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El Viaje del Gusto: Valles de Benavente

Tierra zamorana de pimientos y otras joyas hortícolas, de quesos, vinos, caza y pesca fluvial.
Texto: Macovall 2000 y Armando Desantes. Fotos: Macovall 2000

La Comarca de los Valles de Benavente está ubicada al noreste de la provincia de Zamora, en el corazón de Castilla y León. Aunque no resulte muy conocida desde el punto de vista gastroturístico, presenta una rica y variada historia desde tiempos inmemoriales, tal como queda reflejado en los numerosos vestigios arqueológicos aparecidos y que nos hablan de la presencia de antepasados en estas tierras en periodos tan lejanos como el Paleolítico o el Neolítico. Los fogones de la comarca de Los Valles de Benavente se nutren de los productos de su agricultura y ganadería tradicionales, así como de los frutos procedentes de la caza y la pesca fluvial.

Una comarca surcada por cuatro ríos

Como nos cuentan desde la Asociación para el Desarrollo Integral de las Mancomunidades de la Comarca de los Valles de Benavante (Macovall 2000), con sede en San Cristóbal de Entreviñas, en una comarca definida geográficamente por las vegas de los ríos que la surcan, Órbigo, Eria, Esla y Tera, no puede faltar en sus mesas una amplia y variada muestra de los productos de su generosa tierra.

La estrella de la huerta es el Pimiento adscrito a la IGP Fresno-Benavente, del cual se hace exaltación en la feria comarcal de este producto, que tiene lugar todos los años a finales del mes de septiembre en Benavente, pero también son de  siendo también de excelente calidad los tomates, las lechugas, las cebollas, etc.

El pimiento adscrito a la IGP es el morrón de color rojo pasión de la variedad local “morro de vaca” (así llamado por su gran tamaño y su forma rectangular), que tiene un ápice muy marcado. A esta hortaliza se le ha rendido tributo gastronómico, económico, artístico y cultural desde hace más de 700 años. Como evidencia de ello, el escudo heráldico de la localidad de Fresno de la Vega, que data de 1984, incluye la figura de un pimiento como uno de los signos de identidad del municipio.

Es un pimiento con mucha jugosidad, ya que la humedad sobrepasa el 90 por 100, con un ligero dulzor y nada picante. Su piel es poco dura y no se aprecian restos después de degustarlo. Su principal área de producción es esta vega zamorana del Tera.

Según la tradición, la siembra del pimiento seguía un ritual que daba comienzo el uno de marzo. Tras la faena, los hortelanos colocaban un cuerno de carnero en un palo que hincaban en el suelo frente al semillero, para protegerlo del mal de ojo, no sin antes haberse quitado la gorra para santiaguarse, rezar un padrenuestro y volverse a santiguar.

Horticultura ecológica y legumbres

Más allá del Pimiento de Fresno-Benavente, actualmente está renaciendo en esta comarca zamorana una horticultura ecológica, cada vez más apreciada, que retorna a los métodos tradicionales de producción. En este mismo sentido también se está retomando el cultivo de legumbres, como garbanzos y alubias, de excelente calidad.

En cuanto a las carnes, destacan el cordero y la ternera, sin olvidarnos de productos tradicionales como los pichones o las perdices, codornices, conejos y liebres que campean por los montes de la comarca, dando origen a una poderosa actividad cinegética.

También cuentan Los Valles de Benavente con una importante industria agroalimentaria, fundamentalmente artesanal, entre cuyos productos gozan fama y calidad los quesos de oveja, los embutidos, la miel y los licores.

La riqueza de la DOP Queso Zamorano

Los rebaños de ovejas recorren los caminos de los Valles, aprovechan sus pastos hasta la última brizna de hierba y producen después, con generosidad, la leche con que se elaboran sus famosos quesos. Una gran obra de la naturaleza ese aprovechamiento del medio y su transformación en el manjar clásico que constituye el Queso Zamorano, con Denominación de Origen Protegida. Sin artificio, con autenticidad, la tradición de los maestros queseros ha llegado hasta nosotros y cada vez son más los lugares en que se recupera esta actividad antigua que constituye uno de los más importantes patrimonios de la provincia.

La localización y las características climáticas de la zona, han constituido un lugar propicio para la realización de la tradicional matanza y de ahí que la elaboración de productos derivados del cerdo tenga importantes raíces históricas y culturales, siendo una de las tradiciones gastronómicas más antiguas de la región.

Uno de los derivados más prestigiosos es el Chorizo Zamorano, con Marca de Garantía, un embutido crudo curado con una historia ligada a los hábitos alimenticios y a la actividad de las empresas cárnicas de la provincia de Zamora. El método de elaboración se ha ido transmitiendo de generación en generación, caracterizándolo como un producto genuíno, particular y propio.

Todos los ingredientes enumerados protagonizan algunos de los platos más representativos de los Valles”, como  las truchas del Tera fritas con jamón, los pichones a la rápida o a la benaventana, el bacalao a lo tío o a la cazuela, los cangrejos y las ancas de rana; sin olvidar los suculentos asados en horno de leña, particularmente el cordero lechal.

Como postres, la repostería tradicional de la comarca es muy variada. Incluye los típicos feos de Benavente, las rosquillas de trancalapuerta, los bollos de coscarón y las rosquillas del ramo. Mención destacada merecen por su calidad los dulces conventuales, como las rosquillas de Ángel y la tarta del Císter.

Un singular vino “de aguja”

Para regarlo todo, en los Valles de Benavente se elabora un vino «de aguja», rosado, afrutado y suave, elaborado con diversas variedades de uva, destacando la Tempranillo, la Mencía y, en especial la Prieto Picudo. La tradición bodeguera tiene su ejemplo en la comarca en la multitud de bodegas familiares existentes en todos los municipios, algunas abiertas al público.

La importancia que históricamente ha tenido el cultivo del viñedo y la elaboración de vinos en la Comarca de Benavente se apoya en diversos documentos y estudios que se remontan a la Edad Media. La elaboración de los vinos protegidos por la mención «Vinos de Calidad de los Valles de Benavente» se realiza exclusivamente con uvas de las variedades Tempranillo, Prieto Picudo y Mencía, Verdejo y Malvasía, como principales; y Garnacha y Cabernet Sauvignon, como complementarias.

Un fuerte cambio en la fisonomía

         La buena aptitud agraria de los terrenos ribereños no pasó desapercibida para el hombre, que aprovechó su riqueza transformándolos en pastizales y terrenos de labor, mayormente de regadío, provocando una fuerte transformación de la fisonomía original del paisaje ribereño.

En la actualidad predominan en las vegas las choperas de producción, los maizales y la remolacha, así como los alfalfares y alguna que otra parcela aprovechada para el pasto a diente por el ganado, fundamentalmente ovino. En las proximidades de los cascos urbanos siempre se suelen reservar pequeñas áreas o parcelas para la plantación de especies hortícolas, donde no suelen faltar el pimiento de los Valles de Benavente, los tomates y las cebollas. Sus linderos se suelen aprovechar para plantar algún que otro nogal o frutal, comúnmente manzanos, perales o membrilleros.

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