Cokima (www.cokima.es), ubicado en Andrés Mellado, 21 de Madrid, llega para revolucionar el siempre bullicioso y juvenil barrio de Argüelles. Su nombre (acrónimo de Cooking Kitchen Madness) conduce a un concepto que trata de poner en valor la calidad del producto a través de una cocina ecléctica y mestiza en la que los torreznos, las croquetas o el bocata de calamares se presentan con toques éxoticos e inesperados. Una taberna interesante, un recién llegado que aspira a hacerse un hueco en estos tiempos difíciles.
Su cocina recuerda a los puestos callejeros que se pueden encontrar en las diversas capitales del mundo, y es que sus recetas no están inspiradas en una sola cocina internacional, sino que beben de diferentes rincones del planeta. Su chef Daniel Esteban, tras pasar por cocinas tan notorias como Mugaritz, Albora o Vertical, se une en este nuevo proyecto en el que da rienda suelta a su creatividad. Influenciado por los grandes chefs, y gracias a su espíritu innovador, elabora una gastronomía basada en el producto de temporada destacando sabores potentes y contrastes muy definidos.
Bocata de calamares en bao
En Cokima podemos disfrutar de recetas castizas que no pueden faltar en una taberna madrileña como las croquetas semilíquidas de jamón ibérico, elaboradas con panko para conseguir una textura más etérea y que son una autentica explosión en tu boca. Pero sin duda sus platos con toques internacionales son la marca de la casa como la reinvención del bocata de calamares, esta vez elaborado con pan bao, chipirones y acompañado de un alioli de hierbabuena que le aporta frescor.
Excelente el sándwich de steak tartare, igual que su otra gran emblema, el brioche relleno de vaca madurada, que gracias a la utilización de la entrecostilla tiene más sabor y se deshace al estar elaborado a baja temperatura durante 18 horas, un bocado exquisito que liga a la perfección el sabor de la mantequilla con la carne. El guacamole tampoco deja indiferente, terminado en mesa sobre un molcajete de piedra volcánica expresamente traído de México que le confiere un sabor singular.
Torreznos envueltos en hoja verde
Y por supuesto no podían faltar los ahora tan demandados torreznos, en este caso envueltos. Porque Daniel ha querido darles una vuelta creando un ssam (plato coreano que consiste en utilizar una hoja verde para envolver el contenido) para jugar con el contraste de lo graso del torrezno con lo fresco de la lechuga acompañado de pak choi y salsa teriyaki con hierbas aromáticas.
El espacio cuenta con una sola zona que sigue la misma línea atrevida que su gastronomía mezclando mesas altas y bajas, un lugar que se presta a compartir entre amigos creando un ambiente distendido e informal mediante una mesa central con cubitera incorporada, algo que también aporta el grafiti que nos encontramos en la pared creado por la artista María Cabañas (@customizarte).
En definitiva, un proyecto joven que nace con la ilusión de poder crear un restaurante, donde los comensales se diviertan y experimenten con nuevos sabores, diseñado para todos los bolsillos. Uno de esos lugares a los que no dejar de volver para conocer cada uno de los nuevos platos que se van incorporando y cambian según la temporada.