El oasis urbano de Rubaiyat Madrid (Juan Ramón Jiménez, 37) ya puede disfrutarse durante todo el año: el restaurante renueva su terraza acondicionándola con cierres y calefacción para deleite de la clientela que la abarrotaba en verano.
¡Ya no hay que esperar al buen tiempo para disfrutarla! La espectacular terraza de Rubaiyat, una de las mejores de Madrid, un oasis colonial junto a Alberto Alcocer, se abriga con cierres, elegantes estufas y calefactores para recibir a los comensales los doce meses del año. En estos tiempos en los que las ganas de saborearla han sido mayores que nunca, el icónico restaurante ha decidido climatizarla para alegría de una clientela que la abarrotaba desde primavera a
otoño y que ahora podrá reservar una de sus preciosas mesas, rodeadas de vegetación, en cualquier momento.
Los emblemáticos platos de carne y algunas otras novedades están a punto para recibirles y trasladarles a ese estilo tropical que remarca los orígenes
brasileños del Grupo. La chef, Mariana Argeoli, hace un guiño a sus raíces y, clásicos aparte, incorpora delicias como los dados de tapioca con mermelada de guindilla, el chorizo criollo o, entre recientes principales, el arroz de pulpo.
No solo carne pero las mejores carnes
Y es que Rubaiyat no es solo carne, aunque las carnes de crianza propia provenientes de su hacienda brasileña sean lo más reconocido. Entre sus cortes
a la parrilla de carbón vegetal más selectos están el Baby Beef, Bife de Chorizo, Master Beef (chuleta con entre 40 y 60 días de maduración) o la reina, Queen Beef. Últimamente se ha incorporado a la carta el flamante Tomahawk, 2 kilos de carne seleccionada que se flambea con cognac en mesa y se sirve sobre una parrilla. Tampoco hay que perderse las deliciosas patatas suflé que acompañan ni, para abrir boca, su steak tartar o sus empanadas de solomillo, propuestas obligatorias.
Es inevitable, asimismo, deleitarse con uno de sus afamados combinados. Aparte de la icónica caipiriña, su consolidada carta de bebidas, con una refrescante
presentación, no deja indiferente.
