Un año después de su reapertura, el renovado Chifa (Modesto Lafuente, 64) consolida su apuesta gastronómica que, tomando como esencia el mix de cocinas del Sudeste Asiático y Latinoamericanas, recurre a la creatividad constante como argumento. Y así, Luis Miguel y Julián Gil, sus nuevos artífices, han construido una propuesta que, recuperando, con una mirada nostálgica, el argumento de aquel Chifa que hace siete años sacudió el panorama gastronómico de Madrid, se propone seguir revolucionando los paladares. En la imagen el curry rojo tailandés de carrillada de vaca, un clásico de Sudestada y Chifa.
En 2012, Chifa consiguió aportar una bocanada de aire fresco a la oferta gastronómica de la capital, apostando por un concepto que, partiendo de la cocina chifa (fusión de cocina cantonesa con peruana), exploró nuevas vías de conexión entre los sabores asiáticos y latinoamericanos. Herederos de esa misma e innovadora filosofía, los nuevos responsables de Chifa dan un paso más, y han conseguido profundizar en esa búsqueda de nuevas sensaciones, armando una propuesta que se inspira en todas las cocinas de Latinoamérica, sin dejar de ampliar también su visión sobre las técnicas e ingredientes propios de Asia Oriental.
La propuesta se concreta en una carta corta, que no está sujeta a la temporada, ofreciendo a diario diferentes opciones fuera de carta. Gracias a este concepto, la carta se renueva constantemente, aunque se mantienen platos clásicos del primer Chifa, como el Ceviche de corvina con dos ajíes, vieiras y pulpo o el Escabeche filipino de bonito, a los que se suman otros que provienen del mítico Sudestada, cuyos dueños fueron los creadores del inicial Chifa, como los Nem rán (Rollitos vietnamitas con cerdo ibérico, marisco y setas) o el famoso Curry Sudestada (Curry rojo de carrillada de vaca, leche de coco y guisantes dulces).
Entre las novedades incorporadas por el actual equipo, destacan los Tacos de cordero anticuchado (marinado con ají, vinagre y especias, y cocinado durante ocho horas a baja temperatura), el Tiradito oriental de salmón (elaborado con ají amarillo, shichimi tōgarashi y salsa de soja), los Dumplings latinos con aceite de chile, o su nueva versión del Arroz chaufa, preparado con plátano, huevo, pollo de corral y gambas.
En los postres, Chifa apuesta por la sencillez, con una oferta centrada en recetas sin pretensiones, y en la que, salvo algún guiño a los dulces típicos de Latinoamérica, como el Bizcocho de tres leches con helado de mango infusionado con tés chinos, destacan el ya famoso Vaso de Chocolate o el Flan de queso con dulce de cacahuete.
En su apartado de vinos, se instala también la sorpresa y la originalidad. Recurriendo a pequeños productores, han conseguido armar una carta corta, muy cuidada y a precios asequibles, donde adquieren un protagonismo especial tanto algunas referencias de vino ecológico como los vinos de Jerez, que maridan a la perfección con la cocina que propone Chifa, y que se completa con algunos de los cócteles más clásicos, como la mítica Caipirinha, el auténtico Pisco sour, el necesario Moscow Mule…
El renovado Chifa mantiene no solo buena parte del espíritu y el recetario de sus inicios, sino también la decoración. Un espacio reducido, con capacidad para 24 personas, con cocina abierta, grandes ventanales, y donde, en un ambiente de estética retro, mandan los tonos oscuros y la madera.
Al frente de esta nueva etapa de Chifa se encuentran los hermanos Gil. Formado en la Escuela de Hostelería de Madrid, con un Máster de cocina en la Escuela de Hostelería de San Pol de Mar y formado en prestigiosos restaurantes de Londres, Sao Paolo, Barcelona o Madrid, Julián se encuentra al frente de la cocina. Por su parte, Luis Miguel, jefe de sala, tras una época también en Londres, recaló en Sudestada, gracias a lo cual pudo conocer de primera mano el origen y el espíritu de Chifa.