Todo comenzó en el año 1986 como resultado de la pasión vitivinícola del emprendedor Horario Fernández Presa, convencido de que la uva Godello que, por aquel entonces, languidecía ante el creciente peso de otras variedades foráneas en la comarca orensana de Valdeorras, se convertiría en motivo de esperanza para la región y sus habitantes. En la imagen, Araceli Fernández ante la bodega Godeval.
Texto: Luis Ramírez. Fotos: Origen
Ese año nació Godeval con apenas dos hectáreas de viñedo y una pequeña producción en el entorno del espléndido conjunto del Mosteiro de Xagoaza, en cuyo interior se construyó la primera bodega, donde se siguió elaborando vino (solo a partir de la variedad emblemática) hasta el año 2009, cuando se inauguraron las nuevas instalaciones a muy escasa distancia y con todos los avances tecnológicos y medioambientales.
Hoy Araceli Fernández, hija de Horacio, es la directora de este espléndido proyecto comprometido al máximo con la tierra, y se apoya, entre otros miembros del equipo en Ana Bartolomé, hija de José Luis Bartolomé, quien también ejerció durante muchos años como “alma mater” e ideólogo de la bodega orensana y hoy permanece más en la sombra.
Por las tierras pizarrosas de Valdeorras, distribuidas entre los términos de O Barco y Vilamartín, con su singular climatología atlántica continentalizada, Godeval ha ido creciendo hasta alcanzar las 27 hectáreas de viñedo productivo de Godello, una variedad de la que Araceli Fernández destaca “su sorprendente capacidad de envejecimiento y longevidad”, como comprobamos catando vinos de los años 2012 (el último que elaboró Horacio Fernández) y 2014 en estado excelente. Asegura Araceli que “todos requieren al menos un año en botella porque se trata de vinos que necesitan tiempo. Se piensa en blancos como vinos del año, pero nosotros estamos produciendo otras cosas, Godellos complejos en cuya cata destaca la presencia las hierbas, el membrillo, las manzanas compotadas, los frutos secos… Esta variedad destaca por su intensidad, que va creciendo con el paso de los años”.
“Liebre”, “Pancho”, “Mosteiro” o “Asmontes” son las fincas más clásicas de Godeval, que a lo largo de los años ha ido adquiriendo hasta un centenar de parcelas, con una distancia entre sí no superior a los diez kilómetros y a una altitud máxima de 550 metros. Ana Bartolomé destaca que “Pancho es la que marca el inicio de una vendimia que ahora ya realizamos desde finales de agosto durante alrededor de dos semanas y media. Y Liebre es un viñedo exultante, con casi 50 años, que se plantó de manera muy artesanal, y que produce una calidad especial, porque en él confluye todo lo mejor del valle del Sil. Pero, por el momento, nuestros vinos son el resultado de un coupage entre las mejores uvas de nuestras fincas icónicas”.
Cuatro vinos muy diferentes entre sí
Godeval comercializa en la actualidad cuatro vinos adscritos a l Denominación de Origen Valdeorras muy diferentes entre sí y que apenas confluyen en su condición de vinos gastronómicos. El Godeval Godello, joven y aromático, es el de mayor producción y en el que ya se aprecia toda la singularidad de la Godello.
En busca de mayor complejidad aparece Godeval Cepas Vellas, procedente de cepas seleccionadas de los viñedos más antiguos. Se vinifica en sus propias lías durante cinco meses. Exhibe un gran cuerpo y una estimulante evolución.
De mucha menor producción, Godeval Revival es una serie muy limitada, procedente de una rigurosa selección de uvas de la finca Pancho sometidas a un proceso de criomaceración previa. El resultado, una maravillosa paleta de aromas.
Finalmente, Godeval 1986 es uno de los grandes Godellos de guarda de España. Al igual que el anterior, solo se elabora en años concretos y en muy pocas botellas. Se fermenta en la única barrica de roble francés, de 500 litros, con la que cuenta la bodega y luego se cría en sus lías durante cuatro meses. Una joya para disfrutar durante una larga sobremesa, a poder ser en el valle del Sil.
Como señala Araceli Fernández, “son vinos de retrogusto que sorprenden, pero con la permanencia justa para no empalagar. Y que permiten un espectro de armonías muy grandes. Siempre me llama la atención la diferencia y la evolución de cada una de las añadas y siempre tratamos de estudiar el potencial que tendrán estos Godellos durante varios años”.
Propuestas de enoturismo
Y una alternativa magnífica para descubrir Godeval son sus propuestas de enoturismo que, siempre bajo demanda y con las sabias aportaciones históricas, culturales y vitivinícolas de Sole, incluyen el recorrido por el entorno de Xagoaza y terminan en la Cova dos Monxes, con más de 200 años de historia y que pertenecía al conjunto histórico del monasterio. Allí se criaban maravillosamente los vinos que son el germen de Godeval y su brillante reivindicación de la uva Godello.