a la sostenibilidad del atún rojo, sino a la mejora de su presente y su futuro, lo que demuestra a través de su responsabilidad y conciencia verdaderamente ecológica. Por eso, colabora de manera decidida con las instituciones españolas, europeas y mundiales, con el objetivo de conseguir que se establezcan y apliquen con garantía criterios generalizados de pesca y consumo responsable.

Colaboran con el Gobierno de España y con organismos tales como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO), la citada ICCAT, el Institut de Recerca y Tecnología Agroalimentaries (IRTA) y la Universidad de Cádiz, entre otros, con el objetivo de mejorar el conocimiento del atún rojo como especie y la puesta en marcha de proyectos y actuaciones que mejoren su sostenbilidad.

También la flota de embarcaciones de Balfegó está comprometida con el medio ambiente; se trata de la flota más ecoeficiente de toda España y la que menos CO2 emite por cada kilogramo de pescado capturado, gracias a la eficiencia y la proximidad de las zonas de pesca (Mediterráneo Occidental).

El compromiso de la empresa es la captura, alimentación, estudio y comercialización del atún rojo bajo un sistema de responsabilidad empresarial sostenible, que satisface las expectativas de los clientes.