Horcher (Alfonso XII, 6. Madrid) cuenta con tres reservados: La recepción, el más demandado y coqueto, con capacidad de hasta 10 personas; El salón, situado en el fondo del restaurante y con disponibilidad para 22 personas; y The Horcher Downstairs, el espacio más canalla, ideal para fiestas y con capacidad de hasta 30 personas. Salvador Dalí, Jean Cocteau; Charlie Chaplin, Gina Lollobrigida, Sofia Loren, John Wayne, Burt Lancaster, Ernest Hemingway y muchas familias reales europeas son algunos de los personajes conocidos que han disfrutado de los salones privados de Horcher, en los que se han vivido mil y una aventuras. Horcher se adapta totalmente a las necesidades del cliente: elección del menú decoración, música… No existe nada estandarizado, ya que todo el proceso se hace de forma muy personal. El objetivo es que el evento sea diez.
Salvador Dalí siempre comía con su mujer y musa, Gala en la que él consideraba «su mesa»; el cineasta francés Jean Cocteau dejó muchas caricaturas en los libros de firmas; Charlie Chaplin era cliente asiduo, así como Gina Lollobrigida, Sofia Loren, John Wayne, Burt Lancaster, el escritor Ernest Hemingway o las muchas familias reales europeas que durante muchos años han disfrutado de los salones privados de Horcher, en los que se han vivido mil y una aventuras. Si las paredes hablaran…
Pero por los tres reservados con los que cuenta Hocher han pasado, y lo siguen haciendo, no sólo caras conocidas, sino todos aquellos que acuden en busca de privacidad, calidad y excelencia en el servicio. Como destaca Elisabeth Horcher, al frente del restaurante, “aquí no existe la palabra no. Se trata de que los clientes sientan que el espacio es suyo, que sea como su casa en ese tiempo, sin tener la sensación de que estás pidiendo permiso por algo. En ese sentido, el equipo está totalmente concienciado”.
Todo tipo de evento o celebración tiene cabida en cualquiera de los tres reservados de Horcher: La recepción, el más demandado y coqueto, con capacidad de hasta 10 personas; El salón, situado en el fondo del restaurante y que cuenta con disponibilidad para 22 personas; y The Horcher Downstairs, el espacio más canalla, ideal para fiestas y el que más privacidad asegura, ya que para acceder a él no es necesario pasar por los salones del restaurante, ya que está situado en la planta inferior y dispone de capacidad de hasta 30 personas. “Nos adaptamos totalmente a las necesidades del cliente: desde elegir el menú, a la decoración, la música… Aquí no existe nada estandarizado, todo el proceso lo hacemos de forma muy personal porque se trata es que el evento sea un diez. Horcher es una experiencia”, asegura Elisabeth Horcher.
Un cumpleaños, una boda, un evento de empresa…Sea cual sea el motivo por el que alguien desee alguno de los tres salones privados o incluso el restaurante en su totalidad, sólo ha de tener en cuenta un detalle: reservarlo como mínimo con un mes de anticipación. Del resto se encarga Horcher.
Horcher, desde 1943
La autenticidad ha caracterizado a Horcher desde que abrió sus puertas frente a los jardines del Parque del Retiro desde el año 1943. Por esa razón, en este mítico espacio, hay cosas que no cambian. El Salmón marinado en casa a la rusa, los clásicos Arenques a la Crema con Kartoffelpuffer y el Consomé “Don Víctor” son dos ejemplos. Son platos que estación tras estación y año tras año, siguen estando en su carta. De hecho, tal ha sido siempre la aceptación que han tenido por parte de los comensales, que se han convertido en los platos más antiguos de la carta.
La extensísima bodega de Horcher es un verdadero tesoro enológico dentro de Madrid, y es el lugar donde reposan vinos de añadas históricas que se enriquecen con la explicación y la sabiduría del sommelier Blas Benito, responsable también de que la coordinación entre sala y cocina sea tan espectacular como milimétrica.
Como apunta Elisabeth, actual motor de Horcher: ‘’el trato cercano es nuestra forma de ser acompañado siempre de un servicio excepcional que hoy en día está en vías de extinción’’. Así, con la honestidad de sus fogones por bandera y volcados en una tradición ajena a modas pasajeras Horcher sigue siendo una referencia atemporal abierta a todos aquellos que disfruten del buen comer y quieran sentirse simplemente especiales durante unas horas.