Nada menos que cinco Indicaciones Geográficas vitivinícolas se distribuyen entre los límites de la provincia de Zamora, tierra de viñedos antiguos, donde el vino forma parte de su historia y de su cultura más esencial, que impregna paisajes, construcciones y arte. Hasta la lengua se muestra plena de referencias, refranes y alusiones al vino como muestra de su integración en la vida cotidiana.
Texto: Armando Desantes. Fotos: Diputación de Zamora y Origen
Aunque tres de estas Denominaciones de Origen se asientan a orillas del Duero, todas ofrecen una gran diversidad de suelos (incluso de clima en el caso de las terrazas de los Arribes) y, consecuentemente, de variedades de uva.
DENOMINACIÓN DE ORIGEN TORO
La más histórica de todas ellas es la Denominación de Origen Toro, una comarca cuya tradici
Los vinos de Toro, elegantes y expresivos, poseen una historia fascinante. No solo la de aquellos viñedos que quedaron exentos de la plaga de la filoxera en el siglo XIX sino también ser los vinos que acompañaron a Cristóbal Colón en su viaje del descubrimiento de América. En general, estos poderosos vinos, que atraviesan una etapa de nuevo reconocimiento, goz
Comercializan 16 millones de botellas anuales y exhiben un buen comportamiento internacional, representando la exportación alrededor del 40% de sus ventas, lo que la convierte en la Denominación de Origen de Castilla y León con mayor porcentaje de exportación con respecto a las demás figuras de calidad.
DENOMINACIÓN DE ORIGEN PROTEGIDA VALLES DE BENAVENTE
La comarca próxima a la localidad de Benavente, al noroeste de la provincia, disfruta de
Tradicionalmente, en los Valles de Benavente se ha elaborado un vino “de aguja”, rosado, afrutado y suave, a partir de las variedades tintas citadas. La tradición bodeguera tiene su ejemplo en la comarca en la multitud de bodegas familiares existentes en todos los municipios, algunas abiertas al público.
La importancia que históricamente ha tenido el cultivo
DENOMINACIÓN DE ORIGEN TIERRA DEL VINO DE ZAMORA
Con epicentro en la localidad de Villanueva de Campeán, la comarca de la Denominación
El clima de la DO está marcado por una fuerte continentalidad y por su carácter extrema
Todas estas condiciones hacen de la comarca un territorio especialmente privilegiado para el cultivo de la vid, acogiendo la mayor concentración de viñedos centenarios del país. En la Denominación de Origen se cultivan variedades de uva tinta entre las que destaca la Tempranillo, utilizada como variedad principal. La Garnacha Tinta y la Cabernet Sauvignon se utilizan para complementar las elaboraciones de Tempranillo. En cuanto a las variedades blancas, destacan la Malvasía Castellana, que ocupa en Zamora uno de los últimos reductos en la Península Ibérica, la Moscatel de Grano Menudo, que ha encabezado la práctica tradicional de la elaboración de vinos semidulces y de licor en la comarca, y la Verdejo y la Godello.
DENOMINACIÓN DE ORIGEN ARRIBES
La delimitación geográfica de la DO Arribes comprende 27 municipios del suroeste zamorano, en los arribanzos del Duero y con capital en Fermoselle, y otras veinte localidades del noroeste salmantino, con unas superficie
En Arribes se elaboran blancos, rosados y tintos, aunque la variedad principal es la Juan García o Malvasía Negra, uva autóctona de gran personalidad y finura. También se admiten como uvas principales la Rufete, la Mencía, la Syrah y la Tempranillo; sin olvidar la riqueza en variedades autóctonas que tiene esta comarca (Bruñal, Gajo Arroba, Bartardillo Chico, Tinta Jeromo, Mandón), y entre las blancas, la Malvasía, la Verdejo, la Albillo y la última incorporación, la autóctona Puesta en Cruz. Se dan unas condiciones ecológicas especialmente favorables para el cultivo de la viña: suelos dotados con fertilidad y frescura, formados por granitos pizarrosos, y un clima diversificado.
Los blancos de Arribes,
VINOS DE LA SIERRA DE LA CULEBRA
Aunque a día de hoy todavía es poco conocida la actividad vitivinícola en la zona, lo cierto es que ya en el siglo X encontramos testimonios escritos sobre el cultivo de la vid, asociado a los monasterios medievales que allí existieron y su zona de influencia. La falda de la Sierra de la Culebra acoge hoy a una industria vitivinícola incipiente, con un total de ocho proyectos operando en la zona y un objetivo claro: desarrollar una nueva región vitivinícola.
En la actualidad se sigue manteniendo en la región una explotación tradicional del viñedo, usando los pequeños y antiquisimos majuelos que han servido para hacer vino en la familia. Del mismo modo, la viticultura sigue siendo tradicional y respetuosa con el entorno.
Es relevante la altitud ya que los viñedos se encuentran entre
Todo ello da lugar a vinos frescos, complejos, aromáticos, concentrados y, minerales. Las variedades son mayoritariamente Mencía, Tempranillo, Garnacha y Bruñal en tintas, aunque también hay Cabernet Sauvignon y Syrah, y en blancas, principalmente Palomino, Godello, Moscatel y Verdejo.
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