El restaurante, que acaba de cumplir 18 años, es el resultado del esfuerzo de dos jóvenes emprendedores: Borja Anabitarte y Lara Alonso del Cid. El Mentidero de la Villa (Almagro, 20. www.mentiderodelavilla.es) es un negocio familiar diversificado en restaurante, cátering para eventos y finca para la celebración de bodas. Cada año, sirve alrededor de 80.000 comidas y cuenta con 60 empleados fijos y 130 discontinuos. El restaurante cuenta con cinco reservados con una ocupación casi total en los que se dan cita y cierran negocios empresarios del Ibex-35, políticos y jueces.
Dos de los tres hombres más ricos del mundo se han sentado a la mesa de El Mentidero de la Villa. El restaurante madrileño, que este año celebra su 18 aniversario y por el que pasan unas 36.000 personas al año, es el proyecto de dos emprendedores, Borja Anabitarte y Lara Alonso del Cid, que con sólo 23 y 20 años respectivamente, comenzaron esta aventura empresarial.
En este tiempo, los dos socios han logrado consolidar este negocio familiar en el que se dan cita los principales directivos, empresarios, políticos y miembros del poder judicial del país gracias a un formato de cocina tradicional revisada con una gran relación calidad-precio. A la privilegiada localización -en plena calle Almagro, a escasos metros de un buen número de empresas del Ibex-35, de sedes políticas y judiciales- y el ambiente acogedor del restaurante, se unen el servicio, el cuidado del detalle y, por supuesto, el buen hacer de la cocina, así como una privacidad garantizada gracias a los cinco reservados con los que cuenta el local -de dos a 25 plazas- en los que diariamente se cierran multitud de negocios y que cuentan con una ocupación cercana al 100%. Además de comedor y privados, el local cuenta con un espacio de corte casual, Mentidero & Gin, dedicado a la coctelería y el picoteo, bajo una fórmula de snack bar pensada para comer entre horas y para el afterwork.
Los comienzos
Pero antes de llegar al actual espacio que actualmente ocupa El Mentidero de la Villa, un local con 700 metros cuadrados en el que hace cinco años Borja Anabitarte y Lara Alonso del Cid invirtieron 1,5 millones de euros, ambos emprendedores abrieron su primer establecimiento en la madrileña calle Santo Tomé, un espacio de 200 metros cuadrados y que desde el primer mes de su apertura ya era rentable. «Siempre tuvimos claro que queríamos llegar a un segmento alto», destaca Anabitarte.
Diversificación del negocio
Pensando en dar servicio esta clientela y diversificar el negocio, fue cómo en 2002 Anabiarte y Alonso del Cid decidieron diversificar su negocio con un servicio de Cátering pensado para acciones empresariales, bodas, cócteles y demás eventos desde 50 personas. A ello se suma el acuerdo que El Mentidero de la Villa mantiene con el cinco estrellas Hotel The Westin Palace Madrid por el cual el restaurante proporciona su servicio de cátering en el Espacio Palace. Actualmente, el 70% de la facturación de la compañía procede de esta rama de negocio.
Y hace nueve años los propietarios de El Mentidero de la Villa invirtieron 5 millones de euros en Villa del Mentidero, una finca situada a 30 kilómetros de Madrid, en la localidad de Alalpardo, concebida para la celebración de eventos y bodas, por la que pasan cada año 15.000 personas. La finca cuenta con una espectacular cocina de 500 metros cuadrados diáfanos que es el centro de elaboración de los platos de los diversos negocios de El Mentidero de la Villa, una empresa familiar a cuya mesa se sientan alrededor de 80.000 personas y en la que trabajan 60 empleados fijos y 130 discontinuos.
Borja Anabitarte, el pequeño de cinco hermanos, encontró su pasión a una edad temprana pasando horas en la cocina como ‘ayudante’ de su madre. A los 14 años anunció que quería ser cocinero y, pese a una primera negativa por parte de la familia, logró su confianza y con 18 años comenzó su formación en Arzak hasta que, totalmente convencido se lanzó a la carrera gastronómica en la École Hōtelière Genève (Suiza), continuando después un año y medio en la Ecole Ritz Escoffier de Paris y otro año y medio en el reconocido restaurante Scott´s de Londres.
Con 22 años volvió a instalarse en Madrid e impartiendo unas clases de cocina se encontró con una alumna que ya conocía de la adolescencia: Lara. Ella, profesional del marketing y con un perfil comercial, constituía el complemento perfecto al buen hacer en la cocina de Borja. Esta bonita casualidad supuso el pistoletazo de salida de El Mentidero de la Villa con la compra de un local en la calle de Santo Tomé, junto a la Plaza de Las Salesas. Cuatro años más tarde se creó el Catering de El Mentidero que se estrenó con la boda de ambos. Y no sólo eso, sino que la buena estrella del restaurante derivó hace 7 años en una finca de celebraciones, para todo tipo de eventos, en Alalpardo a tan solo 30 km de Madrid. Por último, hace cinco años, cambiaron de localización a la prestigiosa calle Almagro, con lo que además de mejorar su ubicación, se cumplía otro de sus sueños, que su restaurante fuera un auténtico mentidero.
Los ‘mentideros’ más codiciados de Madrid
Los mentideros eran espacios públicos que, durante los siglos XVI y XVII, se convirtieron en los centros de reunión del pueblo para discutir, opinar y conversar sobre la actualidad del momento y sentido al nombre del local, los cinco reservados con los que cuenta el establecimiento del local (desde dos a 25 personas) se han convertido en los mentideros más codiciados de Madrid, donde además de conversar, a diferencia de los antiguos, se pasa desapercibido y se practica el buen comer. Como bien explica Lara Alonso del Cid: «La comida es cosa nuestra y las verdades o mentiras que se hablen, de los comensales».