Eumedia siempre ha tenido alma femenina, porque caminan junto a mí mujeres fuertes y de arrolladora personalidad. Por ello, volvemos otra vez a las andadas y mujer y vino se unen por primera vez en la portada de esta nueva entrega de ORIGEN, como un guiño a la esperanza y también como reivindicación de la fuerza femenina en el sector vitivinícola. Así que va por ellas y para ellas.
Por Eugenio Occhialini
Aunque la presencia femenina no es tan residual como ocurre, por ejemplo, en el mundo de la alta cocina (como se ha vuelto a demostrar en prestigiosas convocatorias gastronómicas recientes), porque bodegueras, enólogas, sumilleres y hasta comunicadoras ocupan un lugar de peso bastante cercano al de los hombres, sigue quedando recorrido no tanto hacia la paridad, que siempre me pareció un concepto algo forzado, sino más bien hacia el equilibrio, hacia un justo y sensato reparto de tareas sin ninguna discriminación por sexo.
En el reportaje que ocupa nuestras páginas centrales, y en otros más que salpican la revista, contamos historias personales y profesionales de mujeres que han contribuido, cada una a su modo, a mejorar el sector y, con ello, la sociedad de su tiempo. Y nos sirve también, como nos gusta hacer año tras año, para trazar de paso una radiografía del mundo del vino entre dos de sus principales encuentros anuales, uno más nuevo, la Barcelona Wine Week, que se celebró hace un par de meses, y el otro, más clásico, Fenavin, en Ciudad Real, que se celebra de inmediato.
Fortalezas y debilidades
No olvidemos nunca que en España más de medio millón de familias están económicamente vinculadas al vino, que nuestro país es el de mayor superficie vitícola del mundo y también el mayor exportador, aunque no desde luego el que exporta a los mejores precios. Un dato muy malo este último, igual que el relativo al consumo de vino por habitante, que constituye otro de los GRANDES retos pendientes.
Nunca son buenos tiempos para la vitivinicultura, sometida además a los efectos de un cambio climático que parece acelerarse mucho más rápido de lo que presentíamos, pero en los últimos meses al menos se ha alcanzado un consenso importante.
En efecto, bajo la coordinación de la Interprofesional OIVE, el sector está trabajando sobre los ejes de su propio Plan Estratégico hasta 2027, con varias de sus acciones asociadas ya en pleno desarrollo, como la necesidad de incrementar el valor del producto y un reparto equitativo de dicho valor por toda la cadena de cara a los próximos años.
Todos estamos de acuerdo con que el vino español ha dado un salto extraordinario en materia de calidad que afecta no solo a las tradicionales regiones productoras de vocación más internacional, sino a la práctica totalidad del territorio, con especial acento en la pasión que han puesto pequeños productores, muchos de ellos ecológicos, en zonas antaño despreciadas desde el ámbito del prestigio y hoy plenamente aceptadas entre las mejores. Pero ese salto no ha tenido la misma fuerza en lo relativo a la rentabilidad y a la presencia internacional en comparación, sobre todo, con los otros dos grandes países del vino: Francia e Italia.
Mejora del funcionamiento interno y sostenibilidad
La Estrategia hacia 2027 contempla todos los eslabones de la cadena y ha de avanzar tanto en la mejora del funcionamiento interno del sector como en la sostenibilidad. Todo ello a partir de las cualidades que OIVE define como propias del mundo del vino y que suscribimos: calidad, diversidad, historia, tradición, sostenibilidad y modernidad. Lo que corresponde, en suma, a uno de los pilares culturales y económicos de España, además de uno de sus mejores embajadores.
A partir de ahí, también creemos que todo el sector debe implicarse al máximo, ya que “cada eslabón de la cadena debe trabajar su parte, pero todos unidos y en la misma dirección que dibuja la Estrategia”, como decía hace poco Susana García, directora de OIVE, otra de las grandes mujeres del vino.
Con esta base en pleno desarrollo, creo que hay muchas razones para el optimismo. Una nueva generación de bodegueros y enólogos, con fuerte presencia femenina, está aportando calidad en viñedos y bodegas de todo el país, se recuperan variedades ancestrales que estaban casi perdidas y hay un clamor creciente por el respeto a la tierra y al clima que lleva, en ocasiones, a un imparable desarrollo de los vinos ecológicos y los biodinámicos.
Lo hacemos cada vez mejor y paso a paso iremos degustando más y mejor vino y comercializándolo de manera adecuada, porque la calidad es inmensa. Disfrutarlo es fuente de placer y motivo de celebración entre los seres humanos. Con ellas al ftente, tanto en la elaboración como en el diseño de estrategias, seguro que todo resulta mucho más fácil.
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