El prestigioso champagne ha querido unirse a Albert Adrià en su nueva propuesta gastronómica, que tras muchos años de desarrollo ve finalmente la luz. Enigma viene a complementar la oferta que le ha llevado a extender su cocina por todo el Paral.lel y es al mismo tiempo el taller del que parten ideas hacia el resto de restaurantes que conforman El Barri: Tickets (1*), Pakta (1*), Bodega 1900, Niño Viejo y Hoja Santa (1*).
Enigma es una experiencia única e irrepetible en la que no hay manera de saber cuál será el próximo bocado. Un espacio al que se accede marcando un código personal, como si se tratara de una cita clandestina, y donde se recibe al comensal con una liturgia casi japonesa, se respeta la intimidad, las reservas se espacian y nunca coinciden más de seis personas al mismo tiempo.
Tras la bienvenida se inicia un recorrido de dos horas y media a lo largo de los seis espacios en los que se divide la cena. Con un servicio cálido y bocados frágilmente bellos empieza la ruta en la que aparecen hasta cuarenta elaboraciones. Albert Adrià antepone el sabor a la estética, alterna vanguardia con cocina clásica y mezcla sabores anclados en la memoria con combinaciones de alto riesgo.
Albert Adrià junto a Oliver Peña, Cristina Losada y Marc Álvarez, son el alma de Enigma, un espacio ecléctico en el que dejar volar los sentidos. “Quiero explorar la versatilidad en todos los ámbitos de la gastronomía, comer y beber deben redefinirse y ofrecer diferentes opciones y maneras de hacerlo. Para eso nació Enigma”, comenta Albert Adrià.
Enigma es un laberinto de 700 m2 con diversas paradas gastronómicas tanto en elaboraciones sólidas como líquidas. El resultado es un juego de grises y transparencias (RCR lo ha diseñado todo, hasta la indumentaria del equipo), de cristales y resinas, de mallas metálicas en el techo, de luces que adquieren tonalidades diversas en cada una de las zonas por las que transita el comensal. Un lugar que tiene una personalidad marcada y futurista, y a la vez la neutralidad necesaria para que sean las elaboraciones las que destaquen.
Dentro del comedor, en el que tan solo se atienden 24 comensales por noche, destaca el espacio Dom Pérignon, el lugar donde complementar la experiencia Enigma hasta llegar su apogeo y el espacio en el que se pone de manifiesto la colaboración entre este espacio y el considerado mejor champagne del mundo.
Enigma y Albert Adrià tienen muchas cosas en común con Dom Pérignon, es por ello que este
restaurante es uno de los primeros en España en unirse al programa mundial Dépositaires, creado hace 16 años y con el que la Maison distingue aquellos restaurantes que comparten con Dom Pérignon las características inconfundibles de la marca: calidad, exclusividad, refinamiento, excelencia… y son los portadores de estos valores intrínsecos. Se trata de un circuito limitado a un número restringido de restaurantes a nivel mundial, cuidadosamente seleccionados que buscan al igual que DP la perfección y la excelencia.
Los Dépositares son parte activa del mundo Dom Pérignon, participan en las iniciativas particulares y reciben un tratamiento privilegiado que les permite, entre otras cosas, acceder a productos reservados en exclusiva.
Algunos de los restaurantes que participan al programa Dépositaires son, entre otros, Osteria Francescana, la Pergola y Da Vittorio en Italia; Guy Savoy o Arpège en Francia o Per Se en
Nueva York, todos ellos con 3 estrellas Michelin.
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