El famoso restaurante Jota Cinco de Madrid, que abrió sus puertas en 1970, ha dado un giro a su estética hacia un estilo retro cercano, muy luminoso, con tonos pastel que lo convierten en un espacio relajado y optimista. Por dentro, este restaurante situado en plena calle Alcalá junto a Arturo Soria, sigue siendo un referente gastronómico con cocina de siempre actualizada cuya premisa es cuidar al cliente con un producto de calidad.
Jota Cinco (Alcalá 423, semiesquina Arturo Soria. Madrid. Tel. 91 742 93 85. www.jotacinco.com) es bien conocido en Madrid por ser un referente de la cocina madrileña desde hace ya 46 años. Ubicado a un paseo de la plaza de toros de Las Ventas, siempre ha sido un lugar de reunión de lo más granado de Madrid en el que estaba asegurada la buena mesa, y aunque ha pasado mucho tiempo, esto no ha cambiado en nada. José y Olga Gómez, hijos del fundador, están hoy al mando del local y siguen cuidando como desde el principio cada detalle. Pero como la tradición no está reñida con vivir al día, Jota Cinco ha dado la vuelta a su imagen y ha adquirido una estética ‘ikat’, neutra y luminosa que atrapa a todo el que pasa por su puerta. Beige, blanco y varios tonos de azul, también en el suelo de su espectacular terraza semicubierta, con baldosas hidráulicas, y un toque setentero en paredes y mobiliario, hacen del ‘nuevo’ local un lugar ideal para relajarse y pasar un rato agradable con un café desde el desayuno, un vermú con el aperitivo, comer y alargar la sobremesa con una copa o alguna de las opciones de sus cartas a la hora de la cena.
En la cocina vuelve a estar al frente Luis Bombín, que ha pasado por lugares emblemáticos como Dantxari y Goizeko Kabi, gracias al cual el bacalao, los platos de cuchara y los postres más selectos, tienen un toque especial. El resultado, plasmado en dos cartas, -una para la moderna barra, de tapas y raciones ideal para compartir; y otra para el restaurante-, es muy variado y apetecible para todos los gustos. Destacan en ambas las Croquetas cremosas de la casa, los Pimientos de piquillo rellenos de rabo de torro, los Langostinos en tempura con salsa de soja o la bien conocida Tortilla jugosa de patatas a nuestro estilo.
Y como es un lugar en el que todo el mundo es bienvenido, hay también pasta, pizzas con un toque gourmet, como la Burrata, con tomate, mozzarella, panceta, jamón S. Daniele, albahaca… y por supuesto burrata, y bocados más novedosos como el Sándwich J-5 con pan bao y panceta confitada, mahonesa y huevo de codorniz. Entre las recetas más elaboradas para disfrutar en sala están el Pulpo a la brasa con calabacín y foie o el Bacalao al pil-pil. Además cada día ofrecen un plato de cuchara diferente, como el Cocido madrileño en tres vuelcos los miércoles y gracias a que en cocina hay un asturiano, tienen todos los días en temporada una auténtica Fabada asturiana con su compango a la que hincarle el diente y unas deliciosas empanadas caseras. Ah, y un consejo: entre sus postres no hay que perderse la Tarta fina de manzana con helado de vainilla.
Jota Cinco está dividido en tres alturas con varios ambientes diferenciados: la zona principal de barra y comedor a la que se accede desde la calle por la preciosa terraza semiabierta con mesas bajas y una gran mesa alta central. También se accede directamente desde el parking privado para clientes del restaurante, (algo muy agradecido en una zona tan concurrida). Desde el salón se pasa a una entreplanta superior donde están los reservados, algunos de los cuales siguen conservando la esencia y la misma decoración que en 1970 tras la reforma para alegría de los nostálgicos, que podrán respirar allí un poco de la historia taurina de la zona. Y por último, en la planta sótano, un gran salón perfecto para eventos, fiestas privadas, presentaciones, reuniones en grupo o reencuentros en cualquier momento del año.