El pasado 28 de enero, Manzoni Trattoria (C/ Rosario Pino, 6, Madrid) dio su último servicio en el espacio en Bretón de los Herreros que la vio nacer. La trattoria original, un proyecto de dos socios, Nacho Gil y Stefano Carta, se había quedado pequeña para la idea que tenían ambos del confort y servicio que merece su fiel clientela.
Tras unos cuantos meses de intensa búsqueda hallaron este local en Rosario Pino amplio, diáfano, luminoso y confortable, y con un emplazamiento perfecto para su apreciado horno para pizzas, donde a los mandos está el respetado pizzaiolo Alberto Carta. Llevaban tiempo los dos socios buscando un cambio de lugar, y la oportunidad llegó. En palabras de Nacho Gil, «vimos el local de Rosario Pino y no lo dudamos. Con él, estamos seguros de haber dado un salto en calidad de servicio y confort, y con el mismo nivel de exigencia culinaria por el que nos conocen todos nuestros clientes».
En la sala hay mesas bajas con banqueta corrida a un lado, mesas redondas al fondo, mesas rectangulares junto al ventanal que da a la calle, y una agradable mesa alta de madera con cómodos taburetes. La decoración es moderna, con ciertos tintes industriales.
Gracias a una cocina más amplia, han incorporada en la carta nuevas presentaciones italianas originales como los Spaghetti del contadino a la chitarra, la Costoletta milanese (chuleta de ternera blanca) o los Paccheri pomodoro (pasta seca inédita en la carta de Manzoni).
Unas pizzas que dejan huella
Las pizzas las continúa elaborando Alberto Carta, siguiendo la fórmula original que ha ido perfeccionando a lo largo de más de 40 años. Su masa se fermenta entre 48 y 76 horas, son de muy fácil digestión, a la vista se muestran singulares por su forma ovalada, siendo finas y crujientes en toda su superficie. Hay trece pizzas donde elegir: la Margherita, la más demandada por los puristas, y la de Huevos de codorniz y chips de patatas como la preferida de los más osados.
Continúa Manzoni Trattoria apostando por la trufa en todas sus temporadas. Es tal la pasión de la trattoria por este hongo que siempre sirven variedades de trufa estacionales. Además, mención aparte merecen los productos frescos elegidos por su calidad y proximidad y los ingredientes con sello italiano idóneos para sus distintas elaboraciones.
Los clásicos siguen teniendo cabida con platos como el Vitello tonnato, que aquí le dan un toque diferente elaborándolo con roast beef de lomo bajo o la conocida Tagliata para la que utilizan un corte tataki.
Italia continúa en los postres con bocados de toda la vida como el Tiramisù, la Pannacotta con chocolate blanco o los Cannoli siciliani. Ojo también a la selección de quesos italianos para culminar una comida o cena.
Una bodega adecuada
Manzoni Trattoria, en esta nueva etapa, tiene un mayor número de referencias de vinos italianos, aunque sin excluir vinos españoles de muy buena calidad. Entre los vinos italianos encontramos denominaciones como Vermentino di Sardegna, Greco di Tufo, Barolo, Barbera d’Asti, Chianti Classico, Cannonau di Sardegna o Nero d’Avola, o Franciacorta en espumosos.
En los españoles hay representación de denominaciones de tradición vinícola como Ribera del Duero, Rioja o Rueda, y de orígenes cada vez más apreciados como Bierzo, Monterrei o Madrid.
Unas pinceladas de historia
Stefano Carta recaló en 2007 en Madrid, desde su Italia natal, para trabajar junto a Sergi Arola en Paninoteca D’E. En Italia estudio en la escuela de hostelería, y allí trabajó algunos años con el famoso Gualtiero Marchesi, creador de la nueva cocina italiana, además en las cocinas de algunos hoteles en el Lago di Como, zona donde su padre tenía el restaurante Don Lisander.
En Paninoteca D’E, Stefano coincidió con Nacho Gil. Nacho Gil es madrileño, estudió en la Escuela de Hostelería y Turismo, y tiene formación en cocina y sala, además de tener también experiencia con Sergi Arola, y en hoteles y catering. Tras una temporada trabajando juntos, ambos deciden emprender su propio negocio y así surgió Don Lisander. «Nos dimos cuenta de que había muchos italianos en Madrid que no tenían una oferta adecuada a sus exigencias y así surgió la idea de abrir Don Lisander, y trasladar su sede del Lago di Como a Madrid», resume Stefano. Así, Alberto Carta entró en juego y se trasladó a Madrid para elaborar las pizzas tan especiales que él mismo había creado y tanta fama le habían proporcionado en su país.
Tras Don Lisander, surgió Manzoni Trattoria como el hermano pequeño. Hoy día, Manzoni Trattoria es la protagonista absoluta de la cocina italiana con más autenticidad y carisma de la capital de España. Con el cambio de espacio y de imagen corporativa, y la calidad culinaria que siempre le ha caracterizado, Manzoni Trattoria se muestra como el restaurante italiano que una ciudad tan cosmopolita como Madrid requiere.
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