El hilo conductor de este encuentro liderado por Román Oliván (en la imagen)
El triángulo entre Jerez, Sanlúcar y Puerto de Santa María fue en el Oligoceno el fondo de un océano. Es por eso que los terruños muestran restos de conchas, y uno de los motivos por los que se percibe salinidad en el fruto. Un suelo similar al de la región de Champagne en Francia, para una uva, la Palomino, muy fuerte y con gran aguante para las inclemencias del clima y el entorno.
Los vinos en los que se profundizó en la cata en Lambuzo fueron los siguientes:
Castillo de San Diego
El vino más conocido de Barbadillo, y el más vendido, unos 3,6 millones de botellas anuales, el 37% exportado a países como UK, Alemania, Holanda, USA, Asia o México. Elaborado con mosto yema, es un vino que no se clarifica: solo se centrifuga.
Manzanilla Solear
Es el vino Castillo de San Diego, pero con 6-7 años de crianza biológica: crecen levaduras en la bota de forma natural, y la brisa que llega a la zona de Sanlúcar hace posible que esas levaduras desarrollen su vida a modo de velo de este vino en barricas llenas a ¾ de su capacidad. Ningún otro lugar de aquel área es apto para que las levadura sobrevivan cubriendo el vino y no lo oxiden, y ese es uno de los elementos que hace de la manzanilla algo tan especial.
La Manzanilla no contiene nada de azúcar, por eso se suele decir que es el vino más seco del mundo, y se percibe su salinidad. Es uno de los motivos por los que marida bien con verduras, incluso las habitualmente complicadas de parear, como alcachofas, espárragos o coles de bruselas. La manzanilla ha sido seleccionada en alguna ocasión como uno de los 100 mejores vinos del mundo por The Wine Spectator.
Manzanilla Solear en rama
Es la Manzanilla Solear, pero con 9 años de crianza. Se presenta sin filtrar, y ofrece aromas más redondos que la Manzanilla. De esta variedad Barbadillo solo produce 210 cajas en botellas de 0,5 litros.
Lambuzo tiene el privilegio de recibir varias cajas por temporada, ofreciendo altas probabilidades de conseguir tomar manzanilla de saca cada temporada en sus 3 restaurantes en Madrid. La que probamos fue la de la saca inmediatamente anterior al período en que estamos: la de primavera 2018.
Oloroso Cuco
Un vino se denomina oloroso a partir de los 18 años de crianza. El Oloroso Cuco es el mismo vino Castillo de San Diego, pero con alcohol añadido y 18 años de crianza 100% oxidativa.
Amontillado
Es un vino que ha sido manzanilla y que después pasa a crianza oxidativa. Así, acumula 9 años de crianza biológica y 9 años de crianza oxidativa, lo que le confiere un tono y un cuerpo muy especiales. Un vino que, como la manzanilla, va muy bien con alimentos picantes.
Palo Cortado
El vino que más misterio y enigmas contiene. Se trata de botas que, por lo que fuera, resultaban diferentes, no clasificables ni como oloroso ni como manzanilla, accidentes de motivación desconocida que se iban apartando en la bodega y a los que se iba marcando con una línea (palo) que en sucesivas visitas quedaba cortado en forma de equis. Es la excepción: aparece 1 bota de palo cortado entre 4.000 o 10.000 botas en Barbadillo.
El Palo Cortado de Barbadillo tiene 28 años de vejez.
Vinos todos que se pueden tomar en Lambuzo habitualmente, ya que forman parte permanente de su carta, junto con otros vinos del marco de Jerez.
Acompañamos los vinos con algunos iconos de la gastronomía y productos de Lambuzo:
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