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Packaging: Quesos, este diseño huele bien

Desde que comencé mi colaboración con ORIGEN, he intentado dar forma a un tipo de artículo fresco, sencillo y motivador, que resulte inspirador para las marcas. Creo que la industria alimentaria española debe ser muy consciente de que la cultura visual y estética del los consumidores es cada vez más global y sofisticada. Siempre hago hincapié en la oportunidad que representa el diseño como valor añadido para los productos. Un buen diseño de envase puede ser el elemento diferenciador que hace emerger a un producto frente a sus competidores en el punto de venta. Más aún si nos encontramos con mercados maduros, con unas cuotas de mercado muy definidas y donde hay marcas fuertes compitiendo. Ese es el caso del sector de los quesos.

Texto: Roberto Quiñones

En nuestro país, la inversión anual en queso por parte del consumidor representa  casi un 4% de su presupuesto para la cesta de la compra. Por lo que me parece interesante acercar hoy algunos ejemplos de packaging de queso que juegan con la imaginación del comprador, provocándole para ganarse un hueco en su nevera.

 

Vamos allá.

 

  1. Comienzo con Beee. La mano del diseñador Eduardo del Fraile da forma a este sencillo y funcional packaging que seduce por su provocador diseño. Como enunciaba Jack Trout en su libro El Poder de lo Simple, “hazlo simple y algo bueno ocurrirá”.

 

  1. En un tono más “naif” y con una forma más orgánica Curious Mouse me devuelve a la infancia detrás del proyector disfrutando de las sencillas aventuras de Tom y Jerry.


  1. Precioso envase de queso de cabra de la diseñadora Cece Li. Staios es un exquisito ejemplo de lettering aplicado a un producto artesano de calidad.

 

 

 

 

  1. Deli Garage Käsestifte nos deleita con sus lapiceros de queso, que con la simple acción de sacar punta, generan unas finas láminas ideales para aderezar.


  1. Y, por último, Shorf, unas cuñas diseñadas en Rusia por Alexandra Istratova que utiliza unas ilustraciones de plumilla combinadas con mucho acierto con unos colores potentes que nos ayudan a diferenciar muy bien la gama, sin perder identidad entre las diferentes variedades.

 

Las posibilidades son muchas, los soportes y materiales también. Con unos quesos con tanta calidad como tenemos en España, pienso que hay mucho recorrido por andar en lo que a diseño se refiere y una buena oportunidad para las marcas más audaces que lo sepan ver.

 

Bueno, con tanto queso, se me ha abierto el apetito… así que, les dejo hasta la próxima entrega y me voy corriendo a la nevera, a darle un tiento a un Cabrales que me he traído de Asturias estas vacaciones. ¡Buen provecho!

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