Icono tradicional y con merecida cátedra en la picaresca clásica española, la sota es provocadora: Siempre con una copa en la mano. ¿Vacía o llena? Imposible saber, pues es parte del juego. Esta figura, que es un 10 –en todos los sentidos- seguirá sonriendo con la ambigüedad de la Monalisa mientras nosotros miramos las cartas, y disfrutamos de la primavera, que llega con aromas florales, con frutas y con sabores llenos de vitalidad para la temporada. Empiezan las terrazas, las partidas en las praderas y los atardeceres largos que nos van a dar tanto juego. Y aquí tres estilos diferentes pero que son muy recomendables. En la imagen, Nero, de Zecchini.
Nero
Zecchini
Vermut Rojo
Valdemoro. Madrid
Clavelitos. Que por San Isidro la pradera se viste de fiesta. Y las barras de vermutantes, y cualquier hora esla apropiada para tomarse un vermut, antes o después del chotis, y que los pichis y las chulapas vuelvan a brindar. Este vermut es de los de toda la vida, de Bodegas Cuesta, quien tuviera en su día un bar, bodega y despacho en Lavapiés. Jorge Cuesta elabora en Valdemoro este vermut al estilo italiano, siguiendo la receta de un viejo amigo de la familia. Hace muchos estilos diferentes pero todos muy ricos, por eso es habitual de las barras de la capital y de las mesas más gastronómicas. Éste vermut negro italiano es rojo, medallista en los premios internacionales Excellence Vermouth Awards porque además de estar lleno de sabor, tiene el amargor que se pide a estos aperitivos. Muy logrado el resultado en todos los aspectos: color intenso caoba, aromático con mezcla de especias dulces como canela, y hierbas más mediterráneas como el pino, también flores. Y de sabor muy intenso, que puede aguantar los platos más sabrosos. Un perfecto inicio para esta primavera, a cualquier hora y en cualquier lugar.
Eduardo Peña
Bodega Eduardo Peña
D.O. Ribeiro
Treixadura, Albariño, Godello, Lado y Loureira Blanca
Margaritas. Y azahar, y jazmín, y sol y lluvia y juventud. Con mucha alegría y ganas de buen tiempo. De las laderas del Miño, en un escondite natural, crecen estas viñas, muy niñas -ni 20 años-, y en una cueva excavada, van madurando. El sitio es un paraíso, y el vino es un lujo, de los más sorprendentes en su categoría. Eduardo Peña ha inculcado su cultura de mantener el producto, con las variedades autóctonas -y su carácter y potencial-, y la excelencia, con el terruño. El resultado es, como él mismo dice, aprovechar todo lo posible para “permitir una regularidad en la elaboración de vinos blancos que es difícil de conseguir”. Las variedades se cosechan y se elaboran por separado, y es la crianza sobre lías la que termina la integración y hace que el vino sea tan redondo, equilibrado, complejo y persistente. Este vino premium, es pálido y tímido en color, pero está lleno de aromas primarios: flores blancas, mandarina, melocotón, albaricoque, y hasta notas de membrillo y minerales. En la boca es deliciosamente untuoso, con acidez que da frescura y que ayuda a mantener los sabores de las variedades. Muy estructurado y elegante.
Tinto 12PB 2018
Bodega 12PB
VT Andalucía
100% Syrah
Violetas. Y feria, y música, y arte. Una joya andaluza. La Familia Sánchez-Ramade se adentró en otro gran proyecto con la intención de hacer el mejor vino tinto con crianza elaborado, envejecido y embotellado únicamente en Córdoba ¡olé! Por si esto fuera poco, al tablao se suman aceites y vinagres. Todo de allí, muy comprometidos con el territorio y con el tejido empresarial; por eso sus productos son la estrella en el Palacio de Congresos de Córdoba. El vino es extraordinario, y tiene mérito. Desde sus inicios, se pensó en una uva que pudiera adaptarse al suelo y al clima, y encontraron la aliada perfecta en la Syrah, que casi recuerda más a la Shiraz de Barossa, por la fruta que mantiene y su magnífica capacidad de envejecimiento. Para ello, el mejor método, el tradicional: barrica nueva de roble francés y americano, eso sí, con una producción limitada que ha ido creciendo, porque cuando se sabe hacer algo bien, se puede hacer cada vez mejor. Todo ello da un color rubí intenso, mucha intensidad aromática de flores y balsámicos. Y en la boca es fruta, tostado, violeta y con cuerpo, equilibrio y persistencia. De vuelta al ruedo.
Mientras los viñedos empiezan a brotar, se pueden ir catando los vinos de otras cosechas: La primavera es una época del año que está asociada con la renovación y el renacimiento: días que se vuelven más largos, temperaturas que crecen y paisajes que se llenan de colores brillantes y frescos. Porque la naturaleza empieza a vibrar y esto inspira: brindar ¿en el jardín, en la terraza, en el campo? Como siempre: Moderación y buena compañía. En la mesa mejor, y si aguantan en la mesa de juego ¡mejor aún! Sólo una advertencia, hay muy pocas botellas de cada uno, y la sota ya ha llenado su copa…