Féminas, mucho por escribir

Resulta difícil resumir en pocas palabras la tremenda energía que se desató en la cuarta edición de Féminas, el congreso de gastronomía en femenino que se celebró a finales de octubre en Asturias.

Texto: Patricia Magaña. Fotos: Origen

Me comenta Luis Ramírez, coordinador de esta revista, que por motivos del cierre de la edición sólo tengo una página para contar mi experiencia en Féminas. Tan sólo unos pocos caracteres para explicar la belleza de pueblos como Luathumbnail IMG 1029rca, Las Caldas, Castropol o Puerto de Vega, y los fascinantes retazos de la Historia ha dejado en las calles de Oviedo.

Me parecen escasas palabras para contar la experiencia de tantas y tantas mujeres, y algunos hombres, que pasaron por el congreso para explicar su experiencia y su contribución al desarrollo rural de los lugares en los que habitan.

De las Highlands a las Azores

Lugares tan remotos como las Highlands, donde la periodista Ghillie Basan da a conocer la tradición gastronómica escocesa a través del whisky; la isla de Pag, en Croacia, en la que Martina Pernar lucha por mantener el legado del queso Paški Sir DOP; o la remota isla de São Jorge en las Azores, donde Natasha Soares alienta la tradición quesera en este paraje único.

No sé si voy a tener espacio suficiente para hablar del trabajo que están haciendo jóvenes compromeIMG 1033 (1)tidas con su entorno, cocinando lo que la Naturaleza les brinda en pro de la sostenibilidad. Ejemplos de ello son Chiara Pavan, que basa sus recetas en especies invasoras como el cangrejo azul o la medusa en la isla veneciana de Mazzorbo; o Roberta Hall McCarron, quien desde Edimburgo trata de impulsar la economía rural a través de una actividad tan tradicional en la zona como es la caza.

Creo que necesitaré más líneas para poder hablar de todas esas mujeres, algunas casi niñas, que rinden tributo a sus abuelas, ejecutando una cocina radical en pequeñísimos pueblos de toda la geografía nacional. Como Iris Jordán, quien recuerda en cada plato a su abuela Pilarín en Anciles, en el Pirineo oscense; Elena Lucas, que hace magia con las setas desde el restaurante familiar La Lobita en Navaleno, Soria; o Lucía Freitas, que emocionó con su mirada llena de respeto y admiración por todas esas ganaderas, agricultoras y mariscadoras, base de su cocina y a las que da voz en su proyecto ‘Amas da terra’.

Emprendedores de raza

Dependiendo de las imágenes que desde diseño y maquetación incluyan en este reportaje, podré o no escribir unas pocas palabras sobre emprendedoras de raza, como Carmela Cano, que elabora desde hace años Galmesán en Arzúa, thumbnail IMG 1123un queso curado en el país de los quesos jóvenes; Lydia del Olmo que se deja la piel cada día en el orensano Ceibe; o Michelle Buster, la mayor importadora de quesos en EEUU, embarcada en el proyecto ‘Save the shepherds’ para poner en valor el pastoreo.

Y casi llegando al final de la página, espero poder acomodar al menos un párrafo que sirva de homenaje a Portugal, presente y bien representado en esta edición de Féminas por la joven Rita Magro, reconocida como ‘Young Chef Award’ por la Guia Michelin; o Noelia Jerónimo, una de las cocineras más prestigiosas del país vecino. También de allí llegaba el ganador del premio Guardianas de la Tradición, Tiago Pereira, quien documenta y preserva las recetas de su país en su proyecto ‘A gostar de la propria comida portuguesa’.

De lo que estoy casi segura es de que apenas me quedará espacio para poder narrar las sinergias, los proyectos e ideas que fluyeron en torno a esas guisanderas, ganaderas, agricultoras, queseras, periodistas y todas las personas que asistimos a esta nueva edición de Féminas. Y es que, en realidad, sobre este congreso, todavía queda mucho por escribir.

 

 

 

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