Oribu (Barquillo, 10, Madrid. Tel. 91 524 03 17 www.oribugastrobar.com), es el engranaje perfecto de dos piezas: Iván Zhan y Armando Justo. El primero, es un empresario madrileño de origen chino con amplia trayectoria familiar en hostelería, que se ha empapado de gastronomía a lo largo y ancho del mundo y que tiene además la capacidad de dar forma y combinar con acierto todo lo aprendido. El segundo, más conocido en el sector como A.J., volvió hace unos meses a su Madrid natal tras 14 años viajando y trabajando en el extranjero. Abrió cuatro restaurantes en San Francisco, otro más en Los Ángeles e incluso su propia izakaya, y además fue chef ejecutivo en Google Inc. A.J. llega a Oribu para ejecutar las ideas de Zhan y aportar su bagaje sobre esta cocina que domina y le apasiona.
El restaurante, que acaba de cumplir tres años, ofrece una carta diferente a la norma, que no se divide por ‘fases’, sino que se puede alternar y comer en cualquier orden y sobre todo, que es muy apetecible para compartir y picar. Oribu pretende darle otro matiz al término ‘fusión’, ir un paso más allá… Se trata de cocina con base japo-asiática con toques chinos y del sudeste asiático, influencias peruanas, mexicanas… y un trasfondo de técnicas mediterráneas que asoma en creaciones tan completas y complejas como los Tacos japo-gaditanos de camarones, wakame-guacamole y wasabi-crema. Otros que no dejan indiferente son el Okonomiyaki de cangrejo Soft Shell en tempura crujiente, huevo frito y salsa japo, o el Tataki de pez mantequilla, soja dulce encebollada y jalapeño oroshi.
En su carta, que varía cada tres meses, destacan dos apartados de preparaciones especiales y poco convencionales: ‘Vapor (Oribu style)’, con platos como Dim Sum de ternera lechal y puerro, caldo de Phó y guarniciones viet, el Jiaozi de pato y boletus, escalope de foie a la plancha y hongos enoki o el Dim Sum de rabo de toro, crema de patata trufada, setas y reducción de Oporto; y ‘Robata grill & plancha teppan’, donde elaboran desde Zamburiñas del Pacifico al carbón, sofrito clásico, flor de wasabi e Ikura, Rodaballo Hirame age, momiji oroshi, cebolleta china y nori tostado, Magret entero de pato estilo Negima, curado con sake y romero nuta miso a la miel hasta un Espeto de atún rojo al estilo Goma-Ae, kimchi koreano y wakame o Presa ibérica al carbón, dulce de mostaza-saikyo miso y chimichurri sureño. A.J. ha aportado además una especialidad que ya empieza a cobrar fama en la capital: su exquisito ramen, del que acaban de celebrar las primeras Jornadas ‘Ramen Week’, y que pronto repetirán. Esta contundente sopa oriental también se ofrece a mediodía en su menú de lunes a viernes.
El local está dividido en tres alturas y varios ambientes. Se trata de zonas con una sutil decoración, mesas altas y bajas, con alacenas y vajillas al aire, paredes con ladrillo visto y un rincón muy ‘casero’ a modo de semi reservado en la planta baja, con sofás Chester, chimenea, alfombra y una televisión. Reseñable también el patio con un olivo como el que da nombre al lugar. A la entrada, recibe una amplia barra perfecta para disfrutar de vinos o cavas, de cervezas nacionales, belgas o japonesas y de los divertidos cócteles, muchos de ellos combinados con alguno de sus sakes.
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