Inaugurado en 2009 por la inquieta Ron Zohar, Gingerboy (Murillo, 1. Plaza de Olavide. Madrid) es uno de esos sitios que tus amigos te recomiendan con entusiasmo y no entienden cómo es posible que todavía no lo hayas probado, porque ya saben que para saborear buena comida tailandesa en Madrid no hace falta salir de casa. En pleno corazón de Chamberí, Gingerboy celebra en 2017 ocho años de Cocina Thai Fusión a domicilio y para llevar.
Una propuesta diferente de cuidada elaboración que fusiona sabores y culturas, escogiendo lo mejor de las gastronomías asiáticas y europeas. Creado para ofrecer una apuesta de calidad takeaway, con la mejor materia prima disponible en la capital cada temporada. Además, ahora puedes hacer tu pedido online.
Sus chefs nos sorprenden con platos especiales todas las noches de la semana y ofrecen un menú de mediodía que cambia a diario, con una elaboración cuidada y sofisticada, y raciones generosas. Y todo ello en la comodidad de tu oficina o de tu salón.
Su packaging también ha dado mucho que hablar, ya que es respetuoso con el medio ambiente y además, no menos importante, es de lo más chic.
En su local la cocina está a la vista, no esconde nada. Los detalles de decoración hablan del mismo amor y cuidado de los detalles con el que hacen aquí las cosas y que se reflejan en cada uno de sus platos y sus postres.
La Carta se fundamenta en la filosofía del restaurante:
•Original fusión de estilos y autenticidad de la comida.
•Sabores intensos y bien definidos.
•Incomparable relación calidad-precio. En la carta son tan imprescindibles los platos tradicionales del sureste asiático, como el Pad Thai, con tamarindo, brotes de soja, cacahuete y lima y los Currys Tailandeses (rojo, verde…) como la innovación en propuestas que fusionan gastronomía mediterránea con exotismo oriental y técnicas europeas,como el BienMeSabe en adobo tailandés y los Chipirones salteados con verdura, salsa oelek y vino chino de arroz.
Todas las noches y fines de semana cuentan con propuestas fuera de carta «Especiales», elaboradas por el chef, para sorprender a los paladares más exigentes y a los incondicionales. Especiales y famosos son también los postres, como Pannacotta de Maracuyá con frutos del bosque o la Tarta Gingerboy de Zanahoria, nueces y especias orientales, glaseada.
Cuentan con un menú de martes a viernes que incluye postre y bebida y que cambia a diario por 12€.