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Planes Originales: Descubriendo la Ruta del Vino Utiel-Requena

Es un buen plan para disfrutar de una inmersión de un solo día en el mundo del vino los sábados y los domingos. Participan en él la Ruta del Vino Utiel-Requena, la Cámara de Comercio de Valencia y Renfe Viajes, porque el desplazamiento se realiza en un tren de alta velocidad, y los grandes protagonistas son los vinos de la DOP Utiel-Requena y los cavas de la DO Cava, muy presentes desde hace tiempo en la comarca valenciana.

Texto: Luis Ramírez. Fotos: Origen

Con inicio en Madrid Puerta de Atocha y destino en la estación de Requena, muy próxima a algunas de las principales bodegas de la Denominación de Origen, el programa incluye una visita a dos de las bodegas adscritas, una cata de vino en cada una de ellas, una comida en un 

restaurante de la zona y los traslados necesarios en todo el itinerario. Las reservas online se pueden realizar en www.rutavino.com. Se puede salir a primera hora de la mañana y estar de vuelta en torno a las nueve de la noche.

Una de las rutas más antiguas de España

Se trata de celebrar el vigésimo aniversario de una de las rutas del vino más antiguas de España. Recordemos que transcurre por diez municipios valencianos, todos ellos salpicados de viñedos, como son Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Chera, Fuenterrobles, Requena, Siete Aguas, Sinarcas, Utiel, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel. Hablamos, al final y al cabo, de uno de los centros de producción de vino más antiguos del Mediterráneo peninsular.  Las bodegas que se pueden visitar en el programa de Renfe son Chozas Carrascal, Pago de Tharsys, Dominio de la Vega, Vera de Estenas, Hoya de Cadenas, Vegalfaro y Nodus y los posibles restaurantes son Mesón del Cava, Nápoles, 

La Despensa de Sofía y El Tollo, todos los cuales coinciden en ofrecer gastronomía típica de la zona, de la que forman parte platos como el ajoarriero, el gazpacho y el morteruelo o embutidos como la morcilla, la longaniza (al natural o de orza) y la güeña. Ah y los menores de cuatro años viajan gratis en el tren y tienen incluidos todos los servicios, excepto la cata de vinos. Por supuesto, siempre existe la posibilidad, durante todo el año, de diseñarse una ruta a medida.

Pago de Tharsys y Chozas Carrascal

En nuestro caso, las bodegas protagonistas fueron Pago de Tharsys y Chozas Carrascal, dos de los proyectos familiares y con vocación ecológica más ambiciosos de cuantos acoge en la actualidad la Ruta.

Pago de Tharsys, rodeada de 12 hectáreas de viñedo de su propiedad en el paraje Fuencaliente de Requena, llama la atención por la calidad y diversidad de sus vinos y por estar construida sobre una antigua bodega de 1808 de la que se conservan tanto los gruesos muros originales como sus subterráneos en los que se disfruta de una placentera atmósfera, ideal para el envejecimiento de los cavas, uno de los emblemas de la casa desde siempre. La recorrimos de la mano de Ana Suria, su propietaria, que es también presidenta de la Ruta del Vino Utiel-Requena.

Sorprenden sus etiquetas realizadas en cerámica en homenaje a la tradición de la comarca y cuentan también con un pequeño hotel rural por si a alguien la experiencia enoturística se le queda corta con un día. Sus marcas más acreditadas son Carlota Suria o Tharsys City, a través de las cuales reivindican las variedades autóctonas Bobal y Macabeo. Además de un cava rosado de Garnacha de enorme sutileza.

Chozas Carrascal, con dos generaciones de la familia absolutamente implicadas en un planteamiento completo alrededor de la pasión por el vino, acoge un atractivo museo de arte alrededor de la enología, que incluye una ambiciosa colección de etiquetas. En un proyecto que puso en marcha Julián López en 1992, parten de un verdadero jardín de variedades en el que se integran las autóctonas Bobal, Monastrell y Garnacha y, junto a ellas, la Tempranillo, la Cabernet Sauvignon, la Cabernet Franc, la Syrah y la Merlot (todas están presentes en Las Ocho, su vino más emblemático). Tempranillo, Garnacha, Syrah y Merlot son Las Cuatro, además de la Chardonnay, la Sauvignon Blanc y la Macabeo, protagonistas del blanco Las Tres. Un Cava, un dulce de Garnacha, un Muscat y un sorprendente monovarietal de Cabernet Franc completan la espléndida gama de esta bodega situada en San Antonio de Requena. Los hijos de Julián López, Julián, entusiasta enólogo, y María José, dan continuidad a un proyecto de bandera.

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