Hace cerca de año y medio que llegó a la madrileña calle de Génova un novedoso concepto que, en un coqueto local con acogedoras paredes vestidas de toile de Jouy, evoca a un café parisino de finales del siglo XIX, aunando la «patisserie» con la «boulangerie» y el «restaurant boutique». Se trata de Maison Mèlie (Génova, 11, Madrid) donde poder disfrutar de excelentes croissants pero también de recetas como la sopa de cebolla, la ratatouille, el boeuf bourguignon, el magret de pato o el tartare de buey de la imagen.
Su nombre, Maison Mélie, proviene de una pastelería que abrió sus puertas en la pequeña localidad de Honfleur (Normandía) en el año 1894. Maison Mélie llega a España de la mano del financiero Michel Glas que se propone trasladar a Madrid la esencia de la mejor gastronomía francesa, así como de las delicias de su mítica panadería y pastelería. Degustar sus impresionantes croissants (con mantequilla d’Isigny), sus macarons y sus panes es algo que nadie debiera dejar de hacer.
Ya en el interior, la carta es eminentemente francesa (foie gras mi-cuit, ratatouille, pavé de salmón, tartare de buey, boeuf bourguignon…), pero en la que también hay cabida para algunos platos internacionales (tabulé de quinoa, vitello tonnato…), así como una amplia selección de hamburguesas.
Desayunos, meriendas y brunchs
Maison Mélie se convierte así en destino para disfrutar de un buen desayuno, una estupenda merienda (24 euros), un brunch (29 euros) que la Maison ofrece cada domingo, un almuerzo de negocios o una relajada cena. De lunes a viernes hay también un menú del día al precio de 14,90 €. Complementariamente, Maison Mélie ofrece los servicios de delivery y take–away para disfrutar de sus excepcionales productos en casa. Y la terraza dispone de una carta específica compuesta tanto por tablas de embutidos y quesos franceses y españoles, así como de raciones variadas.
Maison Mélie igualmente ofrece de 18h00 a 21h00 una Happy Hour donde se sirven (con un 25% de descuento en las bebidas alcohólicas) los más tradicionales platos del país galo para acompañar a cervezas, combinados y coctelería internacional. Y ocasionalmente, el restaurante también propone cenas acompañadas de música con un menú específico para cada ocasión.
En suma, un oasis de Francia en el corazón de Madrid, al que también contribuye una cuidada y relajante decoración en tonos suaves que envuelve al comensal.