El sabor «Swicy» es una combinación de notas dulces y picantes, y ha ganado popularidad en varias cocinas del mundo, especialmente en la coreana. Este tipo de sabor proporciona una experiencia única y compleja en el paladar, al mezclar la dulzura que puede ser reconfortante con el picante que agrega un toque de emoción y calor.
Por Efa Rimoldi
Lo curioso es que el picante no es técnicamente un sabor, sino una reacción procesada por áreas neurológicas y papilas gustativas diferentes a las que registran los sabores. La capsaicina, un compuesto químico natural presente en el chile, es lo que hace que la comida sea picante. A medida que los neurotransmisores la llevan al cerebro, el dolor se convierte en placer. Mientras que, por otro lado, el azúcar reduce la intensidad del picante, permitiendo disfrutar de las notas picantes sin tanto ardor.
La experiencia “swicy” genera una explosión de sensaciones en el paladar, que potencian un sabor que se desarrolla de manera progresiva.
– Picante: Al probar algo «swicy», primero se puede percibir una dulzura que es agradable y suave, preparando al paladar para el siguiente matiz.
– Dulce: Después de la dulzura inicial, el picante comienza a notarse, creciendo en intensidad y provocando una sensación de calor en la boca
– Contraste: El contraste entre el dulce y el picante puede hacer que ambos sabores se sientan más vivos y equilibrados, creando una experiencia gustativa muy satisfactoria.
– Persistencia: El sabor picante tiende a perdurar más tiempo en el paladar que el dulce, dejando una sensación cálida incluso después de haber terminado de comer.
No es exclusivo de Corea, puesto que también se encuentra presente en otras culturas antiguas. Un buen ejemplo es la Salsa Yangnyeom, especialidad de Corea del Sur, también conocida como salsa Gochujang, que combina pasta de chile rojo con otros ingredientes como salsa de soja, azúcar, vinagre de vino de arroz, ajo y jengibre. Se utiliza para aderezar el tradicional pollo frito y otras recetas.
La alta cocina española ha sido una plataforma ideal para la exploración del sabor «swicy». Chefs de renombre, están incorporando el «swicy» en sus menús, creando platos que sorprenden a los comensales. Por ejemplo, algunos chefs están experimentando con maridajes «swicy» en platos de pescado y marisco, como un ceviche de camarón con una salsa de mango y jalapeño, o en carnes, como una costilla de cerdo glaseada con miel de caña y guindilla. Estos platos no solo resaltan la versatilidad del «swicy», sino que también muestran cómo puede complementar y realzar los sabores naturales de los ingredientes frescos.
Lo “swicy” se abre camino también en las tapas para ofrecer una experiencia gustativa única, jugando con los 5 sentidos: por ejemplo, unas croquetas de jamón con un toque de salsa de frutas picante.
El impacto del «swicy» también contribuye a reinventar la repostería española. Los pasteleros están experimentando con la incorporación de elementos picantes en postres tradicionales, Por ejemplo, el clásico flan de huevo puede servirse con una reducción de naranja y chile, o el churro tradicional puede acompañarse de una salsa de chocolate con un toque de guindilla.
Además de su presencia en restaurantes y bares, el sabor «swicy» está ganando terreno en el mercado de productos alimentarios en España. Las empresas están lanzando salsas, snacks y bebidas que destacan esta combinación de sabores para atraer a los consumidores que buscan algo nuevo y emocionante.
Productos como salsas barbacoa con miel y chipotle, patatas fritas con sabor a chile y limón, y bebidas carbonatadas con infusiones de frutas y especias picantes están encontrando un lugar en las estanterías de los supermercados españoles. Este interés creciente refleja una tendencia global hacia la exploración de nuevos sabores y una mayor apreciación por las combinaciones inusuales.
Un gran impacto en la gastronomía española
El sabor «swicy» está teniendo un impacto significativo en la gastronomía española, desde la alta cocina hasta los platos más cotidianos y los productos del mercado. Esta combinación de dulce y picante ofrece una nueva dimensión de sabor que desafía las expectativas tradicionales y refleja una buena disposición a abrazar la innovación culinaria. A medida que el «swicy» continúa ganando popularidad, es probable que veamos más experimentación y creatividad en la cocina española, lo que contribuirá a consolidar su reputación como una de las gastronomías más dinámicas y emocionantes del mundo.
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