Pisar la arena de la playa de la Concha es tan solo el comienzo del viaje que el restaurante Easonense nos tiene preparado para contagiarnos de la ciudad de San Sebastián. Nos recibe la Plaza Easo en la planta baja, un lugar perfecto para acompañar una comida con las maravillosas vistas de la Plaza en el Sagrado Corazón, la Bahía, el Paseo de los Fueros o el actual ayuntamiento que tuvo sus noches a modo de casino. La distribución de la sala invita a degustar sus creaciones gastronómicas tanto en una comida informal en sus mesas altas como en el comedor, pensado para una comida o cena más tranquilas. En la barra también se pueden probar sus pinchos acompañados de un buen vino.
El viaje nos lleva a la planta superior donde nos espera la Plaza Guipúzcoa. Un espacio donde se respira la esencia de San Sebastián mediante un paseo por el monte Igueldo mientras podemos apreciar el Pantalán del Club Náutico o la Isla de Santa Clara observando cómo nos vigila con su legendario parque de atracciones y su afamada Montaña Suiza. En esta ocasión, podrás degustar la gastronomía vasca en tres zonas diferenciadas: la barra, las mesas con banco corrido al fondo de la sala y sus dos chester con mesas bajas que, sin duda, invitan a pasar un rato agradable en la Plaza incluso para tomar una copa.
En esta planta además, se encuentra el salón privado “Calle Prim”, una ubicación muy especial donde Easonense tiene su origen familiar y que permite llevar a cabo una reunión más privada, con una capacidad para diez personas.
Su carta hace un recorrido por la gastronomía vasca con una presentación actual, pero sin olvidar los orígenes de sus elaboraciones. Entrantes como la crema de changurro o la zurrucutuna (sopa de ajo con bacalao), pasando por raciones para compartir entre las que encontramos las míticas gildas, una excelente y sabrosa chistorra easonense, los chipironcitos con sus patitas crujientes o el pulpo con sus Sras. patas con cachelos. Los principales se dividen en “de la mar” con platos como el “solomillo” de atún con cebolla pochada y pimiento verde, la merluza al óleo con sus almejitas, o el changurro donostiarra y los amantes de la carne “con el cuchillo” podrán disfrutar un entrecot o un solomillo acompañado de patatas fritas de la casa. Los postres también tienen cabida en la carta de Easonense con la panchineta, el gâteau basque o la cuajada de la casa con leche del Valle de Ulzama. Una de las grandes sugerencias de esta temporada son sus alubias de Tolosa con sacramentos al precio de 22,50 €.
Una bonita cava a la entrada garantiza el cuidado en la temperatura y servicio de los vinos de esta casa con reconocidas referencias a precios coherentes.
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