Restaurantes

Santa Gilda, novedad en el barrio madrileño de Chamberí

Hace poco más de un mes que acaba de abrir Santa Gilda (Raimundo Lulio, 24. Madrid) , el nuevo proyecto de Ana Sánchez y Luca Faverio, después de su éxito en la cercana brasería  Santa Rita. En pleno barrio de Chamberí, una de las zonas de referencia gastronómica y de ocio madrileño, la propuesta de Santa Gilda viene cargada de productos frescos y de temporada. En la imagen, carabineros con patatas y huevo frito.

Sobresalen las carnes, verduras y arroces, con el ingrediente fundamental del carbón en esa parrilla especial que es la robata, donde -como los antiguos pescadores japoneses- se cocinan carnes y pescados con carbón de encina y coco.

Su variada carta comienza con tapas como la ensaladilla rusa con camarón pipa, las croquetas de changurro con alioli de ajo negro, tacos de cochinita pibil y por supuesto la imprescindible “Gilda nuestra de cada día”.

Hay un apartado de platos vegetarianos como la alcachofa confitada de fondue de queso trufada, los bastones de mil hojas de patatas bravas, los tirabeques salteados con sésamo y shichimi togarashi o el arroz japonés salteado con pak choi y shitake.

El protagonismo de la robata se ve en platos como los carabineros con patatas y huevo frito, los chipirones con cebolla confitada y migas de sobrasada o la suprema de salmón con mantequilla de miso y curry.

Para los más carnívoros, la propuesta pasa por un lomo de vaca vieja trinchado con pimientos de Padrón, el Secreto ibérico fileteado , un rabo de toro sobre puré de boniato asado o la costilla de cerdo ibérico asada a baja temperatura.

Postres frescos y sugerentes como la Piña osmotizada en mojito asada en robata y algunos más tradicionales como la Crema de la abuela con peras asadas o la torrija infusionada en leche de coco al lemongrass y anís estrellado. Una amplia y escogida carta de vinos con referencias de altura, completan la oferta de este coqueto espacio,  ideal para perdernos y pasar un rato muy agradable entre platos originales y sabrosos.

Al igual que la carta de platos, Ana Sánchez se ha encargado también de la decoración que juega constantemente con texturas y colores, mezclando sus azulejos de tonos verdes con ladrillos desnudos. Un espectacular graffiti de la actriz Rita Hayworth  en la película “Gilda”, completa una de las paredes de este espacio en el que se ha escogido un mobiliario muy singular con lámparas Grazia, sillas Mid Century y mesas de mármol verde a medida. Apliques Cobra, taburetes Strike y sillas de ratán, completan un ambiente muy especial.

Redacción

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