Iniciamos aquí, con la IGP Pimiento de Fresno-Benavente un recorrido por las Denominaciones de Origen e Indicaciones Geográficas Protegidas distribuidas por la provincia de Zamora para reivindicar la importancia de estas figuras de calidad a la hora de preservar el origen y la excelencia de todo tipo de productos vinculados a un territorio en concreto y a un método de elaboración ancestral, entre otras aportaciones.
Texto: Armando Desantes. Fotos: IGP Pimiento de Fresno-Benavente
Los valles de Benavente es una comarcadefinida geográficamente por las vegas de los ríos que la surcan, Órbigo, Eria, Esla y Tera. La estrella de su huerta (y, en general, de toda la provincia de Zamora), es el Pimiento adscrito a la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Fresno-Benavente, del cual se hace exaltación en la feria comarcal de este producto, que tiene lugar todos los años a finales del mes de septiembre en la localidad de Benavente, donde también son de excelente calidad los tomates, las lechugas, las cebollas, etc.
La zona de producción agrícola se sitúa al noroeste de Castilla y León, ocupando no solo el norte de Zamora, sino también el sureste de la provincia de León y un municipio de Valladolid. Se extiende sobre una superficie total de 2.769 km2.
Variedad “morro de vaca”
El pimiento adscrito a la IGP es el morrón de color rojo pasión de la variedad local “morro de vaca” (así llamado por su gran tamaño y forma rectangular), que tiene un ápice muy deprimido, que busca el interior. A esta hortaliza se le ha rendido tributo gastronómico, económico, artístico y cultural desde hace más de 700 años. Como evidencia de ello, el escudo heráldico de la localidad leonesa de Fresno de la Vega, que data de 1984, incluye la figura de un pimiento como uno de los signos de identidad del municipio.
El de Fresno-Benavente es un pimiento con mucha jugosidad, ya que la humedad sobrepasa el 90 por 100, con un ligero dulzor y nada picante. Su piel es poco dura y no se aprecian restos en el interior de la boca después de degustarlo.
Dentro de todos los municipios adscritos y autorizados por la IGP, su principal área de producción es esta vega zamorana del Tera. Todas las características de esta hortaliza se deben fundamentalmente a la climatología y a la singularidad de los suelos de las zonas productoras.
Según la tradición, la siembra del pimiento seguía un ritual que daba comienzo el 1 de marzo. Tras la faena, los hortelanos colocaban un cuerno de carnero en un palo que hincaban en el suelo frente al semillero, para protegerlo del mal de ojo, no sin antes haberse quitado la gorra para santiguarse, rezar un padrenuestro y volverse a santiguar.
La recolección se lleva a cabo como entonces, es decir, manualmente, y de manera escalonada, respetando la maduración de los pimientos. Ello se debe a la fragilidad de la planta, que exige que la recogida del producto tengas que realizarla personas especialmente preparadas.
Referencias históricas y literarias
Son numerosas las referencias históricas y literarias alrededor del Pimiento de Fresno-Benavente. Además de las citadas, el Archivo Histórico Provincial de León guarda escrituras de protocolos de la villa de Fresno de la Vega, que datan del siglo XVIII, donde se hace referencia a los diezmos de verduras. En una firmada en 1727 por el párroco de San Miguel, se detalla que el diezmo “se compone de verzas (sic), cebollas (sic), lechugas, ajos, nabos, zebollinos (sic), colina, pepinos, melones, sandías, pimientos y calabazas”.
Por otro lado, en la obra “Fray Gerundio de Campazas”, del Padre Isla (mediados del siglo XVIII), los pimientos aparecen como colofón de un banquete que tiene lugar en Campazas, municipio perteneciente a la zona de producción del Pimiento de Fresno-Benavente. La cita es la siguiente: “Diose principio a la comida según la loable costumbre de Campos en mesas de mayordomía, con un plato de chanfaina. Hubo su cordero asado, sus conejos, su salpicón, su olla de vaca, carnero, cecina, chorizos y jamón, todo en abundancia, sirviéndose a los postres aceitunas, pimientos y queso de la tierra (…)”.
Más recientemente, Roberto Cubillo de la Puente afirma en su libro “Comer en León. Un siglo de historia: 1700-1800” que los pimientos, a finales del siglo XVIII, entraban en el mercado leonés de forma estacional y debían ser bastante apreciados. Los documentos estudiados muestran la presencia de pimientos en el mercado leonés en los meses de agosto, septiembre, octubre y noviembre. Y debía proceder de las zonas hoy amparadas por la IGP del Pimiento de Fresno-Benavente.
A estas referencias citadas se podrían unir otras más cercanas en el tiempo, todas las cuales avalan que la variedad morro de vaca ha sido la características de esta zona de producción.
No olvidemos, finalmente, que, por encima de todo, comprando producto certificado por la IGP Pimiento de Fresno-Benavente no solo preservamos cultura y tradición, sino que adquirimos la calidad garantizada de una producción realizada con todos los controles.
Los beneficios de consumir producto certificado
Delia Asensio, técnico de la IGP (quien destaca que la Diputación de Zamora «está totalmente volcada en el apoyo para el mantenimiento de esta IGP, para preservar el cultivo, el producto y su tradición») nos enumera los beneficios de consumir Pimientos de Fresno-Benavente certificados por este Consejo Regulador frente los que no lo están:
– Se trata de un producto de cercanía con los beneficios ambientales y socioeconómicos de la zona.
-Así se apoya a los «entusiastas y enamorados» productores de pimiento morrón.
– La IGP genera puestos de trabajo ya sean directos o indirectos.
-El Consejo Regulador apoya al sector turístico, cultural y gastronómico a través de la organización de ferias, encuentros, visitas, etc.
-Avala ante el consumidor una absoluta garantía de origen, seguida y controlada por parte de técnicos y administraciones.
-Permite el mantenimiento de los recursos naturales y fitogenéticos, incluyendo el patrimonio vegetal (semillas) lo que preserva un desarrollo sostenible.
– Preservación de la cultura tradicional a través de las ferias del pimiento.
– Mantenimiento del tejido social.
Y, desde el punto de vista gourmet, Delia Asensio considera que el Pimiento de Fresno-Benavente con IGP sobresale “por su gran carnosidad y sabor, además de una excelente textura. Resulta muy versátil en la cocina, participando en infinidad de recetas. Se pueden tomar crudos, en ensaladas y vinagretas, fritos, asados, secos…También se pueden elaborar cremas, servir como guarnición o acompañamiento del bacalao o rellenarlos con ingredientes de múltiples sabores”.
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